Una segunda vida para el Mercado de México

Y puede que su deseo esté cerca de hacerse realidad, porque la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Santander aprobó ayer los pliegos de adjudicación para la concesión de obra pública en este mercado, con el objetivo de rehabilitar el edificio y explotar la planta baja y el sótano para los usos permitidos por el planeamiento y la ordenanza de los Mercados Municipales de Abastos. El valor del contrato asciende a 2,6 millones de euros, incluyendo la inversión a realizar, y el plazo de la concesión será de 40 años. Como contraprestación por la concesión, el adjudicatario abonará al Ayuntamiento en concepto de canon anual la cantidad incluida en su oferta, un importe nunca inferior a 5.000 euros. El alcance de la concesión incluye la rehabilitación del edificio de tres plantas, la explotación de la planta baja de 2.178 metros cuadrados (m2) de superficie, 1.048 m2 en planta primera y un espacio de almacén en sótano de 687 m2 de superficie. En total, 3.913 metros cuadrados.

A lo largo de esta semana se publicará en el BOC y se abrirá un plazo de 30 días para que se presenten los interesados, que por el perfil del proyecto podría suscitar el interés, principalmente, de cadenas de alimentación de grandes superficies.

En la actualidad, el Mercado de México languidece con una docena de puestos abiertos que han quedado dispersos entre otra mayoría de locales cerrados «casi siempre por jubilaciones, que no encuentran quien continúe el negocio a la vista del abandono que sufren estas instalaciones», opina Óscar Valle, al frente de un puesto de pescado.

«Llevo 25 años en este mercado; empecé con mi padre. Y desde entonces va en decadencia. Solo oímos promesas, pero nunca han invertido dinero en mejorarlo. Casualmente siempre se oyen proyectos de mejora cuando se acercan las elecciones», continúa Valle, que enumera un sinfín de deficiencias en las instalaciones: «Los ascensores llevan años estropeados, la planta baja es un foco de suciedad donde anidan cientos de palomas y en la primera planta el suelo está roto y viejo...».

Críticas a las que se suma Pedro Pacheco, al frente de una de las fruterías, que se centra también en la deteriorada situación de la planta baja: «Es la zona de carga y descarga, que se ha llenado de palomas y excrementos. Los ascensores no funcionan bien desde hace cinco años, así que nos las apañamos para subir la carga como podemos. Y los contenedores están extremadamente sucios».

Pacheco desconfía de los cantos de sirena porque «llevamos años que nos llenan de promesas que nunca cumplen». Por ello, reclama que, al menos, reagrupen los puestos que seguimos abiertos para estar juntos».

Frente a estas críticas, la concejala de Mercados, Miriam Díaz, explica que la intención del Ayuntamiento es «revitalizar el mercado a partir de la inversión privada, ya que los concesionarios no pueden hacer frente a inversiones en solitario, tal y como establece la ordenanza. Por eso, esta fórmula -la aprobada ayer- es la que se está utilizando en todos los mercados de propiedad municipal que con el paso del tiempo se han quedado obsoletos en diferentes ciudades».

En virtud de esta concesión, el adjudicatario asumirá la obligación de realizar las obras contempladas en el pliego. Entre las características de las obras y servicios a ejecutar destacan la rehabilitación del edificio, la revisión de la red de saneamiento y abastecimiento, la dotación de itinerarios accesibles, la climatización, la mejora de los aseos públicos y la creación de un núcleo de comunicación entre la planta baja y alta. También se realizará la sustitución de las actuales carpinterías, la limpieza general de la fachada y la reparación o sustitución de las zonas de chapa o acristaladas que se han caído o están deterioradas.

Con esta concesión, el Consistorio de la capital busca modernizar y mejorar la calidad del mercado, contribuyendo a la revitalización del sector y a la mejora del servicio para los ciudadanos.

Unas reformas que Juan Antonio Ruiz, del puesto de quesos, dice desconocer: «No sabemos absolutamente nada del proyecto. Nadie nos ha informado y somos los principales interesados, deberían contar con nosotros», lamenta.