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Santander no parece la misma ciudad en invierno que en verano. A pesar de los intentos del Ayuntamiento por desestacionalizar el turismo, julio y agosto arrojan cifras que pueden llegar a duplicar las de enero o febrero. Y dar un paseo estos días por el ... centro o por El Sardinero confirma la teoría: las terrazas están a reventar, los aparcamientos subterráneos muestran en mayúsculas el cartel de 'Completo' y en las paradas de los autobuses se forman largas colas. Y las cifras lo respaldan: la hostelería gasta un 55% más de agua y vende entre un 60% y un 70% más de botellines de cerveza –porcentaje que se duplica en El Sardinero–, aumentan en más de 2.000 personas los afiliados a la Seguridad Social y muchos hoteles están al 100% de ocupación.
En verano, se percibe que Santander está desbordada desde el mismo acceso a la ciudad. En Marqués de la Hermida hay tantos vehículos intentando llegar al centro que el avance es lento y, en ocasiones, también se atasca el túnel bajo el Centro Botín. A la hora de aparcar el coche, el asunto empeora. Los que están en superficie, tanto los gratuitos como los de la OLA, están llenos. Pero también es complicado dejar el coche en un aparcamiento subterráneo. Y no solo los fines de semana. El pasado jueves, en torno a las 11,30 horas, el parking de Pombo, el del Ayuntamiento, el de Correos y el del Machichaco –algunos de los más céntricos– tenían colgado el cartel del lleno. Como apunta un empleado del parking de Pombo, sus 200 plazas están llenas en verano desde las 08,45 horas hasta bien entrada la tarde. En cuanto al invierno, la ocupación ronda el 75%.
21.918 alquileres
de bicicletas eléctricas municipales en julio, casi la mitad que en los seis meses anteriores del año juntos (52.929 de enero a junio).
Uno de los grandes beneficiados de este atasco en las carreteras es el servicio municipal de bicicletas eléctricas. De hecho, tienen tanto tirón que es difícil encontrar una disponible desde que arrancó la temporada alta. En cuanto a cifras, la comparación de julio con el resto del año es reveladora. El servicio está operativo desde enero y, durante los seis primeros meses del año, se han producido 52.929 alquileres. Solo en julio, se alquilaron 21.918 veces. El servicio cuenta con 26 estaciones de recogida y devolución y un total de 200 bicicletas y las paradas más usadas son la de Correos, la de Puertochico, la de Renfe, la del intercambiador de El Sardinero y la de la Plaza de Italia (las dos últimas, sobre todo en verano, como receptoras).
200 plazas
del parking de Pombo, el 100%, se llenan el verano desde primera hora de la mañana. En invierno, baja al 75% la ocupación.
En lo que a transporte público se refiere, también el autobús municipal (TUS) ha experimentado un fuerte aumento de usuarios. Pero no solo comparado con el invierno –donde la diferencia es abismal–, sino con veranos anteriores. «Las cifras son de récord respecto a otros años», apunta el presidente del comité de empresa del TUS, Miguel Iglesias. Una de las estampas más claras de esto ocurrió en la Semana Grande, cuando los autobuses estaban tan llenos que directamente no paraban en las marquesinas de ElSardinero (a pesar de que se reforzó el servicio), donde las colas eran bien largas de madrugada. Estas filas se repiten sobre todo cuando hay eventos multitudinarios en El Sardinero –como las ferias, el circo o el recién iniciado Festival de las Naciones– y los días de playa, cuando a media tarde la gente trata de volver al centro. Una imagen totalmente opuesta a la del invierno, cuando El Sardinero está prácticamente vacío y los usuarios de los autobuses que circulan por allí pueden contarse, muchas veces, con los dedos de las manos.
130 por ciento
aumenta la venta de cerveza en El Sardinero en verano en comparación con el invierno. En el centro, el aumento ronda el 60-70%.
Las Reginas también ven incrementada su actividad en verano. En su caso, tienen en torno a un 50% más de usuarios que en invierno. «Sobre todo son visitantes que quieren conocer la ciudad desde el mar y visitar los pueblos que están al otro lado de la bahía. Muchas veces es más cómodo ir en Regina que en coche porque evitan el tráfico y tener que buscar aparcamiento», apuntan fuentes de la empresa. En invierno, la mayoría de trayectos son por asuntos laborales o excursiones escolares.
88.872 personas
afiliadas a la Seguridad Social, en el sector servicios, en julio. Cerca de mil personas más en este sector que durante el invierno.
