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Los propietarios de la tienda 'Michel Regalos', Javier y Mariam Isla, en el mostrador del que era el negocio de sus padres junto a algunos de los obsequios más vendidos este verano. Roberto Ruiz
Un recuerdo de un verano en Santander

Un recuerdo de un verano en Santander

Souvenirs. Las tiendas de obsequios vuelven a la carga tras unos años de declive por la pandemia. Son los turistas extranjeros los que más pisan estos comercios en la ciudad

Pepa Pizcueta

Santander

Miércoles, 16 de agosto 2023, 07:18

En la calle Ruamayor aún queda uno de esos comercios que ha pasado de generación en generación, de «toda la vida». «Las ciudades pierden su identidad si se pierden estos negocios», dice Javier Isla, que, junto a su hermana Mariam, ha visto en las últimas décadas evolucionar la historia comercial de Santander. La clausura de negocios se ha vuelto una tendencia preocupante. «Cada vez triunfan más las franquicias y cierran más tiendas pequeñas», afirma uno de los herederos de la tienda del número 2 de Ruamayor. Aún así, reconoce, que «el comercio va mal a no ser que esté especializado». 'Michel Regalos' ha encontrado su nicho al enfocarse en los souvenirs. En «objetos que sirven como recuerdo de la visita a un lugar», según la Real Academia Española. Ellos forman parte del viaje de vuelta de los que eligen Santander en sus vacaciones.

En estas tiendas se pueden identificar tres tipos de clientes: los turistas extranjeros, los visitantes nacionales y los propios locales de la región. Los de casa tienden a frecuentar estos establecimientos con la intención de adquirir obsequios para las familias que, por ejemplo, hospedan a sus hijos en el extranjero. «En nuestra zona, es muy común que aquellos cuyos hijos se encuentran estudiando en el extranjero busquen regalos representativos de Santander para llevar a sus anfitriones en lugares como Estados Unidos o Inglaterra», dice Mariam Isla mientras hace un recuento en su cabeza de todos los que han pasado por allí. O, incluso, tener un objeto que represente la esencia de su propia ciudad. En este caso, las estelas es lo que más se vende entre el público cántabro, ya que «cada vez están más arraigadas al ser un objeto muy nuestro», sostiene Javier.

Múltiples prendas, como sudaderas y camiseras, y complementos con ilustraciones marítimas y alusiones a Cantabria también se ofertan entre los souvenirs.

Este mes de julio los que más han pisado la tienda de los hermanos Isla son los extranjeros. «Hemos notado bastante gente de todas partes», aseguran. El año pasado visitaron Cantabria el doble de turistas que el ejercicio anterior y parece que el 2023 viene pisando fuerte. No hace falta más que salir a la calle, intentar buscar mesa en algún bar o encontrar algún hueco para estirar la toalla en la playa, para darse cuenta de que Santander se ha llenado. Y algunos de estos turistas repiten año tras año, desde Francia o, incluso, Estados Unidos. «Hay una clienta americana que viene a vernos a la tienda cada año que pasa por Santander y lleva viniendo desde que mis padres casi acababan de abrir».

Imanes, llaveros, mecheros, pulseras y jarras de cerveza, entre los souvenirs más vendidos

Desde marzo de 1968, los progenitores de Javier y Mariam llevan dando vida a la tienda. Una historia que comenzó de solteros y que está tan ligada a la ciudad que contrajeron matrimonio coincidiendo con el día de Santiago. «Ni viaje de novios ni nada, a trabajar que fueron», recuerda la hija del matrimonio añorando los tiempos en los que su padre aún seguía con ellos.

Eso sí, la pandemia estuvo a punto de echarlo todo por tierra. «Fue muy duro. Tres meses cerrados y luego, sin turismo, que dependemos de él». Ahora tratan de levantar cabeza con un buen verano. «Lo más vendido tiende a ser lo barato». En un ranking de los productos más requeridos, los imanes ocupan el podio. Posición número uno. Lo siguiente, llaveros, mecheros, pulseras y después, también, las jarras, que suelen ser las preferidas de los turistas extranjeros.

Algunos de los productos más vendidos este verano están hechos por artesanos locales. Estelas, pulseras y tazas como reflejo de Cantabria. R. R.

Lo de los imanes es un clásico. Unos veraneantes de Madrid que pasean por el Paseo de Pereda relatan que en su segunda residencia de Santander ponen en la nevera imanes de los pueblos que visitan de Cantabria. «Es una tradición. Ya tenemos de casi todos los lugares y los que nos faltan suele ser porque no venden souvenirs allí».

Cada vez menos postales

Cosas que vienen y que se van. Como pasa con las tendencias, también hay objetos que pasan de moda entre los recuerdos. Y esto fue lo que ocurrió con las postales. «Antes era lo que más se vendía y te tenías que quedar al cierre para ordenar el tarjetero, ya que había diez veces más que ahora». Lo que no cambia ni pasa de moda es la mejor estrategia para atender un comercio; «el trato amable y una buena sonrisa». Ese es su souvenir para celebrar el 55 aniversario.

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