Quejas generalizadas ante la propuesta de pago para el aparcamiento de El Sardinero

Su caso es el de «muchas personas» que trabajan en el centro de la ciudad pero que no quieren «gastarse un pastizal» en pagar la OLA o un aparcamiento durante toda la jornada laboral. «Dejo aquí el coche y voy en autobús hasta mi trabajo», explica. La regidora detalló la semana pasada que el parking será gratis «cuando haya partido del Racing, cuando se aparque poco tiempo para ir al centro de salud, a recoger a los niños del colegio o si se hace uso del Transporte Urbano de Santander (TUS) dos veces al día». A pesar de que este último es el caso de Rueda, no comprende «por qué no sigue tal y como estaba».

Otro usuario habitual es José Manuel Alonso. En su caso, aparca el coche junto al campo de fútbol para después ir a caminar hacia la playa del Camello o hacia el Faro. «Si va a haber que pagar, pues tendría que dejarlo en otro sitio. Por eso me parece mal», comparte. «Viene mucha gente en verano de Palencia y de Valladolid. Precisamente aparcan aquí porque están a un paso de la playa». Aun así, Alonso confía en que finalmente no se cobre por estacionar. «El Gobierno también está estudiando si pagar por usar las autovías (...). Va a haber que pagar por todo y teniendo en cuenta el precio de la gasolina... Tendremos que dejar el coche en casa», concluye.

Mucho más tajante con el anuncio del Ayuntamiento es María Luz Marcos: «Me parece fatal. Cada vez hay menos sitios donde aparcar. Todo son aparcamientos de pago y OLA. Y este de El Sardinero alberga tantísimas plazas... Es que todo cuesta dinero, va a llegar un momento que también tendremos que pagar por salir a la calle». Además, no escatima en críticas sobre la gestión municipal. «Lo que tiene que hacer la alcaldesa es dedicarse a sanear la ciudad, a arreglar las playas y a la limpieza de los barrios», aconseja esta vecina.

En líneas generales, vecinos y usuarios coinciden en que la modificación del proyecto supone «un fastidio» para los que lo utilizan habitualmente. «¿Cómo va a ser la situación el próximo invierno durante las obras? ¿Dónde aparcaremos?», se pregunta Teresa García. Las mismas cuestiones que se hace Pablo Barriendo. «No me parece muy bien porque esto lleva siendo gratis toda la vida y esto también afecta al colegio que hay al lado del campo de fútbol –Los Agustinos– o a los que van a la playa», añade.

En cuanto a la celebración de las ferias y del Festival de las Naciones, el equipo de gobierno del PPexplicó que están trabajando ya en buscar «un lugar permanente», aunque este año sí podrán celebrarse allí ambos eventos ya que las obras comenzarán en septiembre. «A saber dónde llevan las ferias, porque si las ponen lejos la gente no va a ir», expresa Mario de Santiago, que cree que si el Ayuntamiento dice que «igual hay que pagar, es que habrá que hacerlo seguro».

Las críticas también llegan por parte de la oposición. De hecho, el PSOE anunció ayer que propondrá en el próximo Pleno un plan de aparcamientos disuasorios como alternativa al «despilfarro» que ejecutará el equipo de gobierno en el parking en superficie de El Sardinero. Daniel Fernández, portavoz socialista, expondrá una batería de medidas para pedir al Ministerio de Transportes la sustitución del proyecto destinado a aparcamiento subterráneo por un plan general. Dicho plan contempla «pintar y adecentar» el parking de los Campos de Sport, incluyendo 34 plazas de recarga de vehículos eléctricos.

Además, los socialistas quieren recuperar su propuesta de una nueva línea del TUS por la S-20, entre los intercambiadores de El Sardinero y Valdecilla, convirtiendo la actual Línea Central en una línea circular; dedicar los fondos europeos a la compra de autobuses eléctricos y la instalación de las marquesinas, «así como pintar y adecentar las 1.000 plazas que hay en los dos laterales de la Avenida de la Constitución y aprovecharlas como aparcamientos disuasorios». Otra de sus ideas es acondicionar las antiguas cocheras del TUS en Cajo como aparcamiento disuasorio, además de agilizar el proyecto de parking en La Marga.