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Las fiestas de Navidad han llenado de luces y adornos las calles de Santander. Pero también de gente. Desde que comenzó el periodo vacacional, las vías principales de la ciudad están abarrotadas de paseantes, tanto autóctonos como turistas. El frío característico de ... estas fechas no ha aminorado su afluencia y muchos celebran que el centro «vuelve a estar vivo». Los comercios gozan de colas de clientes que quieren adquirir productos y las mesas de los restaurantes están llenas. Aunque ayer el día amaneció lluvioso, el ánimo de la gente no se desinfló y se repitió la misma escena, aunque esta vez con paraguas y chubasqueros.
Muchas tiendas de las calles Juan de Herrera y San Francisco lucen estos días carteles en los que puede leerse que amplían el horario con motivo de las fiestas. Una iniciativa aplaudida por aquellos que aprovechan cualquier rato libre para comprar los regalos de última hora. «He hecho cola en algunos comercios porque hay mucha gente, pero prefiero eso a que la ciudad esté desierta», explica Carmen Agudo, con las manos llenas de bolsas. «Me da la impresión de que otros años la gente prefería ir a los centros comerciales y ahora han vuelto. Eso me encanta porque el centro vuelve a estar vivo». Es difícil detenerse a mirar un escaparate sin entorpecer el paso de los demás, como le ocurrió a Manuel Cubillas y su familia cuando intentaban hacerse un 'selfi'. «Llevamos un rato intentando sacar la foto, pero es imposible pararse sin estorbar, ¡no deja de pasar gente!», aseguraba el vecino de Valladolid, que está pasando los primeros días del año en Santander. «Aquí hace menos frío y hay muy buen ambiente. Nos está costando cenar sin reserva». Ya sea por ocio o por los reencuentros familiares que traen consigo las fechas navideñas, lo cierto es que salta a la vista el trasiego de turistas. En la calle Lealtad, un guía turístico explicaba ayer por la mañana la historia del incendio de 1941 a un amplio grupo.
Lola Rodríguez, Perfumería Villafranca
Desde el comercio tradicional aseguran que se nota mucho el ánimo de la gente, aunque no siempre se refleje en las ventas. «Estas fiestas están siendo muy alegres, aunque hayan sido más suaves que otras para nosotros», cuenta Lola Rodríguez, de Perfumerías Villafranca. «Sí vemos que los santanderinos disfrutan, pasean por las calles, pero no están comprando tanto como otros años». Sí ha notado un incremento durante los últimos días, con la cercanía de la noche de Reyes. «Cada uno compra en la medida que puede, lo importante es que disfruten, la gente tiene ganas de calle». En San Francisco, donde está ubicada su tienda, asegura que el ambiente navideño ha sido superior al de otros años. Las luces de este año, que recorren la vía desde el inicio hasta el final como un manto, han aportado mucha luz y visitantes a la zona.
roberto Tronco, La Osa Decoración
«Además estamos haciendo varios concursos para incentivar el comercio y que los participantes puedan ganar premios por comprar en las tiendas de esta calle». Otro de los comerciantes de san Francisco, Roberto Tronco, de La Osa Decoración, coincide en que la vía ha ganado ambiente. «Las luces han hecho mucho, hay más gente que pasa por aquí. Estamos intentando gestionar que las dejen puestas hasta marzo, cuando se cambie la hora, para que esté iluminada hasta que deje de oscurecer tan pronto. Está de acuerdo en que las ventas son más bajas que otros años y también aprecia un ligero repunte estos días, con la cercanía de los Reyes. «Lo dejamos todo para última hora», ríe. El Ayuntamiento ha renovado las papeleras y ha pintado los bancos de San Francisco y, además, ha sido transitada por Papá Noel, gigantes, acróbatas, camellos y pajes. «Tiene mucha más vida que en Navidades pasadas».
Manuel Cubillas, Vecino de Valladolid
La ambientación navideña también sigue presente en otros puntos de la ciudad, a pesar de que las fiestas están cerca de llegar a su fin. En Juan de Herrera, un tiovivo giraba ayer a ritmo de 'Campana sobre campana' mientras los niños coreaban la letra. A pocos metros de allí, en la plaza de Correos, el tobogán gigante instalado este año por primera vez seguía con la misma cola que el resto del periodo vacacional, y el mercado navideño no se quedaba atrás. Otro síntoma de la gran afluencia de gente se percibe a la entrada de los aparcamientos subterráneos. Especialmente las noches del fin de semana y de los festivos, la mayoría iluminan el cartel de 'lleno' porque no entra ni un coche más. Tampoco es fácil ver estacionamientos de superficie disponibles. «Creo que hemos tardado más en aparcar que el tiempo que vamos a pasar aquí», bromeaba un matrimonio que paseaba ayer por el centro.
Marina Gutiérrez, Vecina de Piélagos
Las terrazas no son sólo para el verano y el centro de Santander es la prueba de ello. Muchos negocios de hostelería no las han quitado desde que terminó la época estival porque, aún con varias capas de abrigo, la gente sigue animándose a tomar algo a la intemperie. «Cuando da un poco el sol se está en la gloria y, si se nubla, se arregla con un chambergo y la bufanda», garantiza Marina Gutiérrez, que vino ayer en tren desde Piélagos para tomar algo con sus amigas y hacer las últimas compras navideñas. «Estoy viniendo prácticamente todos los días durante las vacaciones porque me gusta el ambiente que hay».
Peña Herbosa y Cañadío han estado hasta los topes durante las fiestas y mucha gente ha tenido problemas para entrar en los locales y tomar algo. «Hemos terminado por irnos a cenar a casa un par de noches, ningún sitio tenía mesa», relata Marcelino Fernández, «muchos bares no tenían espacio ni para tomar algo de pie». Los más jóvenes, sin embargo, se mostraban encantados.
Carmen Agudo, Vecina de Santander
«Desde que estamos de vacaciones en la Universidad quedamos todos los días para tomar algo antes de cenar y da gusto entrar en los locales y que haya 'ambientillo'», aseguraba Pablo Santiago, que aprovechaba la mañana para buscar varios regalos con un par de amigos por las tiendas del centro de la ciudad.
Maite y Pedro, una pareja que tomaba algo en la zona de Tetuán, aseguraban que estaban «encantados» con el aumento de gente en los bares respecto a las Navidades pasadas. «Eso sí, espero que no desaparezcan cuando terminen las vacaciones». Consideran que el Ayuntamiento está haciendo «un buen esfuerzo» por favorecer el turismo, pero esperan que esas medidas no provoquen que la ciudad se vacíe el resto del año. «Hemos visto a muchos turistas, pero creemos que la mayoría de la gente que hay estos días por la calle son de aquí, así que esperemos que el ritmo no baje».
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