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Enrique Herrero
Santander
Domingo, 31 de marzo 2024, 17:37
Sentimos amaneceres que no mienten, cuando el sol se despereza y la luna se adormece, alumbrados por los candiles del alba, con un rezo lleno de alma. Sentimos oraciones, fervores y promesas, el calor de las velas, el soplo del aire de la mañana, el ... fulgor de los faroles, los rezos silenciosos y el sonar de los tambores. Y todo ello sin dejar de mirarte, siguiendo tu estela en los mares de la vida.
Este domingo se celebró la última de las procesiones de Santander, la Procesión del Resucitado, en la que se conmemora la Resurección de Nuestro Señor. A las once de la mañana salió la hermandad de La Inmaculada, con su paso 'Virgen de La Inmaculada Gloriosa', acompañada de la hermandad de La Merced desde la iglesia de los Padres Carmelitas, procesionando las dos juntas hasta la plaza del Obispo Eguino y Trecu, en donde el paso 'Virgen Inmaculada Gloriosa' se reunió con el paso 'Cristo Resucitado', de la Cofradía de La Merced, y con el resto de las hermandades. A las doce del mediodía se concelebró la solemne misa de la Resurección del Señor, presidida por el obispo de la Diócesis, Arturo Ros, y, una hora después, se celebró la Procesión del Resucitado, que llevó a los dos pasos hasta la carpa de La Plaza Porticada, si bien en este caso, para evitar la lluvia, ambos precedieron con tiempo al tránsito de los cofrades de las diferentes hermandades participantes en la procesión desde la catedral a la céntrica plaza santanderina.
La imagen 'Virgen Inmaculada Gloriosa' fue tallada por el imaginero sevillano Carlos Valle en el año 1993. Es la primera talla de estética rigurosamente andaluza que podemos ver en nuestra Semana Santa. Su hijo, Tulio Valle, se encargó de aplicar la policromía adecuada que hoy podemos disfrutar. Lleva una preciosa corona, rematada con doce estrellas y una cruz, labrada en los años 1995-1996. Es de color azul oscuro y muestra una serie de ricos bordados de gran tamaño.
El 'Cristo Resucitado' es obra de José Cobo Calderón, entre los años 1990-1991, quien se inspiró en un boceto de Miguel Ángel. El autor quiso mostrarnos un Cristo saliendo del sepulcro, con la mirada puesta en el cielo, en el Padre, como si estuviera renaciendo. Toda la policromía de origen fue renovada en el año 1993 por Marisol Bolado Muñoz. La peana sobre la que se sustenta la imagen es obra del orfebre sevillano Manuel Peralta, en el año 1959.
Durante la Semana de Pasión, el color rojo de sus rosas, de sus claveles, de sus clavelinas, representan el derramamiento de la sangre de Cristo, representan el sufrimiento del Hijo y de su Madre, una sangre nacida del sufrimiento provocado por la ignorancia de los hombres, mientras la cera de los velones se va consumiendo en los pasos, en los tronos y en las calles.
Y llegó el momento de despedimos hasta el próximo año, con 'adioses' y 'hasta prontos' perezosos de decir y de manifestar, sin ganas, sin prisa, con un sin querer queriendo. En el aire de las calles aún flotan y resuenan los ecos de las bandas de música y el soniquete duro y seco de los tambores. Sonidos que se mezclan con el suave rumor de los rezos y con las plegarias, que no se disiparán con el viento, ni se desharán con la lluvia, sino que se recogerán en silencio. Y, mientras tanto, como es costumbre desde siempre en esta bella tierra, comienza a florecer la primavera.
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