El Proyecto Pereda será un espacio abierto al público y «volcado a la cultura y la tecnología»

En junio de 2018 el Santander anunciaba su intención de trasladar la sede de su colección de arte en Boadilla del Monte (Madrid) al Paseo de Pereda. El banco invertirá 40 millones en remodelar su edificio principal, donde se podrán ver obras de El Greco, Rubens, Picasso o Miró y lo mejor de Gutiérrez Solana, entre decenas de obras y fondos y, en paralelo, transformará la antigua sede del Banesto, en la calle Hernán Cortés. El proyecto, en el que trabaja ya el arquitecto londinense David Chipperfield, siempre se ha planteado como un referente cultural que haga de Santander una ciudad «internacional».

Ana Botín, durante su discurso ante la Junta de Accionistas del Banco, no quiso dejar pasar la oportunidad de referirse a un proyecto que ha abierto numerosas expectativas como pilar fundamental para ese Santander cultural inmerso en varias infraestructuras de presente y futuro. Recientemente la alcaldesa de la ciudad, Gema Igual, aludía al impulso dado a la cultura como factor de crecimiento y desarrollo, que se plasma en la celebración de numerosas citas de carácter nacional e internacional, en la apertura de nuevos espacios como el Centro Botín, y en proyectos que irán viendo la luz próximamente, como el centro asociado al Museo Reina Sofía, el Proyecto Pereda del Banco Santander o la sede de la Fundación Enaire.

En la Junta de ayer Ana Botín destacó el simbolismo del icónico edificio y apuntó por vez primera algunas de las intenciones, dotaciones y características que van perfilando el ambicioso Proyecto Pereda. La presidenta remarcó que el Grupo «no se olvida de Santander, su sede y su ciudad», y anunció que próximamente presentará a la Alcaldía el proyecto completo de renovación del edificio Pereda. «Será un regalo del Banco a la ciudad y a la región de Cantabria, a las que nos une nuestro pasado y futuro», explicó Botín en la fase final de su discurso ante la Junta. La presidenta del grupo financiero evocó a la ciudad que supo renacer después del devastador incendio de 1941, en el que se quemaron miles de viviendas y comercios, y miles de personas se quedaron sin techo y sin trabajo.

«Banco Santander estuvo entonces con los damnificados, ayudando a la ciudad y a sus habitantes a recuperar su prosperidad. Donó dinero y fue una de las principales instituciones que financió la reconstrucción de la ciudad», recordó. El fuego que devastó Santander se quedó a escasos metros de la sede social de la entidad en el Paseo Pereda, «salvándose de las llamas y para que este edificio de principios del siglo XX siga siendo uno de los emblemas de Santander y para que contribuya a que el mundo conozca su cultura, sus costumbres y a sus gentes, el banco ha puesto en marcha su transformación».

Por eso, avanzó, próximamente el banco presentará a la Alcaldía el proyecto que «estará abierto al público y volcado a la cultura y la tecnología». Según Ana Botín, «ofrecerá las mejores opciones de restauración y ocio, al tiempo que será el punto de encuentro para los habitantes de Santander y para los turistas». Y tuvo palabras para describir su conversión en «un edificio icónico y protegido que resultará en un espacio donde el pasado y el futuro se encontrarán y serán mostrados de una forma interactiva».

El proyecto Pereda «es un símbolo más del compromiso del banco con Cantabria y con la ciudad de Santander», añadió la presidenta. Para que este edificio de principios del siglo XX «siga siendo uno de los emblemas de Santander y para que contribuya a que el mundo conozca su cultura, sus costumbres y a sus gentes, hemos puesto en marcha su transformación», destacó. Finalmente agradeció la «implicación» municipal para sacar adelante este importante proyecto e igualmente, a Revilla y a su equipo «por el apoyo recibido».El pasado mes se iniciaron las obras previas en el antiguo Banco Mercantil que será reformado de forma integral en su interior. Los arquitectos Antonio Cruz Villalón y Antonio Ortiz son los artífices de esta intervención.