Santanderinos alrededor del mundo

Están repartidos por toda la geografía del planeta, desde México hasta Malasia. Son muchos los santanderinos que, por unas cuestiones o por otras, viven lejos de su tierra natal. Un factor que no les impide profesar a los cuatro vientos el amor que sienten hacia la ciudad en la que nacieron y a la que muchos tienen intención de volver para quedarse. Cuantos más kilómetros separan a alguien del lugar donde creció, más habitual es sentir 'morriña' y comentar con el nuevo círculo social las virtudes de ese sitio que quedó atrás. «Llegamos a ser pesados», reconocen algunos de estos emigrantes entre risas.

El programa de embajadores del Ayuntamiento de Santander nació hace algo más de tres años con el propósito de dar a conocer la capital cántabra como destino turístico más allá de sus fronteras, tanto en territorio nacional como internacional. Es voluntario y todo aquel que sea santanderino de nacimiento, viva fuera y esté dispuesto a promocionar la localidad puede participar. Desde que la iniciativa se puso en marcha, se han unido 44 personas dispersas por todo el mundo. Aunque su día a día transcurre lejos de Santander, aprovechan las vacaciones de Navidad y las de verano para hacer quedadas en las que ponen ideas en común. La última tuvo lugar en diciembre, cuando se juntaron para ver el arte callejero de la capital cántabra y para hacer un taller de cocina. Los planes los deciden entre todos a través de su grupo de Facebook. «Desde el Consistorio son muy receptivos y tienen en cuenta nuestras propuestas para hacer los planes», comenta Luis Fernández, uno de los primeros en convertirse en embajador.

Fernández, que se dedica al marketing digital en Esplugues de Llobregat (Barcelona), se apuntó en cuanto conoció la propuesta. «Vi una publicación en El Diario Montañés y fui a la web a inscribirme», explica. Es un amante de su tierra y reconoce que lleva promocionándola desde siempre. «Aquí me conocen como el santanderino». Además de su trabajo, su afición también se sitúa en Internet, donde tiene un blog de viajes en el que publica imágenes e información sobre su ciudad natal. «A través de esta página web doy a conocer sus rincones». Utiliza esta herramienta para comunicarse con otros blogueros, con los que prepara un viaje a la ciudad que realizarán en los próximos meses. «Será positivo porque ellos también hablarán de la localidad en sus blogs y podrán llegar a sus seguidores».

Una de las maneras más originales de atraer turismo a la región se le ocurrió a Cristina de la Hoz, embajadora en Madrid. Es artista naif y, a raíz de su integración en este programa municipal, propuso poner en marcha un certamen internacional de pintura con la capital cántabra como protagonista. «Lo comenté con miembros del Ayuntamiento y tuvo muy buena acogida». Tan buena que este año se celebrará su tercer certamen. «En las ediciones anteriores se han apuntado bastantes personas. Organizarlo supone mucho trabajo, pero estoy encantada de hacerlo y de que conozcan mi ciudad. La celebración de los Baños de Ola será el próximo escenario en el que nos encontraremos».

La casualidad y una rápida búsqueda a través de Internet provocaron que Cosme del Olmo se uniera al programa de embajadores. El joven estudió su máster en Brujas (Bélgica) y, al terminar el curso, acudió a un acto anual en el que el alcalde nombra ciudadanos honorarios a aquellos que terminan sus estudios allí. «Pensé que tenía que existir algo similar en Santander», cuenta. Y a golpe de 'clic' lo encontró. Fue hace poco más de un año y explica que desde que envió la solicitud «le han dado muchas facilidades». «En mi primera quedada navideña me dieron un montón de merchandising». Productos sobre la ciudad, como posters, que no ha dudado en colocar en su casa. «Cuando vienen visitas y ven los paisajes, siempre les sorprende lo bonito que es».

Del Olmo trabaja en la Comisión Europea en Bruselas, pero tiene la vista puesta en Santander. «Este verano estuve a punto de volver. Me ofrecieron un empleo y dudé hasta el último momento». Aunque peor remunerado, la posibilidad de regresar compensaba mucho la balanza. «Me decanté por continuar unos años más en Bélgica, pero volveré». Su empleo anterior, también ubicado en Bruselas, le permitió conocer a Mónica Gómez, a quién animó para unirse al proyecto. «Fue la primera persona a la que conocí aquí y resulta que los dos éramos de Santander», narra la joven, que se dedica a la Representación Permanente de España (Ministerio de Exteriores) ante la Unión Europea. «Fuera del país, nadie sabe ubicar Cantabria. Creen que Santander está en el País Vasco». Gómez siempre tiene anchoas en casa, «es religión», y recomienda «su tierruca» siempre que puede. «El otro día me preguntaron cuál era el mejor lugar para hacer surf y les expliqué que la primera ola que se surfeó en España fue en El Sardinero». Afirma que, al menos, los futboleros sí sitúan al Racing de Santander, «de su buena época en Europa».