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Jesús Fiochi está «muy de acuerdo» con la revista de negocios y tendencias Monocle, que sitúa a Santander como la segunda mejor pequeña ciudad del mundo para vivir. «Mira el entorno que tenemos, nuestras magníficas playas urbanas, disponemos de buenos servicios y tenemos comidas excelentes», comenta uno de los pioneros del surf en Cantabria. Para Fiochi, que es un hombre de mar, también son «cruciales» los magníficos puertos deportivos que han surgido en la región donde antes «no había ni agua». Y entiende que las «grandes cualidades» de Santander las percibe cada vez más gente. Prueba de ello es que «las calles están cada vez más llenas». Pero no solo durante el verano. «Veo cantidad de personas durante todo el año y no me extraña. Me considero un afortunado porque es el mejor sitio del mundo para vivir». De hecho, reconoce que uno de los mayores lujos es escuchar el mar antes de dormir.
A pesar de que Federico Lucendo Pombo, escritor y periodista, cree que Santander corre el peligro de convertirse en una ciudad masificada por un tipo de turismo 'de batalla', reconoce que su gran ventaja es que se encuentra en un «sitio privilegiado, eso es indudable». Y justifica su respuesta. «Para empezar, nuestra Bahía es espectacular», comenta. «Puedes darte un magnífico baño en las playas de El Sardinero, con una arena prodigiosa, y a muy pocos kilómetros puedes ver paisajes totalmente diferentes». Lucendo Pombo es aún más preciso y destaca también el particular «aire» de la ciudad. Además de la comodidad, que es otro de los aspectos decisivos que «la diferencian». «No hace falta utilizar el coche para moverse por Santander. Es decir, tiene las ventajas de las urbes más grandes pero manteniendo las ventajas de una ciudad pequeña», concluye el escritor.
Elisa Gómez Pedraja lo tiene muy claro. «De las ciudades pequeñas que conozco, Santander es la más cómoda para vivir». Así, la escritora es consciente de que uno de los argumentos sobre la ciudad es la frecuencia con la que llueve. Pero para ella eso ya «es historia». «Aquí ya no llueve como llovía. Ya no hace falta sacar siempre el paraguas y en invierno no hace tanto frío. Vamos, nada comparado con una ciudad de interior», añade. Más allá del clima, que entiende que influye de forma cada vez más positiva, Gómez Pedraja cree que hay motivos suficientes que demuestran su alta calidad de vida. «La gastronomía está muy bien. Creo que en prácticamente todos los sitios puedes comer algo rico. Siempre tienes la posibilidad de acudir a un acto cultural, sin necesidad de tener que coger un autobús, metro o taxi», argumenta. «No digo que sea la ciudad más bonita, pero sí la más cómoda. Yo no me mudo de aquí».
Conchita Mantilla cree que el aire que se respira en Santander es diferente al del resto de ciudades de España, y solo eso, ya hace que sea un lugar «único». Tanto, que cuando vivió lejos, soñaba con regresar. «Estuve un tiempo en Madrid. Es más, allí vive mi hijo, por lo que me podría haber quedado, pero soñaba con volver a la ciudad en la que nací». Pero no solo porque sea su origen, que también, sino porque es un lugar «precioso». De hecho, va más allá. «Como Santander no hay nada», reconoce. Otras de las características que, a su juicio, diferencia la urbe es su seguridad. «Yo no paso miedo cuando vuelvo a casa por la noche. Hay que tener cuidado, como en todos los sitios, pero no es miedo. Aquí no hay peligro». Por todo esto, no le sorprendió «en absoluto» que la revista Monocle incluyera en el Top 25 del mundo a la capital cántabra. «Los que vivimos aquí lo entendemos».
«Carmen Mantecón, más conocida en Instagram como 'Unachicaqueviaja', muestra todos los días a sus más de 56.000 seguidores los encantos de Cantabria respecto a su gastronomía y los planes que la envuelven. Con especial atención a Santander, más que nada porque es la ciudad en la que reside. «Lo tenemos todo para vivir en una de las mejores ciudades». Y lo dice con conocimiento de causa ya que ha vivido en diferentes países. «De aquí ya no me mueve nadie», reconoce. «Es un lugar pequeño pero precisamente por eso tenemos todo a mano. Mar y montaña a un paso». Mantecón cree que en los últimos años el sector gastronómico ha ganado mucho peso en la ciudad, un factor también «clave» para entender la gran afluencia de visitantes que recibe la capital. A su juicio, la diferencia con otros lugares de España es que aquí, cuando hay un día festivo, nadie piensa en irse fuera «para disfrutar».
