Los regionalistas quieren que el deporte de las palas se declare Bien de Interés Local

Este grupo municipal lleva tiempo buscándole las vueltas a los deportes enraizados en la capital: hace ya tiempo propuso que en el antiguo Rema se instalara una escuela de surf y hace más aún promovió iniciativas para evitar que los bolos desaparezcan de la ciudad, para lo que demandó la rehabilitación de las boleras de los barrios, que se estaban dejando morir.

Ahora le toca el turno a las palas. A las puertas de cumplirse un siglo desde que un grupo de amigos comenzara a jugar sobre la arena húmeda de la playa de La Magdalena con unas raquetas de madera, el característico sonido de estas se ha convertido en casi seña de identidad de los arenales santanderinos: alrededor de unas 600 personas practican todo el año este deporte tanto en invierno como en verano -ha calculado el partido-. A partir de mayo, pueden ser unas 2.000 personas, ha indicado el PRC en un comunicado.

Para el portavoz regionalista José María Fuentes-Pila el interés que despierta el ver en acción a estos jugadores se ha convertido, además, «en todo un punto turístico más que mostrar al visitante de nuestra ciudad». De ahí que, en su opinión, no se puede «desaprovechar» esta gran afición, que se ha hecho tan singular de la capital cántabra.

Fuentes-Pila ha recordado, por otra parte, «el enorme impacto» que tuvo para la ciudad la celebración en 2017 del Mundial de Palas, por el que pasaron miles de personas, y que «sirvió para poner a Santander en lo más alto». En aquel momento se batieron récords. Por ejemplo, hubo 1.003 personas jugando a la vez durante 15 minutos, 60 países estaban representados en la playa y hubo quien jugó 80 horas seguidas, sin parar tres noches. «Esto se consiguió para Santander, un evento único que unió a todos los países, jugadores y aficionados», ha apuntado.

Igualmente en dicha moción el PRC instará a que la Consejería de Universidades, Igualdad, Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria estudie la propuesta de declarar las palas como Bien de Interés Cultural Inmaterial (BIC).