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Más de mil vehículos participaron ayer sábado en la manifestación motorizada convocada por Vox para protestar contra la gestión del Gobierno en la crisis sanitaria y económica provocada por el coronavirus, marcha que se alargó por espacio de casi dos horas y que discurrió sin más incidencias que el monumental atasco de tráfico que originó en las principales arterias de Santander y sus calles adyacentes.
Integrada por una muy imprecisa cantidad de vehículos –«8.000» según el conteo realizado por la propia organización, «unos 1.000» conforme a los datos de la Delegación del Gobierno, y «1.250» de acuerdo con la estimación de la Policía Local–, la 'Caravana por España y su libertad', una marea rojigualda, arrancó a las doce en punto desde la explanada del muelle de Gamazo, a donde a esa hora trataban de acceder aún algunos cientos de turismos amontonados en las calles aledañas.
En coches, principalmente, pero también en furgonetas, motocicletas e incluso bicicletas, vehículos en su mayoría ador- nados con banderas españolas, los participantes en la protesta avanzaron con marchas cortas por un recorrido ya antes pactado con las autoridades locales: Castelar, Paseo de Pereda, Calvo Sotelo, Burgos, San Fernando y la rotonda de Cuatro Caminos. Allí, la cabecera de la columna giró para efectuar el recorrido inverso coincidiendo en su regreso al punto de partida, Gamazo, con varias decenas de vehículos que todavía estaban esperando a iniciar su marcha.
Solos, en pareja, en familia o en grupos reducidos de amigos, los que caben en un automóvil, los asistentes a la concentración, una más de cuantas ayer se celebraron en buena parte del país, recorrieron el centro de la ciudad bajo una fina cortina de lluvia haciendo sonar sus bocinas, entonando el himno nacional y gritando diversas consignas contra el Gobierno de Pedro Sánchez, al que Vox acusa de haber usado el estado de alarma decretado «como un estado de excepción encubierto con el que está restringiendo derechos y libertades de los ciudadanos».
Ruidosa, y colorida, la protesta, que discurrió sin incidentes y bajo una nutrida presencia policial, acabó trasladándose de la calzada a las aceras, donde numerosos peatones también ataviados con enseñas nacionales se apostaron al paso de la caravana para aplaudir a los manifestantes, corear sus proclamas y hacer ondear sus banderas, escenas que igualmente se repitieron en algunas ventanas y balcones de los edificios más céntricos de la capital.
Desde allí, desde las alturas, podía apreciarse bien la magnitud de una marcha motorizada que trató de cumplir con las medidas de seguridad sanitarias impuestas por las autoridades, aunque no siempre lo consiguió. Si bien la mayoría de los manifestantes acudió a la protesta con mascarillas y permaneció dentro de sus respectivos vehículos, tal y como se había requerido, hubo una minoría que desoyó esas recomendaciones.
Fue la única nota discordante de una multitudinaria manifestación a la que, por descontado, no falló la cúpula regional de Vox con su presidente, Ricardo Garrudo, al frente.
«Muy sorprendido» por la respuesta ciudadana a su llamada, el diputado de Vox por Cantabria en el Congreso de los Diputados, Emilio del Valle, se apeaba eufórico de su vehículo.
«Hemos salido a la calle a protestar contra este gobierno so-cial comunista que nos tiene encerrados en casa aplicándonos un decreto de estado de alarma que en realidad es de excepción. Hemos salido a la calle a protestar porque estamos hartos, cansados, de este gobierno del bulo, que nos miente, que nos engaña y que nos esta llevando a una situación insostenible y la ruina», resumió el diputado cántabro, que no se esperaba tal reacción. «En 60 años no había visto una respuesta ciudadana como esta. Jamás. Ha sido un éxito rotundo. Ni cuando ETA asesinó con tanta vileza a Miguel Ángel Blanco. Pero bueno. Luego dirán que somos cuatro fachas».
También «contento» por las cifras recogidas de la movilización, el portavoz de Vox en el Parlamento regional, Cristóbal Palacio, incidía en el mensaje que la manifestación quería trasladar al Gobierno de Pedro Sánchez. «La sociedad cántabra ha demostrado que es capaz de movilizarse cuando la situación lo requiere, en este caso para defender su libertad y criticar lo que piensa que no se está haciendo bien. Hoy ha quedado bastante claro que hay muchísimos ciudadanos que están convencidos de que otra salida de la crisis es posible y que detrás de las ideas que defendemos hay un respaldo multitudinario», indicó el parlamentario regional.
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