Santander saca a licitación las obras del MAS y espera que comiencen «antes de verano»

El proyecto para la rehabilitación integral del MAS recuperará un edificio que forma parte del patrimonio arquitectónico de la ciudad. La intención «es potenciar sus valores históricos y culturales al tiempo que se desarrolla su función como museo», explica el concejal de Fomento, César Díaz. Se trata de rescatar la obra del arquitecto Leonardo Rucabado, alterada a través del tiempo por diferentes intervenciones, y conciliar la obra original con su función museística. El edificio, que está declarado Bien de Interés Cultural (BIC), «mejorará su funcionalidad y se adaptará a la normativa actual respecto a seguridad estructural, de utilización, accesibilidad y salubridad».

Aunque será una remodelación total, la intención es que estéticamente se aprecie lo menos posible para preservar su imagen. Por eso, se dotará al edificio de una estructura exactamente igual a la existente «pero eliminando las enfermedades y patologías de los materiales, de forma que los trabajos sean duraderos y consistentes en el tiempo», recalca Díaz. Para garantizar su durabilidad se va a intervenir también en la cimentación mediante la ejecución de micropilotes que adaptarán el inmueble a las necesidades actuales «desde el más escrupuloso respeto a los valores del edificio». Además de la reparación y refuerzo de la estructura original en pilares, vigas y losas, se sanearán los defectos de la fachada con el tratamiento de la piedra enferma. Según afirma el edil, «se prestará especial atención para conseguir un edificio eficiente desde el punto de vista de la demanda energética».

Con el paso del tiempo, la ley ha ido añadiendo nuevos requisitos de accesibilidad y seguridad para la ejecución de obras en los edificios. Por eso, el proyecto del MAS incluirá necesidades que no estaban presentes en el edificio original y que facilitarán la entrada a todo el mundo. A este inmueble sólo se podía acceder a través de escaleras, lo que impedía la entrada a personas con movilidad reducida. También se garantizará la seguridad del inmueble dotándolo de una segunda escalera que en su día ya proyectó Rucabado y que nunca llegó a construirse. Con esta actuación se conseguirá un doble objetivo: incluir más accesos y respetar el espacio como el arquitecto lo diseñó. Esta nueva escalera servirá para la evacuación, aunque también se ampliará la seguridad al usar materiales modernos, ignífugos y antiincendios.

El espacio expositivo antes del incendio no era el más eficiente porque el edificio se convirtió en museo sobre el proyecto original de una biblioteca, con numerosos huecos que se cerraron con el cambio de uso. Esos espacios «eran de gran valor por sus proporciones, formas y ornamentos, y ahora se recuperarán utilizando tabiques móviles para dotarlos de espacios polivalentes para pinturas y esculturas en las zonas de entrada de luz natural», expone el concejal de Fomento. Con este nuevo proyecto se incide en dos conceptos claves de los museos contemporáneos: iluminación y seguridad. «Se han hecho estudios técnicos para dotar al museo de los máximos niveles en esos dos aspectos. En todos los espacios hay tres niveles de luz, dos de ambiente y uno específico para cada obra».

¿Cómo contempla el proyecto que se reparta el espacio? El MAS se divide en cuatro plantas que suman una superficie total de 2.156 metros cuadrados. En la planta baja se ubicarán dos salas de exposiciones, además del vestíbulo, distribuidor, punto de información, control, almacén, cuarto de instalaciones, escaleras y núcleo del ascensor. En la primera habrá cuatro salas de exposiciones, un almacén, el vestíbulo y aseos. En la segunda, otras cuatro salas, almacén, aseos y cuarto de limpieza. Y en la tercera, otras cuatro salas, una zona para el personal, aseos y cuarto de limpieza. En total, habrá catorce salas expositivas y una terraza de 24 metros cuadrados en la tercera planta.

Las intervenciones que se realizarán en el exterior del edificio respetarán al máximo su imagen histórica y la composición de la fachada se mantendrá. En ella se realizarán labores de limpieza de la piedra y ornamentos exteriores,y se sanearán sus defectos (enfermedad de la piedra). Se sustituirá toda la carpintería exterior para ejecutarla de nuevo con las mismas formas y particiones que las originales y se restaurará la cubierta con un acabado en teja y nuevos pesebrones para evitar la formación de humedad. Por último, se arreglará la medianera del edificio de la calle Rubio número 4, retirando su cubrición actual y ejecutando un nuevo aislamiento térmico.

En el interior del inmueble sí se apreciarán más modificaciones. Las distribuciones interiores se realizarán con tabiquería de entramado autoportante y doble placa de yeso laminado con aislamiento térmico-acústico con acabados escogidos con criterios de sostenibilidad, confort, durabilidad y facilidad de mantenimiento. Los revestimientos interiores estarán pintados con pintura plástica lisa y los suelos serán de parquet industrial en las estancias accesibles al público y salas de exposiciones. Se dispondrá de falso techo en todas las estancias y en la zona de escalera principal se recuperarán las escayolas originales. En cuanto a los equipamientos y servicios, el edificio contará con un sistema de ventilación para todas las instancias, mientras que los almacenes y talleres de restauración -que servirán de lugar para custodiar las obras de arte- dispondrán de sistemas independientes con control de temperatura y humedad. Además, el inmueble contará con un sistema de protección contra robo, atraco e intrusión, así como un sistema especial para las zonas de exposición y otro de protección contra incendios con detectores independientes comandados por una central, también independiente.