La rehabilitación de edificios crece ante la falta de obra nueva en el centro

La redacción del plan se estructurará en cuatro fases. En la primera, se llevará a cabo un estudio sociodemográfico, un análisis del parque de vivienda en la ciudad, de la demanda y evolución de la oferta y una previsión del desarrollo del suelo. En la fase 2, se definirán los objetivos y estrategias que enmarquen el programa de actuación y las medidas para dar respuesta a los objetivos establecidos. Posteriormente se pondrá en marcha un proceso de participación ciudadana (fase 3) para difundir el plan entre los agentes sectoriales y los ciudadanos, se desarrollará una exposición pública y el análisis de las alegaciones. Y, por último, la fase 4 supondrá la aprobación del plan por parte del Ayuntamiento de cara a su puesta en marcha. «Queremos que cuente con el máximo consenso por parte de la Corporación, por lo que abriremos su elaboración a los grupos municipales», remarca el concejal de Vivienda, César Díaz.

Pero este plan no es el primer documento que analizará la situación del sector en Santander. En el proceso de participación ciudadana que se desarrolló el año pasado para sentar las bases del futuro PGOU ya se trazaron algunas conclusiones con las aportaciones de los vecinos. En las diferentes mesas se recogió esa necesidad de primar la regeneración urbana y la actuación en la vivienda actual frente a la nueva. En caso de construir, seis de cada diez participantes apostaron porque la vivienda nueva sea colectiva (en bloques de pisos), una cuarta parte pedía vivienda unifamiliar y, un 14%, vivienda adosada.

Otras conclusiones de este documento recogen que el PGOU debe primar esa renovación del parque residencial existente para adaptarlo a las necesidades actuales de la población. En paralelo, Santander ha de tener capacidad para crecer -de manera ordenada y compacta- y completar la trama urbana hasta terminar en el frente litoral. Además, se recoge la necesidad de más alquiler, también de titularidad municipal, ya sea mediante regeneración o nueva ejecución.

Santander pide más vivienda protegida. El texto recoge cifras como que una de cada tres viviendas que se desarrollan actualmente en Santander son VPO y que el Gobierno de Cantabria tiene registradas 11.000 personas demandantes de este tipo de inmuebles, 900 nuevas al año.

33%de las viviendas que se desarrollan actualmente en la ciudad son de protección oficial

La participación ciudadana también contempla actuaciones sobre la vivienda vacía, como la división de aquellas más grandes para adaptarse a la demanda actual -familias con menos miembros-. Las mesas técnicas pidieron, además, la regulación de estas viviendas por parte del Ejecutivo regional para poder aplicar soluciones en función de las estadísticas resultantes.

Desde el Colegio Oficial de Arquitectos, el vicedecano Román San Emeterio se inclina por esa regeneración de vivienda. «La dinámica en Europa es la de rehabilitar. Se recuperan los edificios y se adaptan a las nuevas normativas en materia de accesibilidad y eficiencia energética. Este proceder llega para quedarse». Aunque en el último año ha habido un ligero aumento de la población en Santander, la tendencia general es a la baja. «Ha perdido población (de en torno a 200.000 a 170.000) y tiene un reto por delante para recuperarla con una política de vivienda que, a mi modo de ver, debe basarse en la colaboración público-privada».

Pero no todo es «rehabilitable». Hay edificios que, por su mal estado, necesitan ser sustituidos. «Se deben reemplazar aquellos inmuebles que ya no se puedan recuperar. Esto debe ser una acción más global que puntual, crear dinámicas que estudien aquellas zonas donde debería realizarse esa sustitución». También considera que deben mejorarse los tiempos respecto a las licencias de obra municipales. «Hay un impulso grande en las obras menores, a no ser que haya medios auxiliares como andamios u ocupaciones de acera. La obra mayor es más lenta, hay quejas por esto». Este tipo de sustituciones, apunta el vicedecano, se pueden poner en marcha en zonas como el Cabildo, con muchos solares vacíos. «Con esto y la rehabilitación, los barrios que están vacíos no lo estarían. Ahora, las zonas que rodean a la ciudad son más potentes en obra nueva y hay que reforzar el centro».

Desde la Asociación de Constructores de Cantabria, el presidente Gervasio Pinta afirma que la gente «quiere obra nueva en el centro, pero no hay». Eso provoca que aumente la demanda de «vivienda usada» para rehabilitarla. Entre el alquiler y la venta, afirma que no hay una preferencia clara y que los clientes «se interesan por las dos cosas más o menos por igual». Desde el inicio de la pandemia, además, «hay más gente que quiere venir a vivir a Santander y a Cantabria. Se ha notado en los últimos meses más interés en mudarse aquí por parte de personas que vienen desde otras comunidades».

11.000personas demandantes de vivienda protegida registradas por el Gobierno regional

4fases tendrá el Plan de Vivienda: diagnóstico, estrategias, participación y aprobación

Las inmobiliarias comparten parte del discurso de Pinta. Desde la inmobiliaria San Fernando, José Andrés Cuevas apunta que «siempre se demanda más obra nueva que de segunda mano». Pero en el centro de Santander «no hay apenas», lo que lleva a los compradores a interesarse por la rehabilitación. «Lo que más se demanda es la compra de pisos de dos o tres habitaciones, para familias. También alquiler, por la situación laboral general. Paradójicamente, la situación del sector inmobiliario está mejorando y hay una demanda activa tanto para comprar como para alquilar». Vivir en las afueras, considera Cuevas, tiene ventajas como la facilidad de aparcamiento mientras que los edificios del centro no tienen garajes. Aún así, la mayoría de la gente prefiere «la comodidad del centro». «Esto provoca un 'boom' de rehabilitaciones a falta de pisos nuevos, las empresas que se dedican a estas obras no dan abasto ahora».

Desde Construcciones Agüero Sandi lo confirman. Roberto Agüero explica que hacen, sobre todo, rehabilitaciones de fachadas. «Ha crecido mucho también por las subvenciones que da el Ayuntamiento para estas obras y por el boca a boca. La gente se da cuenta de que arreglar la fachada es mucho más que estético, están contentos porque tienen más comodidad y ahorran en calefacción gracias a los nuevos materiales, que aíslan mejor del frío». Tras terminar estas obras de rehabilitación, muchos vecinos se ponen en contacto con él para contarle sus experiencias. «Hay clientes que nos dicen que duermen con menos ropa y sin calefacción tras las obras, algo que antes no podían hacer. Además, el edificio se revaloriza. Esto se lo cuentan de comunidad en comunidad y cada vez más gente quiere estas mejoras».