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Antes de que se acabe el año varias localidades de la región se van a sumar a Laredo en la realización de controles de detección de droga a los conductores. Las Policías Locales de Santander, Torrelavega o El Astillero realizarán esos cometidos preventivos « ... de forma inminente», siendo el de la capital el más preciso, pues da la fecha:el 1 de diciembre. De modo que contribuirán a que la circulación por sus municipios sea más segura dado que esos denominados 'drogotest' ayudarán a reducir el número de pilotos temerarios por sus calles. También en Camargo y Castro Urdiales están por la labor para disponer de una partida presupuestaria destinada a realizar esos controles. Lo cierto es que la Fiscalía de Cantabria lleva varios años espoleando a los ayuntamientos y a las instancias competentes para que se impliquen más en los asuntos de la seguridad vial. Concretamente, viene insistiéndoles en que doten a sus Policías Locales del material necesario con el fin de detectar el consumo de estupefacientes entre quienes se ponen al volante.
Un par de datos permiten alumbrar esta cuestión: se calcula que en el 11% de los accidentes con fallecidos que se producen en España las drogas son el factor causante. Y el 40% de los conductores fallecidos en carretera presentaban sustancias psicoactivas en su organismo en el momento de la muerte.
«Tienen un efecto disuasorio importantísimo», decía Pilar Jiménez, fiscal superior de Cantabria, cuando presentó la memoria judicial del pasado año al referirse a este tipo de controles de droga y a los escasos medios con que se disponen. «Los que hay no son suficientes y podríamos prevenir algunas situaciones trágicas», denunciaba Jiménez, sabedora de que sólo la Guardia Civil de Tráfico y la Policía Local de Laredo realizan estas pruebas de detección, y convencida, como dijo, de que «si las policías locales tuvieran más medios para efectuar este tipo de controles, probablemente habría más condenas por abuso de drogas en la conducción».
La Fiscalía no ha predicado en el desierto. Sus amonestaciones públicas y la implicación de la Dirección General de Tráfico (DGT), que ya realiza esos controles en la carretera, así como la de los propios policías locales ante sus representantes municipales han ido calando lo necesario como para que un buen número de ayuntamientos se hayan puesto las pilas y, por fin, dispongan de partidas presupuestarias para destinar a ese tipo de recursos.
En Laredo establecen estos controles de forma aleatoria, principalmente los fines de semana, manteniéndolos de viernes por la noche a domingo por la mañana, e incrementándolos en verano, así como en fechas o periodos vacacionales. Y tras dos años de experiencia Juan Carlos Veci, sargento de la Policía pejina, es concluyente: «En 2018 hemos rebajado el número de accidentes casi a la mitad respecto al pasado año. La gente ha cogido miedo a conducir a ciertas horas. En Laredo, que en verano multiplica por ocho o diez su población habitual también se multiplica el número de accidentes. Pero al haber hecho los controles casi todas las noches de la época estival, se ha reducido ese nivel de siniestralidad», señala Veci. «La mayoría no eran muy graves, es cierto, pero existían y lo hemos rebajado casi al cincuenta por ciento. Y eso es importantísimo de cara a la seguridad vial».
De hecho, los principales municipios de la región o bien ya disponen de los equipos necesarios o bien están en vías de adquirir los denominados 'drogotest' hasta el punto de que algunos de ellos anuncian que comenzarán a realizar sus propios controles de droga de aquí a unas pocas semanas y otros en cuestión de un par de meses.
«En Cantabria vamos con retraso respecto a otras regiones en este tema de los controles de droga, pero algunos ayuntamientos ya van teniendo los equipos de detección de droga», señala José Miguel Tolosa, jefe provincial de Tráfico. «Ha costado motivarlos, pero ya podemos decir que estamos superando esa fase pues a Laredo se le van a sumar muy pronto, en algunos casos de forma inminente, las policías locales de los principales municipios de la comunidad», añade.
