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Los nuevos espacios proyectados, sumados a la oferta actual, pueden hacer de la cultura una nueva fuente de ingresos para la ciudad, que atraiga un turismo de calidad y sostenido a lo largo del año.
Gema Igual Alcaldesa de Santander
Consciente de que las predicciones y futuribles «siempre están reñidos con la política», Gema Igual asegura que algunos hitos de la ciudad serán una realidad en menos de esos siete años «si el PP continúa gobernando» en el Ayuntamiento y en la Comunidad.
Esa futura ciudad será, según la regidora, más verde. «Estamos inmersos en una transición a nivel mundial para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la que no podemos ser ajenos y, por ello, en 2030 Santander integrará los espacios verdes en el entorno urbano –como ejemplo más cercano, la renovación de General Dávila–; apostará por la movilidad sostenible, con más carriles bici, tráfico más calmado y medios de transporte alternativos al vehículo privado; por reducir las emisiones de CO2 –con el soterramiento del tráfico rodado en la calle Marqués de la Hermida, eliminando los efectos de la circulación de 45.000 vehículos diarios–; y el uso eficiente del transporte público –con dos aparcamientos disuasorios–.
En el aspecto urbanístico, Santander habrá culminado la recuperación del frente marítimo en 2030, «con el desarrollo del área de Varadero, con un gran aparcamiento subterráneo, así como nuevas zonas verdes y equipamientos sociales, culturales y deportivos de uso público; la prolongación del paseo marítimo de Antonio López hasta el Barrio Pesquero; la reordenación del entorno de la Estación Marítima; el acondicionamiento del malecón de Puertochico y la extensión del paseo marítimo desde la explanada de Gamazo hasta la playa de los Peligros, completando el recorrido junto a la bahía más bonita del mundo».
«Se podrá recorrer la Historia del Arte desde sus inicios» Marítimo»
«En 2030, habrá culminado la recuperación del Frente
Y, por supuesto, Santander será una ciudad de referencia de la cultura «a nivel mundial», con unas infraestructuras «de primer nivel» como la sede asociada al Reina Sofía-Archivo Lafuente, el proyecto Faro Santander del Banco Santander, el Mupac, la Biblioteca de Menéndez Pelayo, el Centro Botín, la colección de Enaire y el barrio de La Florida con el Museo de Arte (MAS), así como el entorno de la Catedral.
«De esta forma, Santander será una de las pocas ciudades donde se podrá recorrer la Historia del Arte desde sus inicios –la prehistoria– hasta el Arte contemporáneo, haciendo especial hincapié en las vanguardias y el arte moderno, no sólo en torno a las artes plásticas sino la música, o la danza.
Moisés Castro Oporto Decano del Colegio de Arquitectos
A diferencia de Bilbao, donde el Guggenheim funciona como «locomotora», en ese Santander de 2030 prevalecerá el efecto de conjunto. «Eso será lo importante, una colección de pequeños museos que caractericen la ciudad». Según Moisés Castro, el modelo que puede seguir Santander es el del Festival de arte de Edimburgo, «que llena el espacio callejero de pequeñas actuaciones».
«El Centro Botín es pequeñito; el Pereda va a ser importante, pero será una pinacoteca de una escala regional; quizás el Mupac sea el de mayor relevancia. Pero el conjunto de todos ellos y sus sinergias pueden producir ese otro efecto, y eso es lo más deseable: que no dependamos de una sola institución, sino de un tejido».
El decano de los arquitectos cántabros cree que Santander puede convertirse en esa ciudad cultural y de servicios, y también que esa actividad debería reflejarse en un nuevo diseño urbanístico. Recordó que, coincidiendo con la presentación del proyecto de David Chipperfield para transformar en museo la sede del Banco Santander en el Paseo Pereda –rebautizado como Faro Santander–, el Colegio de Arquitectos organizó un ciclo, 'La milla de los museos', centrándose en la línea que iría uniendo los equipamientos culturales, desde el Museo Marítimo hasta el MAS. «En el debate se expuso que esas actuaciones deberían complementarse con un espacio urbano de mayor calidad, con más protagonismo para el peatón y un tráfico lo más restringido posible, porque probablemente no haya necesidad de que ese tráfico atraviese la ciudad».
«No es necesario que el tráfico atraviese la ciudad»
«Es deseable que no dependamos de una sola institución, sino de un tejido»
«Lo que más perturba ese espacio es la presencia de coches en superficie, los aparcamientos. Se trata de que se pueda llegar en coche a cualquier punto de la ciudad, pero no aparcar, y de esa forma puede crearse un espacio constante y continuo desde Puertochico hasta la Plaza del Ayuntamiento. Es la manera de que el espacio pueda ser utilizado por el peatón, los comercios y los vecinos, con otra calidad».
Para Castro, desestacionalizar el turismo es «fundamental» para una ciudad que puede enfrentarse al peligro de una «afluencia masiva» de visitantes. La rehabilitación de edificios en la zona centro y la gestión del uso turístico y hotelero de viviendas debe contribuir a que esa carga se reparta de modo más homogéneo. «Puede ser mejor que tener a todo el mundo metido en la Plaza de Cañadío».