Pin, el de Los Peñucas, en el Barrio Pesquero, no tiene duda de que todo el mundo que viene a Santander «se queda maravillado». Así se lo han hecho saber. Y la prueba de ellos es que regresan siempre que pueden. Por eso, no le sorprende que «nos hayan reconocido» en una revista británica. «Tenemos de todo: mar, montaña... Por lo que no me extraña en absoluto que fuera digan que es un lugar excepcional para vivir». Además de la tranquilidad que aporta «una ciudad más pequeña». Pin notó que las cosas habían cambiado tras la pandemia. «Cada vez viene más gente y no solo en verano. Llenan los hoteles y restaurantes. Nunca había visto esta afluencia antes. Es increíble», reconoce el hostelero. Pero no solo es increíble para las personas que vienen de fuera. También para los que tienen «la fortuna» de disfrutar de Santander a diario. «Vas a El Sardinero y te quedas con la boca abierta».
Para Gloria Pereda, pintora santanderina, buscar –y encontrar– la inspiración es «fundamental». Precisamente por eso cree que es una afortunada por vivir en Santander. «Para cualquier lado al que mires hay un paisaje arrollador, un paisaje que cura, es impresionante y relajante», comenta. Pereda residió un tiempo en Madrid y a su regreso a la capital cántabra creyó que igual se le quedaba pequeño. Se equivocaba. «Siendo un sitio pequeño es todo un lujo. La realidad es que tiene muchísimas posibilidades». Entre ellas, pasear por la bahía y «apreciar» su cambio de color. «Para un artista esta ciudad es espiritualmente es increíble». Además de la comodidad que aporta que esté todo tan cerca. «Tienes la naturaleza a un lado y el mar al otro. Esa mezcla es espectacular. A veces puede parecer que te encuentras en la tranquilidad de un pueblo, pero realmente vives en una ciudad».
Jesús Ceballos recorrió prácticamente todos los rincones de Santander en su etapa como político. Primero fue alcalde pedáneo de San Román, pero cuando realmente conoció a fondo la ciudad fue como concejal de Barrios del Ayuntamiento de Santander. «Es una ciudad excepcional y realmente agradezco cualquier tipo de reconocimiento que se le haga porque es sin duda merecido. Es un orgullo como santanderino», añade Ceballos.A su juicio, Santander tiene una belleza muy bien «cuidada» que perdura con el paso de los años. Es más, reconoce que no ha visto una ciudad que se le compare en lo que a belleza se refiere. Precisamente es esa la esencia de la ciudad, un lugar en el que cada vez más gente quiere pasar sus vacaciones o incluso vivir. Aun así, cree que lo mejor está por venir y augura «tiempos aún mejores» para la capital cántabra.
La empresaria Teresa Monteoliva valora mucho la calma con la que se vive en Santander. Lo dice porque, por trabajo, viaja mucho a Madrid, y corrobora que no hay punto de comparación. «Allí todo el mundo vive con prisa». Pero hay más. Mucho más. «Tenemos una de las Bahías más bonitas del mundo. Además de las playas en el centro de la ciudad». Monteoliva ve en la capital cántabra un lugar «maravilloso» en el que formar una familia. «No es peligrosa, tenemos un ritmo más sosegado, es muy fácil moverse porque está todo a mano y disponemos de buenos centros educativos», añade. Para rematar, la oferta cultural de la ciudad se multiplicará en los próximos años y la gastronomía ya es ejemplar. «No comes mal en ningún sitio». Una suma de circunstancias que cree que impulsarán Santander aún más si cabe. «El momento es bueno pero será mucho mejor».
Ya lo decía Chema Puente en una de las canciones más características de la ciudad: 'Santander la marinera, es la que más quiero yo...'. El rabelista y compositor santanderino considera que residir en una ciudad como Santander es «una fortuna». Aunque entiende que es una buena noticia que una revista británica reconozca la calidad de vida de la ciudad, Puente prefiere no comparar. «Vivo muy a gusto. Con eso me quedo». Además, cree que es muy importante valorar la Universidad de Cantabria y el Hospital Valdecilla, dos lugares de referencia en la región. Aun así, cree que la capital cántabra tiene más que ofrecer. «Santander tendrá unos atractivos culturales en los próximos años muy potentes». Así, el compositor echa la vista atrás y se considera un afortunado. «A mi edad ya no espero grandes cosas y por eso me parece un lugar extraordinario».
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