El responsable de Tráfico en Cantabria expresa así su «satisfacción» al haber logrado en estos últimos meses dar el «impulso necesario y actualizarnos» respecto a la implicación de los ayuntamientos «en un tema que tiene mucha trascendencia en la seguridad vial». De esto último saben bien y acumulan ya notable experiencia en Laredo. La Policía Local pejina es, hasta la fecha, la única municipal que ejecuta este tipo de pruebas en la región; lo viene haciendo desde hace dos años y, según su responsable, con resultados «muy satisfactorios».
Juan Carlos Veci, jefe de la Policía de Laredo, sostiene que la realización de este tipo de controles «tiene su efecto sobre los conductores» y ha ayudado a reducir la siniestralidad dentro del casco urbano, índice de siniestros que se ha reducido a la mitad, apunta el sargento. Un ejemplo, el de Laredo, que cunde y que Veci ha expuesto ante sus compañeros policiales de otros municipios en diferentes reuniones que han mantenido con Tráfico.
En Santander el objetivo para empezar a realizar estos controles está puesto en el 1 de diciembre. «Esa es nuestra fecha objetivo», confirma Pedro Nalda, concejal de Policía, al anunciar que ya han adquirido los kits para las pruebas y un aparato para realizar el test si hay indicios de droga, además de un etilómetro nuevo. «Estamos pendientes de que la DGT marque una fecha para la formación de los mandos y policías para realizar estas pruebas».
En parecidos márgenes se mueve Torrelavega, donde esperan que «antes de fin de año el sistema pueda estar operativo», destaca el concejal del área Pedro Pérez Noriega, pues ya disponen de la partida reservada «y queda por decidir qué sistema adquirir», apunta. «Tenemos el acuerdo de que la DGT nos cede una furgoneta y nosotros compramos los aparatos y el material necesario. Ya sólo queda que más agentes realicen el curso de formación».
También El Astillero va a entrar en ese círculo de realizar controles. «Lo tenemos encima de la mesa. Son necesarios y en nuestro caso, se harán de forma inminente, en muy pocos meses», señala su alcalde, Francisco Ortiz, al tiempo que anuncia que articularán con los agentes la incorporación de estos sistemas y la formación adecuada: «Tenemos máxima disponibilidad», señala. En Camargo aún no cuentan con los dispositivos, reconoce la alcaldesa, Esther Bolado, pero están trabajando para disponerlo pues su intención, dice, «es que en breve plazo nuestra Policía Local se dote de los medios y la formación necesaria», para realizar los controles de droga.
Fernando Dou, secretario de organización de la Asociación de Policías Locales y Bomberos de Cantabria, señala que su colectivo comparte «completamente» la inquietud y queja de la fiscal, así como las campañas de la DGT. Los 'drogotest' son una demanda «profesional y también social» de la asociación para que las policías locales de los grandes municipios dispongan del equipo adecuado para ejecutar los controles. «Pueden salvar muchas vidas», afirma Dou;«esta 'barra libre' de conducir bajo el influjo de estas sustancias se tiene que acabar».
Dou advierte también de que las primeras estadísticas que se realicen una vez que se pongan en marcha los controles de droga «van a salir brutales. La gente va muy confiada conduciendo bajo los efectos de opiáceos o de todo tipo de productos anfetamínicos», sostiene, y a la luz de la experiencia adquirida por el colectivo a pie de calle y en los controles de alcoholemia notan que «algunos conductores han consumido importantes cantidades de drogas y su actuación influye peligrosamente en la circulación». Pero al carecer de medios para detectarlo quedaba ahí, en el terreno de la impresión. Lo cierto es que además de disuasorios, el valor de los 'drogotest' es que rompen la sensación de impunidad al volante. «El que quiera beber o quiera drogarse allá cada uno con su conciencia, pero que lo disocie de la conducción, que no coja el coche, que es lo que buscamos, y que sienta que hay un riesgo de que si te pones al volante te pueden pillar en un control», señala Tolosa.
El año pasado, la Guardia Civil de Tráfico cazó en Cantabria a 950 conductores que dieron positivo en el control de drogas. En Laredo, la Policía Local detectó once positivos. «Lo que se busca con este tipo de infracciones es retirar de la conducción a bombas rodantes; lo que importa es retirar de la circulación a personas que en un momento determinado cogen el coche con alcohol o con droga».
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