
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De los 70 interesados del sector hotelero e inmobiliario que llegaron a firmar el contrato de confidencialidad para conocer el precio en el que se ... vendía el hotel Colón, ninguno presentó oferta económica para optar a la compra de la propiedad. Este miércoles, a las dos de la tarde, finalizó el plazo para participar en la subasta privada, que se saldó con ninguna oferta económica registrada ante notario.
El precio mínimo lo había establecido un juez, que licitó el inmueble situado frente a los Jardines de Piquío, en Santander. Ante la falta de concursantes, la propiedad va a abrir una segunda ronda con un precio en torno a un 10 o un 20% más bajo.
«El precio mínimo de venta que se había fijado era demasiado elevado para lo que entiende el mercado. Iniciaremos ahora los trámites para poder llevarlo a una segunda ronda, en la que estamos convencidos de que se venderá», explica el despacho de abogados RocaJunyent, representantes legales de la propiedad.
El siguiente paso es presentar el escrito «cuanto antes» (a mediados de diciembre) y que el juez acepte la propuesta de recortar el precio. Habrá que esperar varios meses para que todo esté tramitado y la subasta se repita.
El hotel Colón lleva ocho años cerrado al público. Su venta se lleva a cabo a través de subasta judicial debido a que su propietario se encuentra «restringido de sus capacidades de obrar», debido a una enfermedad, según explicaron los abogados. Ahora será remitirá un escrito al juzgado para bajar el precio mínimo.
En caso de que se hubieran presentado ofertas en esta convocatoria, se hubiera abierto el plazo de diez días para que la propiedad eligiese la oferta económica más cuantiosa y que, a la vez, cumpliera con una serie de criterios legales fijados en el protocolo de venta.
El hotel Colón fue construido sobre 1920, está dotado de un mobiliario de esa década y diseño art decó, y se utilizó hasta 2014, último verano que recibió huéspedes. Durante los años que lleva cerrado no ha recibido ningún tipo de mantenimiento, por lo que uno de los criterios fijados es «comprar el inmueble como está».
Entre las setenta personas que manifestaron su interés por el hotel, se encuentran representantes de distintas cadenas hoteleras de Santander, de otros grupos nacionales, de fondos internacionales o de firmas de promoción residencial.
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Ana del Castillo
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