![El juego de la pala cántabra se ha impuesto con éxito en el patio del IES El Alisal en el tiempo del recreo.](https://s1.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202204/17/media/cortadas/palas040722_7-kCKH-U1601688757776gU-1248x770@Diario%20Montanes.jpg)
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Los recreos en el IES El Alisal han cambiado mucho en las últimas semanas desde que la dirección incorporó como nueva actividad las palas cántabras con el objetivo de fomentar la actividad física y la integración de los alumnos. El éxito de este juego de ... pelota cántabro ha sido rotundo, incluso superando al fútbol. En el patio, los alumnos se organizan en grupos de cuatro. Todos seguidos. Como si estuvieron en la playa de El Sardinero o El Camello.
Tan buena ha sido la acogida de esta actividad, que en el centro han tenido que hacer un segundo pedido de palas. «Con las primeras veinte que compramos no dábamos abasto, así que hemos hecho un segundo pedido hasta un total de cincuenta que vuelan», explica Beatriz Morcillo, la coordinadora de convivencia del centro de estudios.
«En cuanto suena el timbre, los alumno salen disparados de clase para llegar al patio y asegurarse tener una pala para ponerse a jugar con otros compañeros. Van rotando, no siempre juegan los mismos, lo que propicia la interacción entre ellos. Nuestro objetivo es que los alumnos se muevan un poco, respiren aire libre y reducir así el sedentarismo. Y también que conocieran de cerca aspectos de este juego autóctono», explica el director del centro, Aniceto Álvarez.
Desde que se ha lanzado la propuesta los recreos han cambiado. Antes, «se formaban corrillos, otros se quedaban dentro, sentados en los pasillos, y hay que evitar que se aburran. Por eso planteamos esto», añade la coordinadora del instituto con cerca de 700 alumnos entre los dos turnos, mañana y tarde.
Otro de los objetivos que se ha conseguido es propiciar la interacción entre alumnos y docentes, ya que algunos profesores que solían dedicar el tiempo del recreo a avanzar trabajo, corregir exámenes o tomar un café en la sala de profesores, ahora se suman con ganas a enseñar a los chavales el juego. «Están entusiasmados y, sobre todo, destaca el hecho de jugar docentes y alumnos, que compartan este rato fuera del aula», señala Maite Poblete, profesora de biología.
Son tres los profesores que se han sumado a darle a la pala y a la pelota en el patio: Víctor Echezarreta, Juan Lombera y Oscar del Olmo. Comentan que «se ha generado un ambiente divertido». «Pensábamos que sería cosa de un día, pero no se cansan. Bajan todos los días corriendo, ilusionados, y se ha creado muy buen ambiente. Algunos serán futuros campeones de palas».
Una de las alumnas que baja cada día al patio, rápido para reservar su pala, es Rocío Sanz, alumna de cuarto de la ESO. «Antes en el recreo nos metíamos en una clase a hablar, a jugar a juegos de mesa o dábamos paseos por el patio. Jugar a las palas es más divertido, nos da el aire y nos lo pasamos muy bien. Vamos cambiando de jugadores y así conocemos a gente distinta cada recreo». Otro alumnos, Yan Klimaytis, de primero de la ESO, explica que «he cambiado el juego del pilla-pilla por las palas. Nos gusta mucho y es divertido ver a tantos alumnos jugando a la vez».
En paralelo a esta propuesta de actividad física y social (pero directamente vinculado a ello), el IES El Alisal –que ha recibido a tres alumnos recién llegados de Ucrania–, organizó hace unos días una jornada para recaudar fondos para las familias ucranianas bajo el nombre de 'Palas por Ucrania'. En la actividad participó la Escuela de Pala Cántabra, que ofreció una exhibición y compartió algunas nociones y trucos. Además, sus componentes practicaron en el patio con los alumnos. También les regalaron un lote de libros de 'Historia de la Pala Cántabra' que serán subastados para la colecta de fondos.
«Los alumnos se han mostrado súper solidarios con la causa de Ucrania y han dado una buenísima acogida a los nuevos alumnos llegados del país. Estoy muy orgullosa de ellos», destaca Méndez, profesora de Matemáticas.
Por otro lado, el IES El Alisal forma parte desde hace tres años de la lista de 'Centros Libres de Móviles' y la dirección del centro asegura que con ello ha mejorado la convivencia entre el alumnado. «Desde que no se permite el uso de los teléfonos móviles, ni en el recreo ni en las aulas, hemos notado que los chavales se relacionan más, se evitan muchos conflictos y comportamientos inadecuados».
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