![Estado en el que quedó el negocio de la calle Cisneros.](https://s1.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2024/02/07/comborobo-kOtH-U2101458611124rGD-758x531@Diario%20Montanes.jpg)
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A Volha Sviardlova todos en la calle Cardenal Cisneros de Santander la conocen como Olga. Lleva cuatro años en el barrio, desde que abrió su negocio de manicura y pedicura (O.S. Nail) en el número 28, y el buen trato les ha hecho coger confianza. Fue uno de esos vecinos, que siempre pasea al perro a primera hora, el que la llamó a las nueve de la mañana del domingo 21 de enero para alertarla de que le habían entrado en el local y se lo habían destrozado.
En pijama, bata y en «estado de shock», esta bielorrusa autónoma en Cantabria bajó al establecimiento para ver el alcance de lo ocurrido. En ese trayecto, de su casa al local, pudo hacerse una idea de cómo se lo encontraría, pero se equivocó. Era mucho peor. Nunca pudo imaginar que para llevarse 240 euros y un portáil de una de sus hijas, alguien pudiera destrozar todo a su paso. El escenario era lo más parecido al día después de un terremoto. Cristales rotos, cajones abiertos, cajas reventadas, artículos y papeles por el suelo... «Fueron unos psicópatas, no tiene sentido tanta destrucción», señala Olga.
El autor o autores de los hechos accedieron al interior del local forzando la verja -«no me explico cómo no lo pudo ver alguien porque hace bastante ruido», explica Sviardlova- y reventando el cristal de la puerta de acceso. Una vez dentro, las imágenes del vídeo hablan por sí solas, se llevaron todo por delante.
Además del portátil (de la marca Mac), los moradores se llevaron 85 euros de un cajón que suele tener para dar cambios y el bote de propinas, que ese día acumulaba 156 euros. La propietaria ya ha hecho cuentas: los destrozos en el local ascienden a 1.033 euros.
Aunque se siente «baja de energía» desde lo ocurrido, Olga intenta extraer lo positivo del suceso. Se refiere a la ola de solidaridad que vino después. Gracias a la ayuda de sus hijas, vecinos y amigas consiguió abrir al día siguiente y recibir a las clientas, aunque la rotura del cristal diera pistas de lo que había ocurrido solo unas horas antes.
Volha Sviardlova
Propietaria de O.S. Nail
La Policía Nacional tiene abierta una investigación para dar con el responsable o responsables de los hechos. Según Sviardlova, los agentes le han comunicado que «es un trabajo de profesionales, que entraron con guantes y supieron desconectar a toda prisa todos los fusibles, para dejar sin luz ni internet al local, por miedo a que hubiera alguna alarma conectada».
Tras formular la denuncia en dependencias policiales y después de que los agentes de la Científica realizaran la inspección ocular, esta autónoma grabó un vídeo que revela el estado en el que quedó su negocio. Las imágenes, que ya se han hechos virales en redes sociales, acumulan más de 21.000 visualizaciones. El mensaje que Olga escribió en su publicación fue el siguiente: «Y yo que pensaba que Santander es la ciudad más segura del mundo».
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Ana del Castillo
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