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Santander puede pasar sed este verano si hoy no se llega a un acuerdo para hacer una trasvase de cinco hectómetros cúbicos (Hm3) de agua a la capital. A día de hoy, «ya no hay suficiente para garantizar el abastecimiento a la población». Es ... más, hace una semana se rebajó la que se utiliza en las fuentes ornamentales, la que necesitan los servicios de limpieza viaria y la que pide Parques y Jardines para el riego de las zonas verdes, donde se está usando la mitad, indicaron fuentes municipales. El Ayuntamiento lleva semanas reclamando al Gobierno regional que asegure el suministro -como es su obligación- y para ello le ha recordado que «la previsión a futuro es crítica». Pero la Administración autonómica tiene las manos atadas, ya que depende de las decisiones que tomen dos confederaciones hidrográficas (la del Ebro y la del Cantábrico), dependientes del Ministerio para la Transición Ecológica.
Hoy, martes, tendrá lugar una reunión con la junta de gobierno de la Confederación del Cantábrico en la que el consejero José Luis Gochicoa, titular de Obras Públicas, Ordenación del Territorio y Urbanismo -a quien han sumado la competencia hidráulica- espera conseguir el visto bueno a un trasvase de 5 Hm3 para la capital. «No renunciamos a los 26 hectómetros cúbicos del bitrasvase, pero estos llevan una gestión más larga», señaló a este periódico, por lo que Gochicoa se centrará en conseguir la cantidad citada, que supondría que Santander no empezaría con cortes de distribución en temporada alta turística, con la mala imagen que supondría para la ciudad.
Sin embargo, este periódico ha podido saber que lograr ese trasiego no será tan fácil por una cuestión puramente política: el expediente que se está tramitando tiene que recibir un informe positivo del Gobierno de Aragón, que está sin constituir. Y su visto bueno es preceptivo: si Aragón no firma, el volumen de agua solicitado no llegará.
El municipio informó de que el agua disponible en las captaciones el 1 de julio era de 590 litros por segundo, cuando los consumos diarios en la ciudad están entre los 635-650 litros por segundo en día laborable, con caudales punta en torno a los 800 litros por segundo. Santander ha necesitado agua extra todas las épocas estivales en los últimos diez años. Desde 2010 ha utilizado el bitrasvase del Ebro, una operación que consiste en captar agua del Embalse del Ebro y ponerla en las cuencas del Pas y el Besaya, desde las que se reparte. Los ejercicios en que más volumen se ha necesitado recientemente fueron 2012 (cuatro hectómetros cúbicos), 2013 (3,7), 2014 (5,4), 2015 (5,9), 2016 (4,9).
En junio, el Ayuntamiento valoró la situación de escasez de agua que ya se dejaba sentir, agravada por las altas temperaturas. Ante la previsión de ausencia de lluvias durante varios días, el Consistorio comunicó a finales del mes pasado al Gobierno regional que necesitaría suministro adicional. En la Consejería la petición no cogió por sorpresa. Es más, la dirección general de Medio Ambiente (bajo el mandato de Miguel Ángel Palacio) había exigido hace varios meses al Ministerio para la Transición Ecológica una solución al problema de abastecimiento que sufre Cantabria todos los veranos, aunque por el momento no ha habido respuesta positiva.
Esto no ha impedido que, temiendo que éste sea un verano especialmente seco, el Ayuntamiento haya presionado al Gobierno regional para que consiga el bitrasvase a la mayor velocidad posible. A la hora de hacer su reclamación, el Consistorio le recuerda a la Administración regional que ella cobra una tarifa fija en los recibos del agua «precisamente para la garantía de abastecimiento». Según las citadas fuentes municipales, hasta hoy, el Gobierno regional se ha limitado a señalar que la petición se dio traslado al organismo competente, que es la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC), que hoy tiene previsto estudiar el caso.
Actualmente, Santander tendría dos vías para conseguir el agua que precisa. La primera sería que el Ministerio firmara la autorización especial para el uso del bitrasvase (por 26 hectómetros cúbicos). Estos años atrás esta operación se ha realizado porque se anteponía el derecho de la ciudad al agua que a cualquier otro conflicto, dado que el bitrasvase no estaba legalizado. Fuentes consultadas por este periódico señalan que, en esta ocasión, el Ministerio es más que reacio a seguir utilizando este camino. La postura actual de los técnicos es que esos 26 hectómetros acaban siendo unas cantidades que se restan al sistema hidrográfico del Ebro para ir a parar al del Cantábrico y que este segundo nunca tiene déficit de agua.
La segunda vía sería un trasvase puntual, el de los 5 hectómetros cúbicos que quiere conseguir el Ejecutivo de Revilla. Pero esta posibilidad nace con un hándicap importante, ya que depende que se forme gobierno en Aragón, donde el PSOE está negociando con varias fuerzas: el PAR (los nacionalistas de Aragón), IU, la Chunta Aragonesista y Podemos. Las conversaciones llevan semanas estancadas y, como dice un alto cargo del Gobierno cántabro, «Santander necesita el trasvase ahora, no en noviembre, porque entonces sobra agua».
Se da la circunstancia añadida de que el embalse del Ebro se encuentra a más del 90% de su capacidad, lo que significa que almacena 500 Hm3 mientras que garantizar el suministro a Santander supondría restarle solo cinco. Es decir, que la ciudad solo requiere algo menos del 1% del volumen almacenado, una cantidad insignificante.
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