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No hay un departamento concreto que se encargue del mantenimiento de la ciudad ni brigadas que inspeccionen las calles en busca de desperfectos. Dependiendo de la incidencia, se encarga a un servicio u otro. Por ejemplo, de un contenedor roto se ocupa Ascán, de un ... banco estropeado, los Talleres Municipales y, de las aceras, Vialidad. ¿Y cómo saben dónde actuar? A través de las quejas y sugerencias vecinales. Según explican desde el Ayuntamiento, son los propios santanderinos quienes contactan para informar sobre los elementos deteriorados que se encuentran en la ciudad y sus quejas se distribuyen por las diferentes áreas para que se analicen y se planifique la reparación.
Desde las asociaciones de vecinos se dividen las opiniones. Unos consideran que este procedimiento da resultados y otros apuntan que desde el Consistorio hacen oídos sordos. Lo que está claro es que en las zonas donde no hay asociación se realizan menos reparaciones. «En la Alameda de Oviedo, los bancos están perfectos, pero los del Paseo Pereda -donde no hay agrupación vecinal- da pena verlos», lamenta la presidenta de la asociación de vecinos de la Alameda, Marián González. «Por suerte, suelen escuchar todas nuestras peticiones porque somos una asociación muy activa». Ocurre algo similar en el Sardinero, donde tampoco hay asociación. Allí, a pesar de ser una zona turística, se aprecian más desperfectos como el estanque vacío de Mesones y las barandillas oxidadas junto a las playas.
Como explican desde el Ayuntamiento, las quejas, incidencias o sugerencias sobre el mantenimiento llegan desde diferentes vías: a través del teléfono, de la aplicación de incidencias municipales, por correo electrónico o por redes sociales. Desde ahí, se distribuyen a los diferentes servicios, según corresponda, y son ellos los que analizan y estudian la forma de reparar el daño. Así, Parques y Jardines se encarga de todo lo concerniente a los parques públicos; los bancos de la calle que no están ubicados en parques los reparan los Talleres Municipales; de las papeleras y contenedores se encarga Ascán; de aceras y bolardos se ocupa el servicio de Vialidad; los semáforos y luminarias los reparan los servicios técnicos... «Se trata de una labor de equipo que conforman los diferentes servicios municipales y que están coordinados para conseguir que la ciudad esté en buenas condiciones para el uso de vecinos y visitantes», apuntan fuentes municipales.
VARIOS SERVICIOS
MÁS ABANDONO
ALGUNAS QUEJAS
No todos los vecinos coinciden en lo de 'buenas condiciones'. Desde la Federación de Asociaciones de Vecinos (Fecav), Ricardo Sáinz tiene una larga lista de desperfectos que requieren revisión: «Los parches en la carretera de la calle Castilla van de mal en peor y muchas aceras están desgastadas. ¿Cuándo fue la última vez que viste una fuente con agua? No hay, ¡y antes había la tira! También faltan papeleras y las que hay están muy sucias y llenas».
En la zona de Pombo-Cañadío, Ana Gómez lamenta el mal estado de los contenedores. «En Ramón y Cajal todos tienen las tapas rotas y los de vidrio están oxidados, para el desguace». En cuanto al arbolado, apunta que en algunas zonas levantan las aceras. «Habría que estudiar mejor qué tipo de árbol es el más idóneo para cada tipo de vía». También hay alcorques vacíos, barandillas «muy olvidadas», y carteles que «dan pena». «No es una cuestión política porque aquí siempre han gobernado los mismos y la ciudad ha estado muy cuidada en el pasado».
En el Río de la Pila, las quejas se acumulan. «Lo ve cualquiera, debe ser que no suben más allá del Riojano», espeta el presidente de la asociación, Jesús Garay. «El suelo está indecente y la carretera se inunda todos los años. El funicular, de 30 días que tiene el mes, está estropeado la mitad». En cuanto a la vegetación ubicada en la parte superior de la calle, lo compara con la selva. «Un lugar idóneo para las ratas. ¿Y las escaleras? Da repelús subir por allí». Propusieron al Ayuntamiento que colocase unos bancos para crear «una zona agradable de descanso cerca de la farmacia». «No hubo contestación».
En la zona de Fernando de los Ríos, en el entorno de la avenida de Los Castros, suelen tener suerte. El presidente de la asociación de vecinos La Encina-Los Ríos, Emilio Pérez, está satisfecho. «Hay una papelera que nos la han cambiado un montón de veces porque siempre la rompen. En este caso tengo más queja de la falta de civismo». En cuanto a unos árboles que necesitan una poda, ya ha quedado con los técnicos para enseñárselo. «Suelen hacernos caso».
«Hay mucha vegetación». En Monte, Cueto y el entorno de Mataleñas reina la maleza, como explica el presidente de la asociación de Cueto, Santiago Sierra. «También hay muchos plumeros y aceras por las que no se puede pasar debido a que la vegetación ocupa las aceras». Uno de los mayores impedimentos, indica, es que la maleza muchas veces crece en fincas privadas. «El Ayuntamiento ha tenido que dirigirse a algunas promotoras para que lo solucionen». Pero ni tanto ni tan calvo. Sierra lamenta que, para eliminar las hierbas entre las fincas y los bordillos «usan un producto muy fuerte que quema y mata a caracoles, insectos y lagartijas. Ya lo he dicho a ver si lo cambian, pero nada». También anima a las quejas vecinales: «Lo que se vea mal, que se notifique para que lo solucionen cuanto antes».
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