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El policía jubilado Fernando Ruiz, de 61 años, acudió el pasado 8 de marzo a su supermercado de confianza, Plaza Día (calle Santa Lucía ... 31, en Santander). Eran las seis de la tarde y se fue directo a la carnicería a por queso fresco. En ese momento escuchó a tres jóvenes quejándose en tono elevado -«era la maniobra de distracción»- de haberse quedado sin plan y sin barbacoa. Estaban en la zona de la carne congelada, junto a las cámaras frigoríficas.
Ruiz continuó con sus compras, pero a los pocos minutos vio que dos hombres -«de unos treinta años», describe- se dirigían deprisa hacia la puerta de salida mientras las empleadas del establecimiento les pedían que se detuvieran. El policía local retirado, que durante 30 años trabajó en el turno de noche y perteneció al Grupo de la Sección de Horario Especial (SHOE) -creado en su momento para combatir el botellón-, se plantó en medio del pasillo para evitar que escaparan. «Me identifiqué como exagente de policía y puse contra la pared a uno de ellos para pedirle que sacara todo lo sustraído. Llevaba un champú y carne congelada, pero de pronto apareció por detrás otro joven, de color, nervioso, sin mascarilla y sin respetar la distancia de seguridad, y le dijo a su amigo 'ponte salvaje'».
Así comenzó la brutal paliza a Fernando. Sin mediar más palabra, le asestaron dos puñetazos en la cara, se abalanzaron sobre él, le empujaron contra las neveras que conservan el vino, rompiéndose los cristales y cayendo al suelo sobre los mismos. «Me empezaron a dar patadas en la cara y por todo el cuerpo y yo me acurruqué, me tapé la cabeza con los brazos para evitar golpes. Me estuvieron pateando durante un buen rato», cuenta Ruiz. El corrillo de gente que se formó alrededor y que no fue capaz de llamar a la policía para denunciar lo que estaba ocurriendo -«porque estaban presas del pánico», les disculpa el exagente- hizo que los agresores detuvieran la pelea y huyeran del supermercado.
Desde el suelo y sobre un charco de sangre, Ruiz sacó su teléfono y llamó a la Policía Nacional, que acudió al lugar minutos más tarde acompañada por una ambulancia del 061. Una vez trasladado al hospital Marqués de Valdecilla le revisaron todas las heridas, le pusieron 15 puntos de sutura en la ceja, muy cerca del ojo derecho, y le sometieron a diferentes pruebas.
Hoy ya está en casa con un dolor muy fuerte en el brazo izquierdo, el mismo que le tuvieron que operar hasta en ocho ocasiones por otra pelea estando de servicio. Fernando, que fue el primer agente de la unidad de noche condecorado con la medalla al Mérito Policial, está habituado a intervenir en sucesos como el del pasado 8 de marzo. «Me han acuchillado en la mano en un bar de la calle Gándara, me han roto el codo a patadas, estuvieron a punto de dispararme...», enumera Ruiz con una pasmosa tranquilidad: «Con el tiempo nos acostumbramos a estas situaciones y sabemos cómo afrontarlas, pero sin conocer nunca el resultado final».
La Policía Nacional ha abierto una investigación para tratar de esclarecer los hechos, pero de momento no se ha producido ninguna detención. Se está a la espera de que lleguen desde Madrid las grabaciones de las cámaras de seguridad del supermercado para poder identificar a los agresores. Tanto la víctima como los empleados y testigos de lo ocurrido ya han prestado declaración.
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