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Santander da un paso más en la recuperación del muelle de Maura. La céntrica zona lleva más de dos años cerrada por sus daños estructurales y la colaboración entre el Ayuntamiento y el Puerto es fundamental para su rehabilitación. Tras varios estudios e informes ... decidieron de manera conjunta que este espacio junto a la Grúa de Piedra se puede reparar sin necesidad de derribarla y empezar de cero.
El proyecto de ejecución ya está aprobado por parte del Consistorio, que en Junta de Gobierno Local también ha firmado el convenio de colaboración con el Puerto y está a la espera de que desde esta entidad hagan lo mismo para poder licitar las obras. La intervención tendrá un plazo de ejecución de seis meses y cuenta con un presupuesto de 1,35 millones de euros.
La zona está vallada desde 2018 por su deterioro y un cartel advierte de que es peligroso acceder a ella. Se trata de una estructura de hormigón armado que, con el paso de los años, se ha ido debilitando. Esta «avanzada degradación estructural del muelle», como lo califica el concejal de Fomento, César Díaz, se debe a procesos sufridos por el propio hormigón debido al ambiente en el que sitúa, en contacto constante con el agua del mar, y el tiempo transcurrido desde su construcción.
Aunque en el pasado se utilizó para atracar barcos, hace décadas que su uso está destinado casi en exclusiva al de paseo marítimo. Por «la gravedad de sus patologías» y por ser un lugar de mucho tránsito de peatones, se cerró para evitar sobrecargas. «La estructura se sitúa en zona de carrera de mareas, lo que produce una exposición del hormigón armado a un ambiente agresivo que con el paso del tiempo ha influido en su durabilidad y obliga a una intervención para evitar que la situación degenere hasta el colapso y para dotar a la estructura de una nueva vida útil», apunta el edil. Esta estructura fue construida en 1922, cuando se reemplazó al original de madera. En ese momento no existían «especiales prescripciones» respecto a la durabilidad del material y ahora, casi un siglo después, «nos encontramos ante el final de su vida útil».
La intervención se centrará en recuperar la integridad estructural de los diferentes elementos afectados y reforzarlos en el caso de que fuera necesario para soportar cargas. ¿Y cuál será ese peso que tendrá que soportar? En su uso actual como paseo marítimo, aguanta cargas peatonales y ocasionalmente tráfico de vehículos, tanto de mantenimiento como camiones que pueden acceder durante eventos. Por tanto, el peso a soportar para el que se ha diseñado la rehabilitación no coincide con el de un muelle de uso portuario, sino con las cargas que habitualmente se prescriben para puentes, «ya que al final lo que puede condicionar su uso es el paso ocasional de vehículos pesados por esta zona».
La rehabilitación se realizará desde las zonas inferiores hacia las zonas altas de la estructura, de forma que cuando se esté trabajando en los elementos superiores, la estructura sobre la que descansa ya se encuentre rehabilitada. Los pilotes que sujetan el muelle de Maura por debajo concentrarán buena parte de las acciones de rehabilitación, ya que son los elementos básicos que sostienen la estructura. En su área no enterrada y en los pilares se pondrá en marcha un procedimiento que consiste en encapsularlos con camisas de fibra de vidrio. «Este procedimiento se aplica desde los años 70 en rehabilitación de obras marítimas. En la actualidad nos encontramos casos así rehabilitados con 40 años en servicio desde su ejecución sin necesidad de mantenimiento», asegura Díaz
Para consolidar estos pilotes, se picarán por completo sus recubrimientos y se realizará un cepillado mecánico de las armaduras. Sobre ellas se colocarán otras que se solaparán en aquellos casos que así lo requieran. Después, se aplicará un protector anticorrosión, se colocará la fibra de vidrio translúcida y se sellará con una inyección de mortero estructural de alta resistencia.
En el caso de los dinteles -elementos que se colocan sobre los pilotes- la rehabilitación se basará en la aplicación de una nueva capa de mortero de baja retracción y alta resistencia. Para consolidarlos, se realizarán los mismos primeros pasos que con los pilotes: picado, cepillado y aplicación de protector anticorrosión. Después, se aplicará una capa de mortero estructural y otra con propiedades elastoméricas y de barrera para proteger los dinteles frente a los cloruros y la carbonatación para conseguir así un acabado uniforme. La rehabilitación de las vigas y las losas seguirá los mismos pasos.
El convenio entre las dos instituciones recoge que será responsabilidad del Ayuntamiento la redacción, licitación y adjudicación del proyecto, además de la ejecución de las obras. Por su parte, la financiación será al 50% entre el Consistorio y el Puerto. Ahora, la licitación sólo depende del visto bueno de la APS, que se producirá en su consejo de administración -la fecha se desconoce-. Ambas instituciones se dieron cuenta de que tenían que remediar la situación de este muelle cuando en febrero de 2016, debido a la corrosión de la estructura, se desprendieron los contrapesos de la Grúa de Piedra. Fue a finales de 2018 cuando se tomó la decisión de cerrar el paso en el muelle de Maura por su mal estado a la espera de que se desarrollase el proyecto para repararlo.
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