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El edificio siniestrado en La Albericia tiene un seguro de la comunidad que se hace cargo de aquello que se origina en las zonas comunes del inmueble. Paga aquellos daños que se originan en estas áreas –escalera, portal, vestíbulo, rellanos...– y reclama los que sufren ... pero se producen en zonas privadas; es decir, dentro de una vivienda. Aparte, cada vivienda tiene su propio seguro, que se ocupa en este caso de lo que pasa de puertas para adentro, en cada piso, y se hace cargo tanto si afecta únicamente a esa vivienda como si se extiende por el resto del edificio, como es este caso. Pero cuál de todas las aseguradoras se hará cargo no se determinará hasta que el trabajo de la Policía Científica llegue a su fin.
Como explica el propietario de una de las viviendas, los dueños de cada piso –o lo que ahora queda de ellos– tendrán que esperar a los resultados finales de la investigación policial para que las aseguradoras determinen cuál de ellas debe asumir el coste del siniestro y pagar a cada afectado su parte. «El seguro de la comunidad, de Catalana Occidente, nos llamará a todos los propietarios cuando esté listo el informe de la policía y se conozcan las causas», apunta este propietario, en cuya vivienda se hospedaba una de las familias que pudo salir a tiempo del edificio y que actualmente se aloja en el centro de acogida Princesa Letizia, en Candina.
Aunque se sabe que fue en evivienda que habitaba Manuel Fernández Cuenca, uno de los fallecidos, donde se originó la explosión y las llamas, no será hasta que se cierre el expediente iniciado por la Policía Científica cuando los seguros empiecen a trabajar. «Si finalmente el documento revela que fue esa vivienda donde se originó todo, tendrá que ser el seguro contratado por la propietaria de ese piso el que se haga cargo económicamente de lo que ha pasado».
Todas las familias que vivían en el edificio, excepto el matrimonio fallecido, vivían de alquiler, por lo que la resolución de las aseguradoras no repercutirá sobre ellos, sino sobre los propietarios. El edificio no pertenecía a un único dueño, sino que cada piso era de un particular y cada uno tiene su propio seguro.
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