El refugio bajo el colegio Menéndez Pelayo es el más grande de Santander

Como los refugios antiaéreos de Santander -hay 114- están catalogados, cuando el Ayuntamiento encargó un informe sobre las grietas del patio del Menéndez Pelayo, el ingeniero que analizó las causas y soluciones intuyó que la razón del mal estado del colegio podría tener su origen en el refugio, razón por la que solicitó a los servicios municipales la entrada al mismo, donde pudo observar que se habían producido tres derrumbes en las proximidades -pero por debajo- del patio. En dos de estas zonas se había producido un derrumbe de tierras que se deslizaron por el ramal del túnel y, en otra, se había caído parte de la bóveda.

Como recoge el libro 'Una ciudad bajo las bombas', este refugio se construyó en los bajos del grupo escolar que hoy se conoce como Menéndez Pelayo, entre las calles Lope de Vega y López Dóriga o Cuesta de las Cadenas. Es un refugio de galería con cabida para 2.000 vecinos, lo que le convirtió en el más grande de todos los que había de este tipo. Sus galerías terminadas tenían 160 metros de largo, dos metros de altura y 1,70 de ancho. Además, estaba previsto que se ampliase 114 metros más. A estos túneles podía accederse por cuatro bocas que hoy están tapiadas. Una está en López Dóriga, tras la actual comisaría de la Policía Nacional; otra está en Lope de Vega, en el taller de bicicletas Ciclos Abad; y, las otras dos, en Daoíz y Velarde, una en uno de los locales más cercanos a Cañadío y, la otra, en el lado opuesto de la manzana.

No es la primera vez que este refugio da problemas al Menéndez Pelayo. Hace casi diez años, cuando aparecieron unas grietas en la esquina noroeste del centro, se dieron cuenta de que el origen estaba en los túneles subterráneos porque, al tratar de cubrirlas con hormigón, estas lo 'absorbían'. En aquella ocasión, el servicio de topografía del Ayuntamiento de Santander y el departamento de Nuevas Tecnologías de la Escuela Taller hicieron un levantamiento topográfico para tenerlo documentado y saber qué zonas podrían derrumbarse en el futuro, algo que finalmente ha ocurrido sin que se previese.

Como informó la concejala de Educación, Noemí Méndez, durante la celebración del pasado Pleno, el Gobierno de Cantabria ya tiene en sus manos el estudio encargado por el Ayuntamiento para rehabilitar las grietas del patio y ya han llevado a cabo las primeras operaciones, que han consistido en realizar un estudio geotécnico con un georradar para obtener la información necesaria para determinar exactamente cómo y dónde actuar. Ahora, queda licitar y adjudicar la obra para reparar los desperfectos.