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Poeta Matilde Camus es el nombre que desde este sábado se lee en la placa de la nueva calle que une General Dávila y la Avenida de los Castros, junto a la bajada de Juan Blanco, una zona de la ciudad que formó parte del territorio de la infancia de «una gran mujer que impregnó su obra de amor a Santander».
Así la ha definido la alcaldesa, Gema Igual, que ha descubierto la placa de la nueva calle, junto a la hija de la escritora, Matilde Guisández, sus nietos y bisnietos durante un acto al que han asistido miembros de la Corporación municipal, y representantes de las asociaciones de vecinos de Cueto, Monte y San Román.
La hija de Matilde Camus, a quien la alcaldesa ha entregado una réplica de la placa de la calle para que la tenga siempre presente, ha recordado que su madre se describió a sí misma como «tan solo un ser humano, mujer sencilla, poeta, seguidora de la meta que me señala tu mano».
Y, sí, para ella «fue tan solo un ser humano que sabía contemplar lo que la rodeaba, rescatando lo bello, denunciando lo injusto y sabiendo compartirlo, convirtiéndolo en hermosos poemas«.
Matilde Guisández ha confesado que se siente «muy conmovida» por lo significativa que es la calle a la que la Corporación municipal ha decidido dar el nombre de su madre, que recorrió en su infancia esas bajadas entonces tan distintas, de camino a la aldea de Monte.
«Hoy contemplamos a nuestro alrededor el crecimiento imparable de una ciudad señorial como es Santander, pero allá por el primer cuarto de siglo, cuando anduvo mi madre por esta zona, la morfología de estas bajadas hacia las aldeas de Monte y Cueto era muy diferente, escarpada, mal empedrada, con la naturaleza abriéndose paso entre las piedras», ha evocado.
Y ha recordado lo que suponía para aquella niña sin madre «el aproximarse a su querido Monte donde la esperaban los brazos amorosos y los sonoros besos de su abuela«, sentimientos que plasmó en los dos poemas que ha leído su hija.
Santander, según la alcaldesa, ha querido rendir un emotivo y sencillo homenaje con el acto de este sábado a una mujer, que, por encima de todo, fue una amante de su ciudad.
«Es un orgullo poder dar nombre a esta calle en honor a una mujer escritora, poeta, académica, investigadora, y, por encima de todo, amante de su ciudad, a la que nunca abandonó y que le sirvió de inspiración para dejarnos un legado único, plagado de sensibilidad y de belleza», ha dicho.
Para la alcaldesa hablar de Matilde Camus es hablar de Santander: de Cueto, su lugar de nacimiento y donde perdió a su madre a los 28 días de nacer, del colegio San José, donde estudió; de la Cuesta de la Atalaya, donde vivió con su padre, de la Plaza de la Esperanza, donde tuvo una droguería su padre, del Ateneo, donde dio a conocer su obra, y de Monte, de «donde nunca quiso marchar».
«A través de su intensa lírica, tejida en la calidez de su hogar, esta ejemplar mujer nos ha permitido descubrir nuevos matices de Santander, la frescura que exhala su paisaje, las nubes que lo adornan y los campos que lo visten», ha afirmado.
Como mujer nacida en 1919, ha recordado, no pudo sacar su talento a la luz hasta 1969 y lo logró gracias, en parte, al impulso de su maestro, Gerardo Diego, que le dio clase en el Instituto Santa Clara. «Gerardo Diego se entusiasmó con la pequeña Matilde y vio en ella ese genio lírico y literario que ella trataba de ocultar».
En 1969 publicó su primer libro, «Voces», prologado por su maestro, y «gracias a su buena salud, una lucidez inusitada, su talento y esfuerzo» publicó el último en 2005, a los 85 años, «Vivir, soñar, sentir», un «resumen certero de su vida».
En ese mismo año Cueto inauguró un museo dedicado a su figura y Matilde Camus recibió así, antes de despedirse, el homenaje y el cariño del pueblo en el que había pasado toda su vida, ha señalado.
«Hoy Santander vuelve a reconocer su legado, su persona y su talento con esta placa conmemorativa en donde quedará grabado su nombre para siempre en esta ciudad a la que quiso tanto y, que, de esta sencilla forma quiere recompensarla por la huella indeleble que ha dejado en todos los santanderinos», ha añadido.
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