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La escena fue el mejor ejemplo de un lunes de estreno. Cuatro personas, ante uno de los parquímetros del Paseo de Pereda. El primero en la fila metía monedas como de costumbre, a la espera de que el papel asomara por la ranura tras pulsar el botón verde. Pero nada, la máquina se empeñaba en escupir la calderilla una y otra vez. Y así hasta que el hombre leyó la pantalla del poste: ‘Teclee matrícula’. «Pues yo no me la sé». A los cuatro, al darse cuenta, les tocó dar la vuelta y volver al coche para echar una ojeada antes de sacar el tique.
La nueva concesionaria de la OLA en la ciudad –la firma Dornier– puso en marcha ayer los cambios que ha introducido en el servicio. La consecuencia más general, que ahora hay que teclear la matrícula del vehículo. Y en general, más allá de la anécdota, pocos problemas. Aunque a alguno le tocó la china con un fallo técnico en el parquímetro. «En uno de la cuesta del Gas, la letra ‘W’ no funciona en el teclado. No marca. Y mi matrícula tiene una ‘W’. Es una locura». Según la empresa, hoy mismo intentarán tener resueltas las incidencias.
Lo de la letra le pasó a Pedro Jesús Sainz. «Aquí, en el Paseo de Pereda sí, pero allí no he podido sacarlo». Muy cerca, al poco rato, Miguel Fernández echaba pestes ante la máquina. «Esto no es normal». Dejó su coche aparcado y al concluir el tiempo, lo cambió a otra plaza libre en la acera de enfrente. La obligatoria rotación. «Pero ahora no me deja sacar el tique». ‘Error: matrícula del vehículo ya entrada’ y cabreo en aumento. «A ver si ahora no permite lo de la rotación». Hasta que no pudo completar el proceso en otra máquina no se quedó tranquilo.
Fue el problema más repetido ayer. Por inercia, los usuarios meten las monedas de inicio. Ahora no las coge si previamente no se introduce la matrícula del vehículo.
En un largo paseo de prueba por la ciudad, más allá de las dudas, esos fueron los dos únicos problemas recorriendo postes. «Sobre todo nos han llamado diciendo que les devolvía las monedas y les hemos explicado que tenían que meter las matrículas», comentaron a este periódico fuentes de la empresa, que a última hora de la mañana había recogido cuatro incidencias técnicas en los parquímetros. Teclados, ajustes...
«Mandaremos a los técnicos esta tarde para que mañana estén dando bien el servicio». Técnicos de tarde y controladores por la mañana. Porque ayer resultó difícil encontrarse con uno durante un largo recorrido por Cisneros, el Paseo de Pereda, Ataulfo Argenta, Vargas... «Sí, les hemos dividido en grupos reducidos para resolver todas sus dudas con la aplicación, para recibir la formación necesaria, y ha habido pocos en la calle», reconocían. Entre otras cosas, los más de cincuenta operarios que recorrerán las zonas de OLA aprendieron que la nueva aplicación –Telpark– convivirá durante dos meses con la antigua –E-park–. Otra de las preguntas frecuentes que recibieron ayer por teléfono.
Según explicó ayer la concesionaria a este periódico, se ha establecido un periodo de convivencia de dos meses de la aplicación anterior y de la nueva. Aún es válida.
Lo de ayer dio, si acaso, para un buen puñado de tertulias a pie de poste (todos con las pegatinas nuevas de la aplicación y actualizados). «En Madrid también te pide la matrícula. Allí te cobra según el coche sea más o menos contaminante», comentaba una mujer en la calle Alta mientras un paseante preguntaba si ya funcionaba el aparato. «Es que ahí abajo decían que no iba bien». ‘Ahí abajo’ era en Tres de Noviembre. «Yo es la segunda vez que saco –explicaba un conductor en esa calle– en el día y ya voy a tiro hecho. Voy a otras provincias con frecuencia y también pide la matrícula, así que me la sé, pero he visto esta mañana a unos cuantos tener que darse la vuelta».
A través de internet, en http://ola-santander.com/es. La oficina de atención al usuario está en la calle Floranes, 63. El teléfono de contacto es el 942 231608.
Y así, un reguero de estampas. A Mari Carmen Cobo se le olvidaron las gafas en el coche y no veía las letras del teclado en el Paseo de Pereda. A José Luis Oria le tocó volverse para repasar su placa en Santa Lucía. Y a Cristóbal Rivero –que sí se la sabía– le parecía todo «un poco rollo». «¿Primero teclear?», preguntas frecuentes. «Echa un vistazo, Ricardo. Por si acaso», le comentaba una mujer a su marido frente a la máquina antes de meter las monedas. Él, con el crío, junto al coche. «Que sí, que es esa». Estaban de puente en Santander. «Pues no sé yo si la gente mayor...». Algunos tiraron de foto con el teléfono para no tener que memorizar y, en Cisneros, un par de amigos lo arreglaron directamente a gritos. «Seis, dos...» (desde el coche). «¿Y las letras?» (desde el parquímetro).
En ‘Google Play’, ‘App Store’ o en la web de Telpark. Hay que registrarse con un usuario y una contraseña y rellenar los datos personales (con un método de pago).
«Yo creo que lo de la aplicación va a ser mejor. ¿Ya funciona? No estaba del todo segura y me he vuelto al coche para comprobar la matrícula. En Bilbao siempre ha habido que ponerla y el sistema es bastante más complicado. Aquí, la verdad, es que era demasiado sencillo», comentaba una de las cuatro personas que hacía cola del Paseo de Pereda. «Ven, que lo han cambiado», le decía Paula González a su acompañante en Cisneros a la carrera. «Lo había leído estos día en El Diario pero no recordaba que era desde hoy. No hay problema, me sé la matrícula, pero él no», bromeaba. ¿Y es fácil? «Pues dicen que es más fácil para anular las multas, pero eso espero no tener que saberlo» .
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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