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Miguel del Valle Tetuán
A lo largo de los últimos cuatro años «se han hecho cosas», reconoce Miguel Ángel del Valle, presidente de la Asociación de Vecinos de Tetuán. Pero siempre quedan otras pendientes. En el barrio hay una petición «urgente»: poner un huerto para las personas mayores, explica ... el representante. En la zona hay un «terreno municipal que no se usa» y han solicitado al Ayuntamiento poder utilizarlo para reorganizar este espacio y darle una nueva vida. Es algo que, añade, «está pedido desde hace mucho tiempo». Eso por un lado. En cuanto al mobiliario, dice, «faltan papeleras». Así que suman la petición de colocar alguna más. También hay una serie de bancos en Canalejas, en la zona norte, que están «sin lijar y sin pintar». Un asunto que le han trasladado varios vecinos.
A la alcaldesa también le han pedido que «nos saque la asociación del pabellón deportivo y que nos proporcione algún local en el barrio», subraya el presidente. A veces se reúnen mientras hay equipos entrenando y eso, con casi 300 socios, dificulta el desarrollo de cualquier encuentro. Es más, para juntarse todos tienen que conquistar el pabellón. No todo es malo. Están contentos con el túnel de Pombo, aunque no tanto con el agua que sale: «Tendrán que canalizarlo de otra forma».
Entre lo que queda por hacer también hay hueco para mencionar lo que ya se ha hecho, como arreglar los bancos o podar. En este sentido, Del Valle tiene palabras de agradecimiento hacia la concejala Lorena Gutiérrez «por como se ha portado con nosotros. Siempre está pendiente de hablar con los vecinos».
Carolina Gutiérrez Nueva Montaña
Para los vecinos que viven en Nueva Montaña (en concreto en Francisco Tomás y Valiente) hay un asunto que lleva ya tres años siendo su principal preocupación: las obras de los garajes y el parque que se derrumbaron en enero de 2020, justo antes del inicio de la crisis sanitaria del covid que, además, paralizó las obras de reconstrucción. En la zona están agradecidos con el Ayuntamiento porque «nos están haciendo caso con el derrumbe», explica la presidente de los vecinos, Carolina Gutiérrez. No obstante, todavía quedan algunos puntos que abordar antes de dar por finalizadas las actuaciones de reparación.
Los trabajos del parque «tienen que hacerlos bien», admite. Porque la empresa Gesvican –que se encargó de las actuaciones– «dejó algunas cosas mal y ahora hace falta arreglarlas». En esta línea, ya hay cosas acordadas. El Consistorio se va a encargar de poner más luz y columpios para los más pequeños. Ambos planes están confirmados. Y en cuanto a los garajes, parece que todavía quedan algunos resquicios y está pendiente una reunión. Habrá que dejar que pase el tiempo.
En otro orden de cosas, a los vecinos de la zona también les afecta el estado de la ría de Raos, un asunto muy denunciado. «Hay que limpiarla para que no haya inundaciones», señala Gutiérrez consciente de que en este punto las competencias son compartidas y no corresponden al Ayuntamiento. Y, por último, al menos por ahora, piden también a la regidora actuar en el barrio Santiago:«Es muy viejo y hay que dar un poco de vida a las aceras», resume Gutiérrez.
Emilio Pérez La Encina-Los Ríos
La Asociación de Vecinos La Encina-Los Ríos está «pegada al Alto Miranda» y representa al «grupo Pinares, Benidorm y zona de General Dávila», comenta su presidente, Emilio Pérez, que tiene clara cuál es la petición por la que van a trabajar en esta legislatura: «Hacer un centro cívico en la zona», resume. Ahora mismo, esa es la principal demanda de los vecinos. El objetivo es que el barrio cuente con un punto de reunión y de actividades que cubra las necesidades de los vecinos. Han incluso pensado en dónde ubicarlo: el edificio Telefónica. Un espacio que, valora el presidente, podría utilizarse para hacer un «buen centro de reuniones» para los vecinos. En concreto en la primera planta del inmueble.
