Quesería Quesoba y La Crujiente se instalarán en el Mercado de Puertochico

A estos nuevos negocios se sumará una nueva carnicería a la que ya existe –Del Castillo– y otra panadería, además de la pescadería de Rafael Escobedo y la Frutería Angelines, los pocos puestos que han permanecido abiertos durante esta transición.

El Ayuntamiento de Santander anunció que en septiembre estaría listo para inaugurarse este mercado tradicional, situado en una zona tan estratégica, pero todavía habrá que esperar entre un mes o un mes y medio más para poder acceder por la calle Andrés del Río al interior del que será un nuevo mercado de abastos, con acabados en carpintería, dando un toque rústico y de confort, completamente renovado.

Desde Quesoba han informado de que han obtenido una concesión por nueve años con licencia de charcutería y alimentación, para venta de productos típicos de Cantabria, embutido, queso, vino, anchoas y otras conservas.

«El concepto es 'De la granja a la mesa' y a diferencia de lo que tenemos en otros mercados, este no será de degustación sino de venta al público, pero haremos catas. Hay que apostar por los mercados locales con un nuevo aire y ofreceremos productos que no se encuentran en los lineales», explica José María Alonso.

Por su parte, La Crujiente, especialistas en pan y repostería artesanal y cafetería, cuenta con tres establecimientos más en Santander –Rualasal 23, Casimiro Sainz 13 y General Dávila 59–, además de uno en Madrid, en San Germán.

La planta baja del Mercado de Puertochico quedará dividida en dos zonas: la renovada, a la que se accede por Andrés del Río y donde se instalarán los viejos puestos que ahora están en el acceso por la calle Tetuán; mientras que el espacio que dejan libre se someterá a una transformación para la apertura de negocios de hostelería.

Los trabajos para la restauración del Mercado de Puertochico llevan cuatro años para concluirse, por diferentes contratiempos, entre ellos el abandono de la constructora Berlitec, que alegó «impagos por parte de la promotora, Baika Mercados», ante lo cual Copsesa tomó el relevo en la etapa final. En estos momentos los trabajos solo están pendientes de los últimos remates de la carpintería por parte de Baika Mercados, la promotora; la panadería que va a instalarse llevará un nuevo rediseño; las persianas metálicas; la instalación de los toldos de los puestos; y retoques de fontanería e iluminación. Todo ellos, según calculan los encargados, llevarán «entre un mes y mes y medio. No tendrían por qué demorarse más».

Los comerciantes se muestran más optimistas ahora que saben que muy pronto estrenarán la imagen que llevan tanto tiempo esperando. «Este negocio lleva cuatro generaciones y esta etapa de las obras ha sido, sin duda, la más difícil. Hemos estado enterrados en vida. Aquí nadie nos ve», expone Juan Manuel Bordas, de Frutería Angelines. «La reforma nos ha dado muchos quebraderos de cabeza, pero había que seguir tirando para adelante y ya hemos comprobado que está casi listo y ha quedado precioso», asegura por su parte Mila, de la Carnicería del Castillo.