Presidente del Ateneo de Santander Manuel Ángel Castañeda
La cultura puede suponer una aportación importante a la economía de la ciudad, pero de ahí a que se convierta en su principal fuente de riqueza hay un largo trecho, según Manuel Ángel Castañeda. «Puede ser un buen complemento, pero no creo que se trate de una aportación económica excepcional: si queremos que Cantabria salga adelante y que la gente joven no tenga que marcharse fuera a ejercer las profesiones que ha estudiado, tenemos que ir al sector industrial y a las nuevas tecnologías. La cultura está muy bien, trae gente, trae turismo, pero debería ser el postre del menú».
Otra asignatura pendiente para esa ciudad ideal es la de la desestacionalización del turismo, sea cultural o tradicional.
«Considero que es muy importante que todos esos proyectos se culminen, y hacer de Santander un referente cultural que atraiga gente, pero creo que es importante conseguir que ese núcleo cultural tenga un atractivo por sí mismo, y que no suceda, como hasta ahora, que las cosas con mayor potencia cultural y, al mismo tiempo, festiva, las hacemos en verano, justo cuando esto ya está lleno. Hay que conseguir que la gente venga durante todo el año a ese nuevo museo del Banco Santander, al Centro Botín, al Centro Asociado del Reina Sofía..., es decir, que no nos limitemos a tener algo con un buen nivel pero sin gran capacidad de atracción. Hay que dar un paso hacia la excelencia para lograr que el público venga en invierno a ver los museos y las colecciones, como la gente va a Madrid a visitar el Prado o el Reina Sofía».
«Las cosas con más potencia cultural se hacen en verano, cuando ya está lleno»
«Faro Santander puede convertirse en el motor»
El presidente del Ateneo tiene muchas expectativas puestas en Faro Santander, un museo que, a su juicio, puede liderar esa oferta cultural. «Sería muy importante que ese nuevo museo fuera capaz de convertirse en el motor, y que alrededor de él haya otras cosas. Desde luego, resulta posible atendiendo a la calidad de los fondos que posee, con las colecciones de arte del Santander y de las otras entidades que ha ido absorbiendo a lo largo del tiempo».
Para Castañeda, no es preciso que la ciudad cambie su configuración urbanística para su 'nuevo' uso. «El diseño urbanístico de toda la zona, lo que se denomina el Ensanche, desde la Plaza Porticada a Puertochico, está perfectamente trazado, con una geografía urbana impecable. Ahí no hace falta transformar nada, aunque quizás sí se van a necesitar más aparcamientos subterráneos».
Fernando Zamanillo Exdirector del Museo de Bellas Artes
A Fernando Zamanillo le encantaría que en 2030 Santander fuese ese foco de cultura que aspira a ser, que la ciudad ganase calidad en todos los sentidos y que sus visitantes se repartieran a lo largo de los meses del año. «Pero la verdad es que ese afán cultural yo no lo veo: por mucho que haya Centro Botín, y todas esas posibilidades de las que se habla, la Fundación Enaire... cuando voy a esos sitios veo poca gente, y el turismo sale más a la cafetería o a la terraza».
Está convencido de que la apertura de nuevos espacios culturales, como los que exhibirán la colección del Banco Santander y el Archivo Lafuente, contribuirán a «elevar el nivel», aunque reserva el papel protagonista al Museo de Bellas Artes de Santander, «una vez haya concluido su rodaje». «Aparte de la importancia de las colecciones privadas del Centro Botín, Faro Santander o el Reina Sofía, el verdadero centro museístico propio de la ciudad es el Museo de Bellas Artes de Santander. Y, por supuesto, hay que tener en cuenta el Mupac, en el que deposito grandes esperanzas cuando cuente con esa nueva sede que muestre, por fin, una colección y unos fondos importantísimos dentro del ámbito de la Prehistoria».
Cree que es complicado que Santander, como ciudad cultural, forme parte de un eje junto a Málaga y Madrid. «Para eso haría falta un museo internacional con su sede, y eso es más difícil. Pero está en el eje del norte: San Sebastián-Bilbao-Santander-Oviedo. Ahí hay que mirar y buscar la calidad turística y cultural».
«Debe mejorar la oferta hotelera y las conexiones por tren y avión»
«Hay que mantener la oferta cultural durante todo el año»
Según el exdirector del Museo de Bellas Artes de Santander, ese impulso a la ciudad debe venir acompañado por una mejora generalizada de la infraestructura turística, de la que formaría parte la oferta hotelera –«y el control de los alquileres vacacionales»–, y precisaría mejorar las comunicaciones por tren y ampliar las aéreas.
Además, si el objetivo es desestacionalizar el turismo la oferta cultural ha de mantenerse durante todo el año. «La música, por ejemplo, está todo concentrado prácticamente en un mes. Yo pienso que se deberían cambiar incluso las fechas del FIS y pasarlo a septiembre. Hay que extender y repartir: aunque haya conciertos en lugares históricos, los más atractivos están aquí. Y eso hablando de música clásica: también se concentran en un par de semanas, tres a lo sumo, los conciertos de música pop. Con el arte pasa lo mismo: las exposiciones más importantes se programan en verano. Incluso Artesantander coincide con las fiestas de Santiago».