Y tienen otra solicitud sobre la mesa relacionada con la accesibilidad del barrio y es la construcción de «unas escaleras mecánicas desde los Delfines hasta General Dávila», comenta Pérez. De esta forma podrían salvar el desnivel que une ambos puntos. Ocurre que también reside mucha gente mayor que para acudir al centro de salud María Cristina se ve obligada a recorrer ese tramo. «Queremos solicitar ahí un itinerario mecánico», resume. Eso ayudaría.
Son objetivos que llegan ahora que ha comenzado ya la última fase del plan de renovación de la red de abastecimiento de agua en General Dávila. La tercera y última actuación, que finalizará en septiembre tras una inversión de un millón de euros, y que permitirá que más de 9.000 vecinos de la zona, residentes entre la calle Universidad y la plaza del Alto de Miranda, dispongan de más presión de agua.
Jesús Garay Río de la Pila
En el caso de los vecinos del Río de la Pila, la petición que lanzan a la alcaldesa de cara a la nueva legislatura es clara y directa:«Que cumpla lo que hemos hablado». Es decir, esos compromisos pendientes que se resumen en «terminar de peatonalizar y de adecentar la calle», resume Jesús Garay, presidente de la Asociación de Vecinos que representa al barrio. «No entendemos por qué se quedó a la mitad y que de San Celedonio hacia abajo esté sin hacer», reconoce Garay, que habla del asunto como uno de esos grandes temas recurrentes. Eso en cuanto a actuaciones que, de alguna forma, han quedado pendientes. Pero también hay otro asunto como arreglar y «poner solución» a la zona que rodea el ascensor del Río de la Pila porque «es una selva de ratas y suciedad, también hay que arreglar eso».
En resumen:«Poner al día el barrio porque la calle está deshecha» y la alcaldesa «se ha comprometido a hacerlo», reconoce el presidente. Una promesa por cumplir, y basta con acercarse, invita Garay. En este sentido, solicita al Consistorio que busque la forma de que los propietarios de los inmuebles y las fincas se hagan cargo del cuidado de las mismas para que la zona sea «más habitable y que se pueda mirar», admite.
El presidente de los vecinos considera inadmisible que un barrio que está en «pleno centro de la ciudad» esté tan descuidado. Habla de los aledaños del restaurante la Bodega del Riojano, pero también de calles más altas porque la esquina «con Tantín está igual, y si sigues caminando hacia arriba te vas encontrando con el mismo panorama», resume.
Santiago Sierra Cueto
La primera petición que lanza Santiago Sierra no solo va dirigida a la alcaldesa, también al Gobierno de Cantabria. El presidente de la Asociación de Vecinos de Cueto reclama «más alternativas de ocio para los jóvenes». Desde proyectos sociales, laborales o culturales, hasta «espacios de encuentro autogestionados por ellos y tutelados por trabajadores sociales», explica. Todo con el objetivo de crear un espacio de futuro. Además, considera importante prestar especial atención a los mayores. «Cueto cuenta con cinco residencias y la población también es mayor», señala, por eso urge renovar las infraestructuras, centros de ocio y «dotar de contenido al futuro centro cívico de Cueto».
Para las personas mayores también incluye mejorar el transporte público para unir el barrio con el centro de Santander. Por otro lado, a la regidora le pide el «desarrollo del futuro Plan General de Santander» en el que los vecinos de Cueto participaron activamente. Así, reclaman que se atienda a las «opiniones» que le trasladaron durante el desarrollo del documento.
Para los vecinos también es clave poner «mayor atención y vigilancia para dar seguridad a los residentes» con medidas como «policía de proximidad que mejore la situación y tensión por los robos de los últimos meses», recuerda Sierra que también menciona en varias ocasiones la limpieza. Por un lado al hablar de la «eliminación de los vertederos incontrolados» que afectan al barrio. Y, por otro, con la atención y el «mantenimiento de los espacios naturales de la costa norte, Cabo Mayor, Mataleñas…», enumera.
