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En marzo del año pasado se conoció que la fallida residencia municipal del Primero de Mayo bloqueaba otro proyecto similar a 50 metros de ... la parcela del Ayuntamiento de Santander, que promovía el grupo Calidad en Dependencia. Fallida, porque a pesar de que se ha intentado sacar adelante hasta en dos ocasiones, su licitación ha quedado desierta. Las dos veces. Precisamente por eso, la empresa privada quería saber si se licitará por tercera vez el centro de mayores que se anunció hace ya catorce años. Entonces, la respuesta fue que se estudiaban «otros modelos de gestión». Y a día de hoy no hay novedades. Desde el equipo de gobierno del PP no aclaran a El Diario Montañés si saldrá de nuevo a licitación ni tampoco de qué forma, ya que ha quedado claro que los anteriores concursos no han interesado a las empresas.
Este plan municipal fue anunciado por primera vez en 2011 por el entonces alcalde, Íñigo de la Serna. El exregidor detalló que el Primero de Mayo contaría con un centro para la tercera edad «con 160 plazas». Sin embargo, el concurso para su ejecución quedó desierto. Fue hace dos años cuando la actual alcaldesa, Gema Igual, retomó el plan y anunció que este centro asistencial, que se construiría en un terreno del sector 4 de la ciudad, entre las calles Rosalía de Castro y Faustino Cavadas, contaría finalmente con 120 plazas y estaría listo en abril de 2025. Según lo que explicó la regidora, la idea es que esta residencia se levante en un terreno cedido por el Ayuntamiento, aunque las obras y la explotación -durante los primeros cuarenta años- correrían a cargo de la empresa que gane el concurso. Pero tampoco pudo ser, tras quedar desierta la licitación por segunda vez -en julio de 2023-. Según publicó entonces El Diario Montañés, que consultó a fuentes del sector, esta circunstancia pasa porque las pretensiones del equipo de gobierno «son muy caras».
El plan de Calidad en Dependencia es construir un centro para personas mayores en una finca muy cercana a la del Ayuntamiento y que compró hace ya cinco años. Ahora, Rubén Otero, empresario al frente de este plan, reconoce que se han disparado «tanto» los precios de construcción que prefiere esperar a que finalicen otros proyectos que ya tiene en marcha. «Hay que ir poco a poco, no voy a empezar ya con la siguiente», comentó en referencia al centro para personas con discapacidad en Requejada (Polanco), cuyas obras comenzaron hace un año. Una vez concluya esa intervención, decidirá el siguiente plan a acometer, ya que su idea es seguir ampliando la red de residencias en Cantabria. De hecho, tiene varias localizaciones ya planteadas. Una es la del Primero de Mayo, en Peñacastillo. La otra, junto al Hospital Sierrallana, en Torrelavega.
«Hay tanta demanda de plazas que se podrían hacer las dos residencias perfectamente», explica Otero. El problema ahora es otro. Y es que, a la subida de los costes de construcción, se suma la falta de personal. «En algunos de los centros abiertos ya hay falta de personal». Además, su sector es el «único» que no recibe ninguna subvención para poder levantar este tipo de infraestructuras. Prueba de que hay dificultades para sacar adelante estos proyectos es que ya hay varios frustrados en Santander. Por ejemplo, la residencia que pretendía abrir Onisan en el antiguo Hotel Central, en la calle Ataúlfo Argenta, en pleno centro de Santander. Tras más de tres años para tramitar licencias, los inversores explicaron que no podían asumir «el riesgo de la incertidumbre en los plazos administrativos». Otro ejemplo es la del antiguo colegio María Inmaculada, en la calle Canalejas, que también está paralizada.
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