Luis Cubrí aConsultor experto en turismo
La ampliada oferta cultural con que Santander tiene previsto contar para el año 2030 reforzará la capacidad de atracción de la ciudad, en opinión de Luis Cubría. «Este tipo de recursos turísticos y culturales son perfectos para el posicionamiento que quiere tener Santander y también Cantabria, que es acceder a un turista cosmopolita, educado y de calidad, y, además, durante todo el año».
Por su localización y las características de su oferta, Santander deberá medirse con otras ciudades medianas de la Cornisa Cantábrica. «Son ciudades con las que competimos y también nos complementamos. Obviamente, San Sebastián sería la principal referencia por dimensión, y Bilbao por cercanía. Ahora mismo, Santander no dispone de un Guggenheim, ni tiene una historia de Hemingway como San Sebastián. También hay que contar con Asturias, con una personalidad muy específica y que, como el País Vasco, va a tener dentro de poco buenas comunicaciones con Madrid».
Precisamente las comunicaciones, «un tema de contexto», es un ámbito en que Cantabria compite en peores condiciones, por lo que deberá reforzar esa capacidad de atracción.
«Son recursos regalados y debemos estar felices de tenerlos»
«Ese anillo cultural va a ser único en el norte de España»
«Ese anillo cultural de Santander va a ser algo realmente único en el norte de España», sostiene el responsable del Plan de Marketing Turístico de Cantabria, para quien esa fuerza de conjunto caracterizará la oferta de la ciudad. «Creo que ese mix funciona para ese tipo de visitante, un turista interesado en la cultura y también en la naturaleza, no de forma rabiosamente deportiva, sino vinculada con la historia y el patrimonio rural y rupestre».
No obstante, piensa que el proyecto museístico del Banco Santander puede despuntar entre todos los demás. «Posiblemente vaya a ser la estrella, aunque sume todo. El edificio no es el Guggenheim, pero tiene piezas muy buenas y el valor va a estar en su colección. Insisto en que va a sumar más el conjunto que cada una de las partes por separado: están todas ubicadas cerca y cuentan con gran cantidad de elementos positivos».
Cubría reconoce especialmente la aportación del Centro Botín y de Faro Santander a la ciudad. «En ambos casos se trata de recursos regalados y debemos estar muy felices de tenerlos. Eso ya ha quedado demostrado con el Centro Botín, un éxito arquitectónico y que compite en un mercado muy duro, de mucho gasto en las exposiciones».
Manuel González Morales Catedrático emérito de Prehistoria
Tener un conjunto de opciones de visita cultural generará un valor añadido a la ciudad, contando con que para 2030 todos esos proyectos estén concluidos. La oferta resulta abrumadora: «La colección Lafuente, la del Banco Santander, el centro Botín –que, como bien se sabe, se hizo con unas perspectivas enormes y está demostrando un atractivo modesto para ver su interior–; están las naves de Enaire, de nivel importante, y la recuperación y posible ampliación del MAS. A priori, es una oferta importante porque puede generar un circuito: sin moverse de Santander, y en un paseo de un kilómetro, podrán verse un montón de cosas».
«Tener una oferta variada y concentrada en el espacio indudablemente va a generar un flujo de turismo cultural que ahora no hay, pero todo depende de que se mantenga una programación en estos espacios, que no se conviertan en unos contenedores».
«Esa oferta se contrapesa un poco, con centros orientados a albergar exposiciones temporales, como el Centro Botín o Enaire, y otros a las colecciones permanentes, como el del Santander, el MAS o el Museo de Prehistoria, aunque también exhiban muestras temporales. Hay que equilibrar un poco esas dos cuestiones, lo mismo en la colección Lafuente, con fondos complicados de exponer, que jugará con una exposición permanente y otra temporal y temática».
«Deben mantener una programación, que no sean sólo contenedores»
«Debería ser dinamizador para mover gente a otros ámbitos»
Como prehistoriador, tiene un gran interés por el proyecto del futuro Mupac. «Desconozco el programa museológico, lo que se pretende exponer, pero siempre teniendo en mente que los fondos de Prehistoria, los materiales originales, son complicados de exponer».
Así como los demás centros e instituciones orientados a las artes plásticas tienen un débil vínculo con el resto de la región, el Mupac «debería ser dinamizador para mover gente hacia otros ámbitos», teniendo en cuenta el rico patrimonio prehistórico de Cantabria.
«De todos modos, no hay que engañarse: el turismo de arte rupestre, que es lo que va a ver la gente, no genera grandes flujos de visitantes y siempre va a ser limitado. El número de turistas que puede absorber el arte rupestre es muy limitado, tanto porque hay pocas cuevas visitables como por su conservación y personal: ahí sí hay posibilidad de crecimiento de un turismo de calidad, quizás dispuesto a pagar más por cosas que no se suelen ver».
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