Benito Domínguez San Román
Sobre todo faltan las marquesinas en las paradas de autobuses», responde rápidamente Benito Domínguez, de la Asociación de Vecinos de San Román, cuando se le pregunta por las necesidades del barrio. Allí cuenta con más colectivos de representación que están en constante comunicación así que, más o menos, comparten peticiones. Habla del transporte porque las estructuras que hay en la zona pertenecen al Gobierno de Cantabria, pero no están las que reflejan las paradas del Transporte Urbano de Santander (TUS). «Están marcadas en la carretera, pero no están visibles», explica el portavoz que, resume, esa es por ahora la «máxima prioridad».
Eso por un lado, porque sobre la mesa hay otra actuación que es un reclamo recurrente de la zona: el proyecto para mejorar la calle de La Gloria hasta Corbán que «se quedó en el aire», indica Domínguez quien admite que se trataba de un «plan bueno» porque la carretera en la que se iba a actuar está «muy mal». Los trabajos se solicitaron porque «no hay casi aceras, son pequeñas, estrechas, están en mal estado...», explica el presidente.
En la lista no solo hay asuntos pendientes, también preocupaciones que, en el caso de este barrio, se centran en la circulación. Al ser tramos de dos carriles, la velocidad máxima permitida es de 30 kilómetros por hora, pero «los coches pasan a toda velocidad y como es una recta...», añade Domínguez mientras deja en el aire el final del comentario. Así que, valora, «hay que pensar en cambiar varios puntos» relacionados con el tráfico y prestar atención al asfaltado de otros tantos viales.
José Antonio Vélez Cisneros
Cuando la lista de asuntos pendientes es amplia, toca centrarse en los puntos más importantes. José Antonio Vélez, de la Asociación de Vecinos Cisneros, habla de cinco. Por un lado pide controlar los perros sueltos que se acercan al Parque Las Carolinas porque «se está generando una situación delicada» que afecta tanto a las personas mayores que se topan con los animales, como a los más pequeños que «se asustan y ya no quieren ir». No se trata de prohibir el paso ni nada similar, únicamente de buscar la mejor manera de convivir. Otro punto clave es reparar la calle de La Folía: «La obra se hizo mal y han quedado adoquines sueltos que provocan ruido cada vez que pasa un vehículo», explica Vélez.
El siguiente asunto también está relacionado con la mejora de viales, en este caso en Antonio Mendoza. Cuando se acometieron las actuaciones de la zona, hace años, «no se sustituyó la bajante de aguas pluviales y eso hace que cuando llueve con fuerza se rompa la tubería existente». Se produce un efecto dominó porque este problema lleva aparejado la rotura del pavimento.
Los últimos dos apartados están más relacionados con aspectos organizativos. En este sentido, el presidente de la asociación pide a la alcaldesa una «mejora del funcionamiento de los Consejos de Distrito». Es decir, que se atienda y se «preste más atención» a las propuestas que se comentan en esos encuentros. Un punto que, «seguro», redundará en la mejoría del funcionamiento también de la ciudad. Y, por último, termina, «crear una oficina de atención al mayor en el Ayuntamiento».
Ricardo Sáinz Gutiérrez Solana
Aún hay cosas pendientes», comienza Ricardo Sáinz, presidente de la Asociación de Vecinos Gutiérrez Solana, ubicada enfrente del Mercadona de Cazoña. Y todos los asuntos «ya los sabe la alcaldesa», añade. Tanto ella como Lorena Gutiérrez, concejala de Barrios en el Ayuntamiento. En primer lugar han quedado sin reparar «las baldosas que están levantadas», señala el presidente preocupado, no solo por posibles tropiezos, también porque es una molestia para quienes pasean por la zona cada vez que llueve. Y hay más. También falta actuar en la bajada interior del vial que da nombre a la asociación. «La parte que va paralela, media calle tiene una barra para sujetarse y poder subir las escaleras, pero la otra media, no».
