Romería de barcos en El Puntal

Son las tres de la tarde de una jornada soleada y Javier González saca la llave para acceder al pantalán, en Puertochico. Se avecina una jornada breve de navegación. «Tampoco estaré mucho rato porque no es el mejor día para navegar», relata. No obstante, González lo tiene claro. «La gente que tiene barco sale en cuanto puede». Y no puede tener más razón. Esta última semana de buen tiempo ha animado a muchos a soltar el amarre de sus embarcaciones y a surcar la bahía santanderina. «A partir de ahora te pones un día a las tres de la tarde en Puertochico y esto es una romería de barcos. Se nota que hay movimiento», dice. La motora arranca y, tras dejar atrás los edificios de Castelar y el Palacio de Festivales, avanza en dirección a la playa de El Puntal, en Somo. Este es uno de los espacios preferidos por los santanderinos en las jornadas veraniegas.

Estos últimos días de mayo todavía quedan lejos de las aglomeraciones de turistas, pedreñeras y embarcaciones típicas de julio y agosto, pero también se está registrando mucha más actividad local que otros años a estas alturas. Es el caso de Ricardo Ruiz, su esposa y sus hijos quienes, a raíz del coronavirus, han adelantado sus salidas en barco. Frente a la playa y a bordo del 'West', Ruiz declara que están «exprimiendo al máximo» estas jornadas soleadas. «Los niños no tienen cole, hacen sus tareas por internet por la mañana y durante este tiempo yo teletrabajo, así que preparamos pronto la comida y comemos aquí». Normalmente, aprovechan la tarde. «De las dos a las seis», señala. Incluso cae algún baño. «Hoy no porque hay nordeste y se nota más el frío», lamenta..

Una de las embarcaciones que más destaca entre los más de cincuenta barcos atracados frente al Puntal es el velero de la empresa Santander Cruceros. A bordo, uno de los gerentes de la empresa, Elías Del Corte, y su perro; Del Corte se conoce la bahía como la palma de su mano pero, para relajarse, elige atracar frente a esta playa de Somo. «Hay bastante ambiente de barcos. La mayoría somos los de siempre, los conozco a casi todos». Antes de reincorporarse a las salidas en barco puramente turísticas, Del Corte disfruta del teletrabajo desde el mismo velero. «A veces aprovecho e incluso duermo aquí. Es una gozada dormir con el ruido del mar de fondo».

Al que han dejado solo en su velero es a Carlos Cámara. «Mi mujer y mis hijas se han ido a pasear y a tomar el sol a la playa, pero yo prefiero quedarme aquí más tranquilo», cuenta. Destaca el «altísimo» número de barcos que está viendo. «La gente tiene ganas de salir de casa, lo estamos viendo con las terrazas llenas, y con los barcos, igual o más». Añade además que las circunstancias excepcionales que se han vivido a raíz de la pandemia mundial de coronavirus han aumentado sus ganas de navegar mucho que más que otros años. «También estoy deseando que vuelvan las regatas de fin de semana. A ver si se pueden dar este año».

Uno de los atractivos de las jornadas en El Puntal son los aperitivos en los chiringuitos de la playa. El primero de ellos, 'El Puntal de Tricio', abre sus puertas el día 15 de junio, con las pedreñeras. «La terraza ya está delimitada. Habrá puertas de entrada y salida y no habrá que cruzar el bar para nada porque a los baños se entrará por el exterior», indica su dueño, Ricardo Tricio. Únicamente habrá dos turnos para comer (a las 13.00 y a las 15.00 horas), aunque habrá posibilidad de llevarse la comida a la toalla o al barco. Ante su apertura, Tricio se muestra temeroso. «Hago un llamamiento a la responsabilidad de los clientes», señala. El segundo chiringuito, 'El Capricho', abrirá el 1 de julio «si todo va bien».