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Con la polémica de La Remonta como contexto y más allá de las promesas electorales propias de estos días, en Santander, a día de hoy, está proyectada la construcción de algo más de seiscientas viviendas públicas en los próximos años. La suma concreta es ... 618, aunque esa cifra puede variar ligeramente con la redacción de los proyectos. Son pisos que ya tienen un rumbo trazado, más allá de intenciones. Que se van a hacer, aunque la tramitación esté más o menos avanzada, según el caso. Dos promociones corresponden al ayuntamiento de la capital. Una, en la calle Alta, con 55 viviendas. Otra, la más grande (313 aproximadamente) y la más adelantada -en cuanto a burocracia-, en ese nuevo Alisal que ya se está urbanizando. La tercera se levantará sobre terrenos del Gobierno de Cantabria en El Campón (será necesaria una modificación del Plan General para hacerlo). Serán 250 pisos que la Consejería de Empleo y Políticas Sociales quiere destinar al alquiler accesible.
En los últimos quince años, la Sociedad de Vivienda y Suelo (SVS, una empresa municipal) ha puesto en marcha la construcción de catorce promociones. En total, 1.204 viviendas de protección oficial en la ciudad. Las últimas, las 66 de la calle Alta que se entregaron hace pocas semanas. De esa cifra global, algo más del 70% se ha destinado a venta (frente al precio medio de 2.200 euros por metros construido de la vivienda libre, en estas el importe medio es de 1.040 euros) y el resto, a alquiler -con una parte destinada a los menores de 35 y otra, a la fórmula del alquiler con derecho a compra-.
«Ejecutaremos más de 300 VPO en El Alisal y otras 55 en la calle Alta para familias santanderinas. Aumentaremos el parque público en alquiler, con especial atención a los jóvenes, que podrán deducir el 100% de la renta mensual al ejercer la compra. Posibilitaremos la construcción de más viviendas de alquiler social en parcelas municipales de equipamiento. Concederemos ayudas a personas jubiladas o en paro de larga duración, con escasos recursos, para mantener su vivienda habitual».
«Vivienda pública y alquiler asequible para frenar la sangría de población de 22.000 habitantes. Construiremos 500 viviendas públicas en solares abandonados del centro, crearemos una Bolsa Pública de Alquiler Asequible desde SVS para movilizar 900 de las 2.500 viviendas vacías, con beneficios en el IBI, seguros frente a impagos y ayudas a la rehabilitación. A esto sumamos 250 en alquiler para jóvenes del Gobierno regional en El Campón y las 335 del Nuevo Alisal para alquiler asequible».
«Proponemos aumentar el parque público de vivienda, especialmente la de Protección Oficial de alquiler con opción a compra. En este sentido, ejecuta remos un plan de alquiler joven, con viviendas municipales en régimen de alquiler asequible para menores de 35 años. Por otra parte, desarrollaremos un plan específico para la rehabilitación de viviendas de más de 50 años y ayudas directas a la rehabilitación en zonas degradadas para nuevos compradores».
«Apostamos por ampliar el parque de viviendas públicas mediante la rehabilitación. Santander tiene espacio de sobra para la construcción de nueva vivienda, sin necesidad de invadir espacios verdes como La Remonta. Aumentaremos el parque público de alquiler, y facilitaremos el acceso de los jóvenes con incentivos fiscales y una ayuda de 200 euros al mes. Generaremos un marco seguro con la creación del Servicio de arbitraje municipal para mediar entre arrendador e inquilino».
«Para que la ciudad no expulse a sus vecinos, proponemos fortalecer y ampliar el parque público de vivienda, con los medios de Sareb y movilizando otros recursos. También regular alquileres abusivos, atender situaciones de desahucio con alternativa habitacional sólida. Además, reorientar las prioridades de la SVS para desarrollar política de vivienda. Y habilitar la posibilidad de cooperativas en régimen de cesión de uso y un catálogo de medidas para contener el impacto del turismo masivo y desregulado».
«La vivienda es un bien social primario que tenemos que cuidar y proteger para garantizar que nuestros jóvenes puedan tener un hogar y emprender sus proyectos de vida en Santander. Por eso, construiremos viviendas de protección pública, reduciremos la burocracia excesiva que se exige a la construcción y simplificaremos los trámites administrativos que retrasan e impiden la ejecución de proyectos. Bajaremos impuestos para incentivar al sector y lucharemos con firmeza contra la okupación ilegal».
Eso es lo ya hecho. Lo siguiente -tiene toda la pinta si se cumplen los plazos- será lo del Alisal. La idea, según los plazos que maneja el Ayuntamiento, es que el nuevo vecindario se llene de vida en 2026. Ahora mismo, la Concejalía de Vivienda del Ayuntamiento ya ha adjudicado los proyectos de construcción de los edificios (seis). Luego quedará licitar la construcción y levantarlos. Y todo, mientras ya se trabaja desde el pasado febrero en la urbanización de toda la zona.
Respecto a la obra de la calle Alta, se trata de la parcela de la antigua prisión provincial (está cerca de los pisos que se han entregado hace unas semanas). Allí hay ahora mismo un aparcamiento público. Aunque es más complicado poner fecha, la tramitación urbanística previa al encargo de los proyectos de construcción, según confirman en el Consistorio, ya está hecha. O sea, que el proyecto, en los papeles, también está iniciado.
Queda la parte del Gobierno. La idea de edificar unas 250 viviendas de alquiler accesible en la parcela de El Campón (Peñacastillo) es una de las que han repetido en estos días de campaña los candidatos socialistas. Según explican desde Empleo y Políticas Sociales, son propietarios de una finca urbana de 22.000 metros cuadrados que, con el PGOU vigente, está destinada a uso industrial. O sea, que requiere una modificación del Plan. En ese sentido, la Consejería ha contratado a un equipo de arquitectura «para elaborar la documentación necesaria». «La documentación ya está enviada al Ayuntamiento para la tramitación ambiental y urbanística», indican. Con todo, la modificación, superados todos estos pasos administrativos, deberá ser aprobada en el pleno y sometida a información pública. Trámites previos.
Desde el Gobierno destacan el carácter moderno de la idea, que se enmarca en desarrollar ciudades más saludables, y en la posibilidad de contar con «bajos comerciales en uno de los edificios del conjunto, así como la existencia de una primera planta de este mismo edificio destinada a posibles espacios para el trabajo colaborativo o de oficinas de profesionales que dispongan así de su propio lugar de trabajo en el nuevo entorno». En todo caso, «los parámetros de la actuación están todavía en análisis para garantizar la plena viabilidad económica de un desarrollo de promoción pública». Para la construcción de las viviendas -indican en la Consejería-, «se impulsa la fórmula de la colaboración público-privada contando con los fondos europeos que, para Cantabria, está establecido sean de trece millones de euros».
Alisal, calle Alta y El Campón. En venta o para el alquiler. Algo más de seiscientos pisos que, si bien no tienen fecha exacta para entrar a vivir, sí que cuentan con trámites que confirman -si nada se tuerce- que serán realidad. A esto habrá que sumar las promesas electorales. Pero ahí, que se cumplan, está por ver.
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