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La policía de barrio, de proximidad o de distrito son tres términos para referirse a la misma figura: agentes que patrullan en pareja y a pie, a quienes se les asigna una zona concreta de la ciudad. De esta forma, cada día establecen un ... contacto directo y cercano con sus vecinos, comerciantes y centros de enseñanza y conocen las problemáticas de cada barrio y los focos de inseguridad, que varían según las zonas. Su presencia volverá a las calles de Santander en los próximos meses, «al centro y las vías peatonales», según anunció la pasada semana en la Comisión de Administración y Participación Ciudadana, el concejal de Seguridad Ciudadana, Pedro Nalda.
La policía de barrio tuvo mucha presencia entre 1994 y 2002. «Sirvió para resolver situaciones conflictivas en algunos barrios, como La Albericia», según destacó la Asociación de Policía Local y Bomberos. Desde entonces, el regreso de agentes a pie a las calles ha sido una constante demanda por parte de las asociaciones de vecinos, y quedó recogida en el decálogo que presentó recientemente la Federación Cántabra de Asociaciones de Vecinos, la Fecav.
De forma que con el anuncio de Nalda se verá cumplida esta petición de los ciudadanos. «Con las nuevas incorporaciones de 62 efectivos dentro de unos meses, vamos a poner en marcha patrullas a pie en las calles peatonales y céntricas de la ciudad. La policía de barrio, de distrito o de proximidad es todo lo mismo; son patrullas que van a pie, lo que le permite esa cercanía para saber qué problemas hay en cada zona. Con esa intención lanzamos estas patrullas».
Durante los años 1994 y 2002 se introdujo en Santander la figura de la policía de barrio, «aprovechando una promoción integrada por 20 agentes distribuidos en 11 distritos», según informó la APLB. Estas patrullas a pie «funcionarion muy bien», –destacó esta asociación de Policía Locales–. «Su papel fue muy activo para pacificar barrios conflictivos donde la presencia de agentes intimidaba.
Además de la prevención, estos agentes mediaban en los conflictos de convivencia vecinal recordando el cumplimiento de las ordenanzas. Al estar destinados siempre en la misma zona la conocían muy bien, detectando puntos de droga, casos de violencia de machista y garantizaban el cumplimiento de órdenes de alejamiento, control del botellón y absentismo escolar».
Esta figura fue perdiendo fuerza; en 2007, con Iñigo de la Serna en la alcaldía, se trató de relanzar y otra vez la policía de barrio inició una ronda de reuniones en nueve distritos con comerciantes, vecinos y directores de colegios, pero el déficit de agentes en el cuerpo ha ido cambiando el modelo organizativo, ya que no se podía destinar efectivos fijos a una zona a diario.
El concejal no concretó fechas, ni el número de agentes que se destinarán a este cometido, ni tampoco en qué calles habrá patrullas, ya que «será la Jefatura Superior de Policía establecerá el operativo». «Con el incremento y rejuvenecimiento de la plantilla se podrá desarrollar la policía de distrito para reforzar y potenciar la seguridad de los vecinos», continuó el concejal.
«Con todos estos nuevos agentes de carrera en las calles, 100% operativos, se podrá desarrollar esa policía de distrito» que demandan los ciudadanos. Nalda recordó que en unos meses se ocuparán 36 plazas de turno libre; once plazas de turno de movilidad de otros ayuntamientos; y los 15 policías del año anterior que están terminando el curso de formación. «Estas patrullas a pie controlando las calles ha sido el primer planteamiento básico del Ayuntamiento de cara al incremento de policía que tendremos».
Por su parte, la Asociación de Policías Locales y Bomberos, APLB, valoró el anuncio de «completamente inviable con el número de efectivos y con los medidos deficitarios con los que cuenta el servicio actualmente, en concreto las emisoras no funcionan».
El secretario de la organización, Félix Quintana, y el agente Carlos Martínez Carro, alertaron de que las patrullas a pie realizan una importante labor de prevención, pero «cuando están ante un conflicto o reyerta, estos efectivos no motorizados tiene que recibir el apoyo inmediato de la central a través de las emisoras, que en la actualidad no funcionan. Hoy por hoy no se puede garantizar que un refuerzo acuda a cubrir al policía a pie».
La APLB denuncia que el déficit actual de plazas en la Policía Local de Santander es de 80 agentes, «sin los que no se cubre el servicio normal. Con las nuevas incorporaciones seguirá habiendo 18 vacantes». La asociación relacionó directamente la escasez de efectivos con «el repunte de inseguridad en las calles, el aumento de robos, de la delincuencia y la violencia de género».
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