La hostelería es otro termómetro de la afluencia de gente. A simple vista están las terrazas. En invierno, muchos establecimientos ni siquiera las colocan y, quienes lo hacen, no suelen llenar muchas mesas. Un paisaje totalmente opuesto al verano, donde llega a resultar difícil encontrar dónde sentarse. Algunos establecimientos, incluso, rebasan el espacio habilitado por el Ayuntamiento para colocar mesas y sillas, como critican vecinos del centro. Las cifras respaldan esta diferencia del trote de la hostelería en verano respecto a los meses más fríos del año. La taberna Santoña, en Peñaherbosa, adquiere el doble de barriles de cerveza en verano que en invierno. En cuanto a botellas (tercios y quintos) en verano vende un 60-70% más. La diferencia es aún más drástica en El Sardinero, ya que esta zona está prácticamente desierta en invierno –con algo más de movimiento durante los fines de semana– y revienta en verano. Desde el gastrobar Al Norte tienen claro que los números se disparan: «En verano, llegamos a vender un 120-130% más cerveza. Esta zona de la ciudad está prácticamente vacía en invierno y se puede decir que, con lo que se gana en julio, agosto y la mitad de septiembre, se vive el resto del año», apunta Eduardo Pellón.
12.840 visitantes
fueron al Museo Marítimo en julio, más del 300% que en enero aunque marzo, mayo y junio también registraron buenas cifras.
La concesionaria de agua, Aqualia, también da datos reveladores e indican que, en Santander, el aumento del consumo es del 4% en los hogares durante el verano, cifras que se disparan en los negocios: en los alojamientos turísticos, el consumo aumenta un 50%; en la restauración, un 55%; y en locales de ocio como bares, un 33%. Estos números al alza se compensan con la bajada a cero en otros inmuebles, como los colegios o las oficinas que cierran por vacaciones.
Pero Santander no vive solo de la playa y de la hostelería y los números también aumentan en las actividades culturales. No hay más que echar un vistazo a las cifras del Museo Marítimo, que son un 300% más altas en verano que en invierno. Así, si en enero visitaron estas instalaciones 3.958 personas (6.284 en febrero), en julio accedieron al museo 12.840 visitantes. También registró buenos números en junio, con 11.986 personas; en mayo, con 11.317; y en marzo, con 11.416; lo que refleja que la ciudad, cuando se trata de atraer un turismo desestacionalizado, necesita actividades que no dependan del tiempo, como la cultura o los eventos.
A más visitantes, más empleo. Los afiliados a la Seguridad Social han aumentado en 2.411 afiliados en julio respecto a enero, con un total de 98.778 personas dadas de alta. La mayoría en el sector servicios, que aumentó de los 87.945 a los 88.872, casi mil personas más.
Santander cierra julio con una ocupación superior al 80% y llegó a rozar el 90% (87,36%) en la segunda quincena del mes, durante la celebración de la Semana Grande. El concejal de Turismo, Fran Arias, reconoce que las primeras semanas fueron más flojas, sobre todo, por las condiciones meteorológicas. Sin embargo, destaca que la segunda quincena sí ha alcanzado los buenos resultados esperados. «Tener alternativas de ocio en la ciudad, como la Semana Grande, propicia que los visitantes se alojen en los hoteles de la ciudad y además convierte a Santander en el tractor que propicia que los turistas visiten otras localidades de Cantabria», subraya.
Respecto a los datos de las oficinas de turismo, durante el pasado mes estuvieron abiertas las del Paseo Pereda, la Casa de los Guardeses y El Sardinero, que sumaron 18.079 visitantes, una cifra muy superior a la de 2023, cuando solo estuvo abierta la del Paseo Pereda, que llegó a las 14.734 personas atendidas. El edil también destaca los datos de visitantes a la Península de la Magdalena, que en julio llegaron a las 258.779 personas, un 9,18% más que en 2023. «Un dato que demuestra que la Península de la Magdalena sigue siendo un lugar emblemático y uno de los preferidos por los turistas que visitan la ciudad cada verano». Arias valora el éxito de servicios turísticos como el tren que recorre la Península de la Magdalena, que contó con 15.110 usuarios en julio, o del autobús turístico, al que se subieron 4.376 personas. Para el mes de agosto, el concejal tiene buenas sensaciones. «Tenemos muy buenas expectativas, aunque hasta que concluya no se podrá realizar un análisis certero de la evolución turística de este verano 2024 en la ciudad».
El Palacio de La Magdalena se puede visitar en agosto a través de las habituales visitas guiadas, todos los sábados a las 10.00, 11.00, 12.00, 16.00 y 17.00 horas y, los domingos, a las 11.00, 12.00 y 13.00 horas. A estas visitas, se suman «experiencias únicas» de verano como los recorridos teatralizados. Bajo el título 'La vida en Palacio', se sucederán hoy, el 25 de agosto, y el 1 y 8 de septiembre. Este tipo de visitas tiene un precio de 15 euros.
Los visitantes también pueden conocer los centros del Anillo Cultural –Centro de Interpretación de la Historia de la Ciudad (Torre de la Catedral), la Muralla Medieval y el Refugio Antiaéreo–, para lo que es necesario realizar reserva previa en www.entradas.santander.es
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