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La enfermera Isabella López-Tapia, de 26 años, iba charlando con una amiga por la plaza de Puertochico, pasadas las dos de la madrugada del domingo, cuando presenciaron cómo unos jóvenes de Santander increpaban a otros de Burgos por el partido del Racing, celebrado esa ... misma tarde en los Campos de Sport de El Sardinero. «El chico con el que se metían no hizo nada, no entró al juego, sin embargo los agresores fueron a por él», explica la sanitaria, que es natural de Getxo pero reside y trabaja en Cantabria.
Según el relato de las testigos, lo tiraron al suelo, le dieron patadas y puñetazos y cuando la víctima consiguió liberarse, se levantó. «Entonces el agresor le dio un puñetazo fuerte en la cabeza y el chico impactó contra el suelo quedando inconsciente. Y le siguieron pegando...», lamenta la enfermera, que asegura que les gritó para que pararan, pero hicieron caso omiso a sus advertencias.
Los amigos de la víctima chillaron pidiendo ayuda -«estaban en shock y decían que le habían matado», apunta López Tapia- mientras los agresores huyeron corriendo de la zona. Cuando la enfermera llegó hasta el joven agredido se lo encontró «inconsciente, regurgitando por la boca y sin pulso». «Tenía una herida grande en la zona de la cabeza y empezó a sangrar por la nariz, por lo que supe que la situación era grave», señala la sanitaria. Tras iniciar los primeros auxilios, la enfermera se dispuso a realizar una RCP (reanimación cardiopulmonar) justo en el momento en el que la víctima «tomó aire e inició la consciencia». Su amiga, de profesión psicóloga, atendía a los amigos, «estaban muy nerviosos, con ataques de ansiedad».
Esta joven de Getxo se quedó «impresionada por la maldad empleada en la brutal agresión». No se explica cómo es posible seguir pegando a alguien que yace inconsciente en el suelo y que no responde a las patadas y golpes. «Huyeron dejándole tirado en el suelo», señala Isabella haciendo hincapié en lo «arraigada que está la violencia» en la gente joven.
A pesar del testimonio de la sanitaria y de los brutales hechos descritos, la Policía Nacional, que se personó en la plaza de Puertochico la noche del suceso, ha cerrado la investigación ya que «no hay denuncia» y las lesiones del joven, finalmente, no revisten gravedad.
Según ha podido saber este periódico, la víctima, que es natural de Burgos pero cursa sus estudios en Santander, había recibido la visita de unos amigos de su ciudad que aprovecharon su estancia en la capital cántabra para ver jugar a su equipo contra el Racing.
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