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Los deberes que se puso el pasado miércoles el concejal de Fomento y Urbanismo, Agustín Navarro, de cara al próximo año respecto al futuro urbanístico de Santander, son muy similares a los del año pasado: seguir dando pasos administrativos para que el nuevo Plan ... General de Ordenación Urbana (PGOU) -actualmente la ciudad funciona con el de 1997- sea una realidad lo antes posible. Esto no implica que los tiempos se vayan a acelerar. De hecho, el documento estará listo más tarde que pronto. Y es que, explicó Navarro, el plan es «la visión estratégica a futuro de una ciudad y lo normal es que tenga una vigencia de 20 o 25 años. Por eso, no hay que tener demasiada prisa porque no es un proyecto de urbanización, sino una idea de ciudad».
2012. El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Santander fue aprobado definitivamente. Proyectaba una ciudad para 260.000 habitantes.
2016. El Plan de 2012 fue anulado porque la ciudad no podría abastecerse con el agua tras la anulación del bitrasvase del Ebro.
2019-2023. El Ayuntamiento avanzó en un nuevo plan hasta que en el nuevo mandato, con el PP y Cs gobernando en coalición, el plan fue desechado.
2025. El equipo de gobierno del PP, ahora gobernando en solitario, adjudicará la asistencia técnica para redactar el documento.
Según detalló el edil, los presupuestos de su concejalía de cara al año que viene incluyen una partida de 1,2 millones de euros para adjudicar, durante el primer trimestre del año, la asistencia técnica para la redacción del nuevo PGOU -el año pasado dijo que se aprobaría antes del pasado junio-. Desde Urbanismo pretenden que el PGOU contemple no solo el aspecto relativo a la expansión, también se hará referencia a cómo se acometerá la regeneración urbana en la ciudad «para que no pasen cosas como lo que tenemos en El Cabildo», detalló el concejal. Por eso, incidirán en este aspecto en los pliegos.
Respecto a los plazos, indicó que, una vez adjudicado ese primer trámite, el equipo redactor tendrá «unos seis meses» para ir recopilando toda la información de las «cosas» que ya se han ido desarrollando. Después tendrá que determinarse el proyecto de estrategia ambiental del PGOU y luego habrá un avance, tras el que se abrirá una exposición pública, antes de llegar a la aprobación definitiva. Hasta ese momento, Navarro calcula que pueden pasar aún seis años. Y justificó el motivo. «El tiempo de redacción de un PGOU normal varía entre 8 y 10 años, si no hay ninguna pega, pero en Santander tenemos la ventaja de que la fase de participación ciudadana ya está hecha. Aunque hay una serie de plazos que son inamovibles», concluyó Navarro.
Lo que está claro es que sacar adelante el PGOU es uno de esos asuntos enquistados en el Ayuntamiento desde hace casi una década. Hace falta remontarse a 2016 para entender el origen del problema. Ese año, los tribunales anularon el plan aprobado en 2012 al considerar que no estaba garantizada «la suficiencia de los recursos hídricos necesarios para abastecer a la población», al haberse anulado el proyecto del bitrasvase del Ebro, que se legalizó posteriormente. A pesar de que durante ese mismo mandato el equipo de gobierno trabajó para poner en marcha un nuevo plan, finalmente fue desechado durante la pasada legislatura (2019-2023), en la que el PP gobernó en coalición con Ciudadanos. Javier Ceruti (Cs) asumió la Concejalía de Urbanismo y avanzó en un documento nuevo, denominado Modelo de Ciudad, que iba a servir de base del próximo Plan General. Con su salida del Consistorio tras las elecciones municipales de 2023, ese texto se guardó.
Hace dos semanas este asunto volvió a la actualidad tras darse a conocer una sentencia de la Audiencia Nacional que rechazó el recurso del Ayuntamiento en el que reclamaba tres millones del Plan General de 2012, tras su anulación. Santander pedía que el Ministerio de Transición Ecológica pagase el coste de la redacción del plan, al estimar que se anuló por una causa externa a ellos.
El concejal de Fomento y Movilidad Sostenible, Agustín Navarro, también se refirió al Plan de Movilidad Urbana Sostenible, que saldrá a licitación en 2025. Respecto a este proyecto, detalló que la previsión es que su elaboración tarde un año desde la licitación, con lo que se podría tener las conclusiones «a primeros de 2026». Lo que se pretende, añadió, es que «sus conclusiones entren directamente a la redacción del PGOU» con la idea de que todas las posibles líneas de actuación de este plan generen «una reserva de espacio en ese documento». Además, incluirá un estudio de viabilidad sobre los posibles aparcamientos disuasorios que se pueden construir en Santander. Y una de las opciones que más fuerza cobra es la del aparcamiento en La Marga, previsto en unos terrenos que son propiedad del Puerto de Santander. «Nosotros seguimos pidiendo, pero no hay respuesta de momento», añadió Navarro. Y es que la idea es que las obras comenzaran el año que viene.
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