Una petición que lleva ya varios años en la lista, admite el portavoz de los vecinos. En concreto desde que hicieron esa calle que «tiene un parque precioso». No obstante, ahí se topan con otro problema: las rampas, que son «demasiado pindias» para quienes van en silla de ruedas. Otro asunto que urge solución.
Por otro lado, Sáinz pide mejorar el servicio de limpieza aunque, en este punto, reparte responsabilidades y hace un llamamiento a los vecinos porque tener un barrio cuidado también depende del empeño que pongan quienes residen en él. No obstante, reclama ver por allí a los profesionales más a menudo. Sobre todo, en «las escaleras de bajada al Mercadona porque se llena de hojas y patinan», dice. En la lista hay una última petición que extiende a toda la ciudad: «Pintar las franjas de los pasos de peatones porque empiezan a estar borrados».
Fernando Oria San Joaquín-Campogiro
Hay peticiones que, por mucho que pase el tiempo, no dejan de tener sentido. En la Asociación de Vecinos San Joaquín-Campogiro van a «retomar con fuerza», dice su presidente, Fernando Oria, la reivindicación para conseguir «una línea del TUS que pase por la zona norte de La Peña». Mejorar la comunicación de la zona es una «necesidad urgente» porque los vecinos que residen sólo cuentan con una «conexión de una empresa privada, pero no es suficiente», añade. Además, hay cerca un polígono industrial en el que «trabaja mucha gente a la que también le vendría bien tener la opción de desplazarse en transporte público».
Otra cuestión que preocupa al vecindario es el futuro de la finca de La Remonta. En la zona confían en que la alcaldesa de Santander «cumpla su palabra» y que convierta el parque en una «zona verde como dijo antes de las elecciones», recuerda el presidente. Es decir, que no sobrevuele de nuevo la idea de construir viviendas por «el valor histórico y ecológico de la finca».
En la lista de peticiones siempre hay «cosas pequeñas», admite Oria, pero son asuntos que se van consiguiendo a base de insistir y de hacer muchas llamadas. La relación con el Ayuntamiento «no es mala», destaca, y asuntos como la falta de bancos o puntos de luz los gestionan poco a poco. No hay quejas. En el vecindario comprenden que algunos temas requieren tiempo y «se prolongan». Por otro lado, están a la «expectativa» del proyecto en marcha de «renovación integral de las casas que se construyeron en Carlos Ruiz García para los damnificados del incendio», concluye.
Placidia Soberón Barrio San Francisco
Qué le piden a la alcaldesa? «Sobre todo, que vuelva a pasar la línea 5 del TUS», responde PlacidiaSoberón, de la Asociación de Vecinos del Barrio San Francisco. La zona cuenta con varias opciones para bajar al centro de Santander. Sin embargo, no ocurre lo mismo a la hora de volver a casa, de ahí la petición. «Con que amplíen el recorrido hasta la rotonda de Los Osos tenemos suficiente», aclara. Un par de minutos más de recorrido que serviría para atender las necesidades de las numerosas personas mayores que residen en la zona.
Además, el grupo ya propuso a la regidora durante la pasada legislatura la posibilidad de ampliar los Servicios Sociales que se prestan en la finca Jado. Es decir, «desdoblar» las prestaciones de manera que los vecinos del barrio no necesiten desplazarse hasta la finca, sino que tengan la opción de que les atiendan en el barrio. Así, la propuesta incluía utilizar locales libres que hay en San Francisco a donde los profesionales podrían ir un par de días por semana.
En el barrio también echan en falta más «mobiliario urbano que no se repuso tras las obras». Piden ampliar los bancos y papeleras. Y algo que «nos preocupa bastante es el tema de las ratas que son de gran tamaño», recuerda la presidenta. Han sido varias las veces en las que la empresa encargada ha acudido a poner veneno para luchar contra el problema pero «no está funcionando porque cada vez hay más». Así que piden poner el foco en la limpieza. Y por último, dado que el barrio cuenta con su propia bolera, añade, «nos gustaría que se hiciera una escuela de bolos».
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