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Lo más repetido es que «se veía venir», que las fiestas eran este año «algo secundario» o que la decisión -esperada- ha «tardado en llegar». Son las conclusiones tras repasar la reacción de los grupos políticos del Ayuntamiento ante la suspensión de la Semana Grande de Santander. ... Incluso Cs, socio de gobierno del PP, entiende que «quizás se han generado demasiadas expectativas ante una situación que realmente invitaba a la suspensión». «De todas formas -dejó caer su portavoz, Javier Ceruti- tampoco conocíamos con exactitud las intenciones de la alcaldesa, más allá de no querer suspender las fiestas igual que ya hicieran en su día los San Fermines».
Como resumen puede servir una frase colgada en las redes sociales por el socialista Daniel Fernández. «Era evidente, no estamos para fiestas». Ellos celebran que la alcaldesa haya «entrado en razón», después de semanas «manteniendo viva una posibilidad que no era real» y que han ido «descartando por entregas». «No entendemos la terquedad que han tenido PP y Cs con esta asunto».
«Con numerosos rebrotes en el territorio nacional y en un contexto -el de Santander- con una sensación de cierta seguridad y una actividad turística adecuada, lo fundamental es suspender cualquier cosa que promueva mayor riesgo», entiende el regionalista José María Fuentes Pila. «Desde el confinamiento ya dije que el asunto de las fiestas era secundario e, incluso, que si el 25 de julio había algo que celebrar era que se retomaba el pulso productivo y la vida turística, al menos de mínimos».
Tampoco hubo sorpresa en Ciudadanos ante la suspensión, «ya que las circunstancias actuales no recomiendan grandes concentraciones de gente, sean o no tomando las necesarias medidas». «Creemos que la decisión es la previsible aunque lamentamos el efecto sobre nuestra hostelería y sector cultural». Eso sí, Ceruti defiende que, aunque no haya fiestas, «los hosteleros puedan tener espacios para disponer de las plazas que pierden en el interior de sus locales cumpliendo estrictamente, eso sí, con los horarios».
Desde Unidas por Santander consideran que se trata de «una medida acertada, si bien su anuncio es algo tardío». «Hubiera sido incomprensible haber mantenido convocatorias que hubieran reunido multitudes y disparado el riesgo de contagio. Todas las administraciones deben estar a disposición de las autoridades sanitarias, seguir sus consejos y deben dar ejemplo», asegura Miguel Saro.
Para Guillermo Pérez-Cosío (Vox) la suspensión era «inevitable» desde hace tiempo. Primero, por «la situación de duelo que afecta a tantas familias» y también «por la necesidad de dar absoluta prioridad al gasto social». Si a eso se suman los riesgos de contagio, la decisión de la alcaldesa les resulta -igualmente- «acertada, tardía pero acertada».
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