Borrar
Manos a la obra. Manuel Jiménez es uno de los encargados de elaborar las carrozas que lucirán en el desfile. Fotos: Javier Cotera | Vídeo: Pablo Bermúdez

Santander se pone la máscara de Carnaval

Preparativos. El Diario Montañés visita la nave donde la peña La Pera ultima los detalles para transformar la ciudad en un escenario de la Antigua Grecia

Laura Masegosa

Santander

Sábado, 22 de febrero 2025, 01:00

El Carnaval está a la vuelta de la esquina y las comparsas de Santander ya está trabajando con intensidad para ofrecer las mejores puestas en escena de la ciudad. En una nave cedida por el Ayuntamiento en Cajo, los miembros de la peña La Pera no dejan ni un detalle al azar mientras se afanan en los preparativos que culminarán en dos carrozas, dos puestas en escena y 120 disfraces.

Entre las muchas manos que trabajan incansablemente se encuentran Ismael de la Vega, Manuel Jiménez, Laura Merino, Vanesa Eguren y Carolina Alari, quienes comparten la pasión por la creación artesanal que caracteriza a su peña. Este año, el tema central es la Antigua Grecia, con un enfoque especial en el célebre asalto a Troya. De esta manera, La Pera se adentrará en la historia con una puesta en escena que «promete emocionar».

Manuel Jiménez es uno de los encargados de la construcción de las carrozas, una labor que no solo implica creatividad, sino también esfuerzo físico y técnico. Este año, la peña sorprenderá con dos carrozas, una de las cuales será el emblemático Caballo de Troya. Para su elaboración, utilizan palés de madera reciclada y otros elementos de desecho que dan vida a los escudos, las crestas de los cascos y los adornos del carro. A la par de la construcción de esta carroza, se está trabajando en el otro remolque: «Lo convertiremos en un majestuoso templo griego que transportará a varios participantes a un ambiente de la Grecia clásica», explica Ismael de la Vega, presidente de La Pera.

Al galope. Carolina Alari diseña los carruajes para los niños. Javier Cotera

La logística no es menor, ya que la peña cuenta con más de 120 personas involucradas en la celebración, cada una aportando su granito de arena. «Nos tenemos que coger vacaciones para poder dedicarnos en cuerpo y alma a los preparativos. Si no es imposible. Tenemos muy bien dividido el trabajo, cada uno hace lo que se le da mejor y otros, por ejemplo, nos acercan comida o bebida», cuenta Laura.

Mientras Manuel se ocupa de las carrozas, Laura, Vanesa y Carolina están al frente de los disfraces y los complementos, una parte fundamental de la fiesta. «Los trajes para adultos seguirán la estética griega, pero con un toque personal y artesanal. Las armaduras, diseñadas tanto para hombres como mujeres, tienen detalles únicos: en lugar de recurrir a las típicas armaduras prehechas, las hemos personalizado con poliespán, añadiendo tachuelas y otras piezas que adaptan las prendas a las necesidades de cada uno», detalla Vanesa.

A mano

Este año los disfraces estarán llenos de complementos: escudos, cascos y coletas, todo hecho a mano. Como la peña valora el trabajo colectivo, no se limitan a las tradicionales costuras; las piezas como las muñequeras, las faldas y los listones de las armaduras son elaboradas por diferentes miembros según sus habilidades. Además, los disfraces de los más pequeños también están en proceso de confección, con túnicas blancas adornadas con detalles azules que evocan las vestimentas clásicas de la Antigua Grecia.

Parece tarea sencilla, pero no lo es, sobre todo a la hora de gestionar el presupuesto. Para hacerse con los materiales han recurrido a numerosas técnicas. Por ejemplo, los caballos de juguete que llevarán los niños los han comprado en Wallapop y otros muchos complementos los han adquirido en Madrid. «Hace unas semanas fuimos a ver el partido del Córdoba contra el Racing y a la vuelta aprovechamos para parar en Madrid y comprar piezas», expone Manuel. Para la elaboración de los disfraces también cuentan con la ayuda de Amica, que confeccionan las túnicas y otros detalles del vestuario.

En Cajo el trabajo no se detiene. Apenas queda una semana para que dé comienzo el Carnaval y desde primera hora de la mañana hasta bien entrada la noche, el grupo se reúne en torno a mesas improvisadas donde no solo hay espacio para el trabajo, sino también para compartir risas o picnics. Pero los preparativos no solo se centran en esa nave que antes albergaba a los autobuses TUS. También se juntan tres veces por semana en el centro social María Blanchard para ensayar su puesta en escena, esa que mostrarán ante el público el próximo viernes, 28 de febrero, en el Palacio de Deportes.

La peña La Pera lleva más de treinta años participando en los Carnavales de Santander, y cada edición es una oportunidad para renovar su espíritu. Desde sus primeros años como comparsa de vikingos, pasando por otras temáticas, hasta llegar al asalto a Troya de este 2025, la tradición se mantiene viva gracias al esfuerzo colectivo y la dedicación de todos los miembros. ¿Volverán a alzar alguno de los premios de este año?

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes Santander se pone la máscara de Carnaval