Redada en un bar de Nueva Montaña, con aplausos de los testigos de la operación

Agentes de la Policía Nacional, pertenecientes al grupo de Estupefacientes de la Brigada de Policía Judicial de Santander, realizaron la entrada y el registro en un local de hostelería, situado en el barrio de Nueva Montaña, una redada presenciada por numerosos vecinos, que aplaudieron desde la calle el operativo, ssegún informa la Policía Nacional en una nota de prensa.

Desde hacía tiempo, el Grupo de Estupefacientes, explican, tenía conocimiento de la existencia de un local de ocio ubicado en esta zona de Santander y regentado por dos personas, donde presuntamente se estarían consumiendo y vendiendo distintas sustancias estupefacientes, concretamente cocaína, hachís y marihuana. La «alarma social» que esto ocasionaba «era de gran envergadura», según la Policía, al estar el local en un lugar próximo a numerosos centros docentes y áreas recreativas para menores.

Ante tales circunstancias, los agentes establecieron un minucioso dispositivo de vigilancia y seguimiento, logrando constatar la afluencia de personas en el establecimiento que podrían estar cometiendo actividades ilegales relacionadas con el tráfico de drogas.

El miércoles, 8 de julio, los agentes del Grupo de Estupefacientes, que investigan este tipo de delitos, «ante la firme sospecha de la actividad ilícita», y contando con el apoyo de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) y la Unidad de Guías Caninos (ambas de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana) culminaron la operación con la entrada y registro del local.

Durante el operativo, realizado en horario de apertura al público, La Policía explica que los agentes actuantes identificaron a todos los presentes, tanto en el interior como en el exterior del establecimiento, y procedieron a la incautación de hachís a los propietarios del referido establecimiento, así como a tres clientes más, con la consiguiente propuesta para sanción administrativa, por tenencia y consumo de sustancia estupefaciente.

Así mismo, se comisionó al lugar a la Policía Local de Santander con el fin de comprobar que ese bar cumplía con la normativa municipal. Los policías locales pudieron constatar que los propietarios del establecimiento estaban cometiendo hasta seis irregularidades, siendo propuestos para sanción por ellas.