La reforma del Palacio de Cortiguera, más cerca tras adjudicarse los contratos

Según el anuncio de formalización de contrato publicado ayer en el BOE, sólo se había recibido una oferta de la UTE Portela-Salgado-López Marín por 128.908 euros, que ha sido la adjudicataria de este procedimiento negociado sin publicidad. Como ya se avanzó, el equipo liderado por el Premio Nacional de Arquitectura César Portela fue el ganador del concurso convocado por Fomento para la rehabilitación de Cortiguera.

Construido en 1888 como vivienda para la familia Cortiguera, el palacete fue utilizado posteriormente como Cámara de la Propiedad Urbana de Santander; en la actualidad es propiedad del Estado y figura en el Plan General de Ordenación Urbana como elemento protegido. Desocupado, cuenta con una superficie total construida de 611,33 metros cuadrados distribuidos en planta baja, primera, segunda y ático. Aprovechando el desnivel entre las calles de la parcela se prevé «una ampliación para completar funcionalmente la dotación cultural prevista», aumentando la superficie en casi 200 metros cuadrados.

En pleno centro de la ciudad, languidece desde hace más de dos décadas. En su interior sigue conservando buena parte de su estructura original y sus elementos decorativos. Tras la notificación del BOE, la concejala del área de Cultura del Grupo Socialista, Concha González, recordaba que Cortiguera es una demanda histórica de la ciudad, «un proyecto olvidado por el PP al que dio la espalda Mariano Rajoy, pero que el PSOE está impulsando de forma decidida desde el Gobierno de España». Otra muestra, a su juicio, de que «todos los proyectos culturales públicos que avanzan esta legislatura en Santander llevan el sello del PSOE». Los socialistas destacaron, además, que supone «un buen contraste» con el «sorprendente silencio» de la alcaldesa, Gema Igual, que se dedica a «provocar polémicas artificiales o invenciones para desviar la atención de su abandono de la cultura, cuando no de la destrucción del patrimonio, como en el incendio del MAS, que sigue sin resolverse y sin depurar las responsabilidades».