Secciones
Servicios
Destacamos
Tienen que decidir. Si reconstruyen el tramo de muelle completo e incluyen en esa obra genérica lo que se vino abajo en Maliaño 4 hace un mes escaso o si dan prioridad a la reparación de ese trozo desprendido y se ocupan, a continuación, de ... reforzar el resto de estructuras. Esa decisión está pendiente -el cómo acometer el proyecto-, pero en el Puerto de Santander ya dan por hecho que el desplome de más de 25 metros del cantil que no soportaron el peso de un camión con una máquina de más de 94 toneladas ha acelerado los planes para apuntalar un importante tramo de muelle. En concreto, la franja que va de Maliaño 1 a Maliaño 4 y que, en la práctica, corresponde al espacio pegado al mar que hay -para hacerse una idea- entre el Depósito Franco y, aproximadamente, la Biblioteca Central. «Esa parte ya pedía una actuación y estaba prevista, pero ahora se ha convertido en un asunto urgente. Importante», explica Jaime González, presidente de la Autoridad Portuaria. De momento, por si acaso, todo esa zona está acordonada para evitar sustos.
10,6 millones de euros Era lo consignado para reparaciones entre 2017 y 2020. De ahí saldrá el dinero para la obra
«No hay una fecha concreta para empezar las obras porque tenemos pendiente esa decisión, pero la tramitación de todo esto tiene ahora carácter urgente entre los muchos asuntos que tenemos en marcha». Los planes estratégicos de la Autoridad Portuaria ya contemplaban una inversión de 10,6 millones de euros para actuaciones de mejora en el periodo 2017-2020. De hecho, existía una partida -con una cantidad de unos miles de euros- para acometer este mismo año un estudio que determinara en qué estado se encuentra un muelle con unos noventa años de vida y que supone, desde el mar, una de las estampas más típicas de la Bahía. Sus columnas, las mareas... Precisamente desde el mar es evidente que algunas de las pilastras andan ya demasiado 'mordidas'. Incluso, con los hierros a la vista.
Eso -el estudio- suponía un primer paso. Pero la peor de las confirmaciones en torno al estado de las estructuras llegó el pasado 14 de septiembre. Pasadas las cuatro de la mañana, una zanjadora Tesmec 14-75 que se utiliza para cavar zanjas en obra pública y tenía como destino Irlanda acabó en el mar junto al remolque en el que iba porque el firme cedió. Eso ha acelerado todos los planes y queda, únicamente, decidir de qué forma se ejecuta la obra. Porque el dinero para la factura saldrá de esos 10,6 millones de euros que ya estaban consignados previamente.
«Esa zona tenía una capacidad de uso no de grandes cargas, pero sí para el atraque de barcos (González recuerda, por ejemplo, las visitas de barcos de la Armada o del Oceanográfico). Y ahora, acordonado, hemos tenido que dejarla sin uso. Por eso, para recuperarla, también se hace urgente toda la tramitación». Para que vuelva, en un estado óptimo, pero con un aspecto idéntico al que le ha distinguido durante toda su historia, a ser una superficie utilizable. Y para repetir que las grúas y los buzos tengan que buscar en el agua los restos de otro camión.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.