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Cual rocódromo, la pared vertical entre Reina Victoria y la playa de Los Peligros se ha convertido estos días en un centro de rápel. Sujetos con arneses y cuerdas, operarios de Copsesa (empresa encargada del mantenimiento de los viales de Santander) se afanan ... en estabilizar y proteger la ladera, así como de contener el terreno tras los dos deslizamientos de tierras, producidos en la noche del 8 al 9 de diciembre de 2020 y el 4 de enero (de menor tamaño) de este año. El plazo de ejecución es de dos meses.
Según explicó el concejal de Fomento, Vivienda y Movilidad Sostenible, César Díaz, a este periódico, como consecuencia de estos movimientos (derivados de los fuertes temporales) se procedió a tomar ciertas medidas de seguridad, como el balizamiento y vallado en Reina Victoria, a la altura del mirador donde está la escultura dedicada al cantante Jorge Sepúlveda, y al pie del talud, junto a la pasarela de la playa.
«También se realizaron diferentes catas para comprobar el espesor de la capa de suelos sobre el nivel de roca bajo la zona del mirador y, de esta manera, poder valorar las medidas a tomar para proteger la estabilidad del mismo», especificó Díaz. Dicha comprobación se desarrolló introduciendo barrenas en el terreno «hasta alcanzar el rechazo, lo que permite situar la roca entre tres y cuatro metros de profundidad», agregó.
SEGURIDAD
CULPABLE
A continuación, se realizaron trabajos de desbroce y un levantamiento topográfico para el estudio de la solución «que estabilizara y protegiera la ladera, así como que contuviera el terreno sobre el que se asienta el mirador», indicó el edil.
Pero los problemas continuaron y la gran cantidad de agua caída durante las últimas semanas de 2020 y los primeros días del nuevo año provocaron un segundo movimiento de tierras, esta vez a la altura de La Horadada, coincidente también con el paseo en Reina Victoria, donde existe un ensanchamiento de la acera. Como medida de seguridad, también se ejecutó un vallado perimetral, lo que obliga a los peatones a invadir el carril-bici.
Díaz indicó que a raíz del primer argayo, se vieron obligados a desmantelar la pérgola que protegía la escultura de Sepúlveda, para facilitar el acceso de maquinaria. En la actualidad, señaló Díaz, los operarios se encuentran asegurando el mirador, «para lo cual es preciso ejecutar una pantalla de carriles hincados de seis metros de longitud en el borde, que penetren en la roca». También se ha comenzado el reperfilado del talud y la eliminación de la tierra en las zonas todavía inestables.
Posteriormente, se instalará una malla de triple torsión y otra anti erosión, «recogidas con bulones que irán atados entre sí con cables para asegurar un funcionamiento conjunto», especificó el concejal de Fomento. Paralelamente, se retirará la tierra que se ha deslizado y que está acumulada en el borde de la playa.
Con parte del paseo de Reina Victoria ya cerrado por culpa de los movimientos de tierra ocurridos a inicios de diciembre, la víspera de la noche de Reyes, el día 4 de enero, las alarmas se dispararon de nuevo con otro argayo, aunque en esta ocasión, de menor envergadura. Ya se ha comenzado el reperfilado del talud y a eliminar la tierra vegetal en las zonas todavía inestables para proporcionar un perfil lo más continuo posible. Una vez ejecutados estos trabajos, al igual que en el primer argayo, se instalará una malla de triple torsión y otra anti erosión, recogidas con bulones que irán atados entre sí con cables para asegurar un funcionamiento conjunto.
Las lluvias y los fuertes marejadas no dan tregua a las playas de Los Peligros y La Magdalena. Cada invierno, la mutilación de estos arenales es más que palpable. La falta de rellenos y de dragados debido a la pandemia durante la pasada primavera han provocado que los mordiscos a estas playas sean aún más pronunciados.
La mañana del 9 de diciembre los santanderinos de paseo por la zona se encontraron con la visión de una parte del talud de Reina Victoria caído sobre Los Peligros. Ramas, barro, piedras, incluso una capa de césped. Y la playa cortada en dos. El mar se había llevado la arena que considera suya, dejando un gran desnivel. Los días de marea alta, mejor pasear por Reina Victoria.
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