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Ana del Castillo
Santander
Martes, 6 de febrero 2018, 11:14
El bombero de Santander, Iván Polo, de 29 años y a punto de cumplir siete en el cuerpo municipal, tuvo que lanzarse el pasado domingo acantilado abajo para rescatar a Nala, una Golden Retriever recién operada que resbaló por el precipicio del cabo de Mataleñas, por donde transcurre la senda peatonal.
El propietario del animal tardó en dar aviso a los servicios de emergencia porque -en un primer momento- se planteó bajar él mismo, pero finalmente, ante las malas condiciones del tiempo, dio aviso al 112, y éste a su vez a los Bomberos de Santander.
«A simple vista no estaba herida, pero temblaba, estaba muy asustada y tenía la movilidad reducida», explica Polo. Fue él quien pidió al mando descender por la pendiente a por Nala, «tengo un Labrador Retriever y me gustan los animales».
El rescate consistitó en fijar una línea de seguridad para Polo hasta llegar a la mitad del acantilado, donde se encontraba el animal que era incapaz de subir por sus propios medios y corría el riesgo de caer al agua.
No es la primera vez que Polo rescata a un perro, «este verano llevamos a cabo otro en Liencres», explica. Esta vez, lo que ocurrió se puede achacar a la imprudencia del propietario, que llevaba al animal sin atar. «La llevaba suelta. El animal tuvo un fallo, se confió y se escurrió. Estaba tan asustada que se dejó rescatar sin problema».
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