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Pone como ejemplo una situación vivida la semana pasada en el paso de cebra junto al aparcamiento subterráneo de Numancia. El semáforo tarda en ponerse ... en verde, por lo que los peatones, para huir de la lluvia, pasan corriendo en rojo. «Es muy peligroso, hay poca visibilidad por la lluvia, pero tarda tanto en permitir el paso que la gente se cansa y cruza», explica el portavoz de las Mesas de Movilidad, Rafael Casuso. Desde la asociación, exigen al Ayuntamiento de Santander que ponga en marcha un plan de semaforización que priorice al peatón frente a los vehículos. Aunque lamentan que ya han perdido la cuenta de las veces que han trasladado esta petición al Consistorio, desde la Concejalía de Movilidad aseguran que ya están trabajando en ello y que en el Plan de Movilidad que elaboran actualmente se incluirá la revisión de los semáforos.
Las Mesas de Movilidad cuentan los semáforos «peligrosos» por decenas. En la misma zona de Numancia, explican, los pasos de cebra no estaban controlados por estas señales luminosas hasta que se construyó el aparcamiento subterráneo. «Antes no había ningún problema, los coches tenían cuidado y cuando aparecía un peatón que quería cruzar, paraba. Tendría que volver a ser así», afirma Casuso. Otro ejemplo a pocos metros, el cruce entre la calle Isabel la Católica y San Luis, donde el semáforo tarda un minuto y medio en ponerse en verde para los peatones. «Todo el mundo pasa sin esperar a que cambie de color». Más de lo mismo entre la plaza del Ayuntamiento y Juan de Herrera o San Francisco.
Otro de los asuntos que les trae de cabeza son los semáforos por tramos que no se coordinan. «A todos los que van del Paseo Pereda al muelle les pasa esto. Cruzas en verde el primer tramo y se pone en rojo en el segundo, así que tienes que esperar a que se vuelva a poner otra vez en verde. Un absurdo, vaya».
César Díaz-Concejal de Movilidad Sostenible
Rafael Casuso-Portavoz de las Mesas de Movilidad
La escena se repite también en áreas menos céntricas, como Los Castros o General Dávila. «Si los semáforos fueran en ámbar intermitente o directamente no los hubiera, el tráfico iría más fluido», garantiza el portavoz de las Mesas, ya que según explica eso permitiría que los coches circulasen libremente siempre que no haya peatones. «Muchas veces tienen que parar para nada, porque está en rojo pero no hay ninguna persona para cruzar».
En el plan de gestión de semáforos que piden, exigen que se conviertan en pasos de cebra -sin semáforos- el mayor número de ellos posible y que, en el resto, se reduzca el tiempo de espera para el peatón hasta los 30 o 40 segundos. Las Mesas de Movilidad también demandan que estos cruces se eleven para que sean más visibles para los vehículos y que se adelanten en aquellos lugares donde el inicio del paso de cebra queda oculto por coches o contenedores. «Hay calles donde no se ven y es un peligro, pues los peatones empiezan a cruzar y los coches no pueden verlos. En los casos en los que no se puedan adelantar, deberían retirar los aparcamientos o contenedores que estorban la visión de los conductores para evitar atropellos», advierte Casuso.
No hablan por hablar. Las Mesas de Movilidad recorrieron diez zonas de Santander para analizar el funcionamiento de 80 semáforos. Una de las peor paradas es Cuatro Caminos-Jerónimo Sainz de la Maza. Allí, califican de «peligrosos» todos los pasos de cebra menos uno, ya que hay escasa visibilidad en sus extremos, ocultos entre coches aparcados y contenedores, y muchos conductores pasan de largo sin verlos. «Además, van a más velocidad de la permitida».
Desde el Ayuntamiento, el concejal de Movilidad Sostenible, César Díaz, aclara que ya se está trabajando en un nuevo plan de semaforización y que estará incluido en el Plan de Movilidad que están redactando en la actualidad. Pero también asegura que, al margen de ese amplio documento que abarca más asuntos, «las regulaciones de los ciclos semafóricos es algo que está en revisión permanentemente por diversos factores ligados a la movilidad peatonal, el tráfico rodado, los autobuses municipales...», enumera el edil. Recuerda que, después del confinamiento, aumentó en diez segundos la fase verde para los peatones en los principales pasos de la ciudad, con la intención de que los transeúntes no se juntasen más de la cuenta y evitar contagios. Esta medida no se ha revertido.
Otro dato que recalca el concejal es que en Santander, para dimensionar los tiempos de paso, «se utiliza una velocidad del peatón de 0,5 metros por segundo, mientras que lo habitual en otras ciudades es considerar una velocidad de 0,75 a un metro por segundo». Igualmente, todos estos tiempos se revisarán para incorporarlos al nuevo Plan de Movilidad. En cuanto a fechas, la intención de Díaz es convocar la Mesa de Movilidad en la primera quincena de julio para entregar el documento completo a los grupos de la oposición y comenzar la ronda de sugerencias tanto con los concejales como con asociaciones y colectivos implicados. «A partir de ahí, podremos fijar más o menos unas fechas, con la idea de que salga con el máximo consenso posible», apunta.
Desde las Mesas de Movilidad esperan que el Ayuntamiento los incluya en dicho encuentro, «como llevamos mucho tiempo reclamando» y que, por fin, haya avances. «A menudo se olvida la semaforización al planificar y diseñar redes de transporte peatonal y en las decisiones de inversión, lo que limita todos los beneficios potenciales que tiene andar y que deben abordarse de manera sistemática y sistémica. Caminar es beneficioso para el medioambiente, es muy eficiente en el uso del espacio urbano y la energía, y tiene importantes beneficios para la salud física y mental», concluye Casuso.
El portavoz de las Mesas de Movilidad del Besaya, Javier Polanco, se acercó también a Santander para comparar la ciudad con Torrelavega. Aunque «son ciudades distintas, ambas tienen en común que el peatón es al último al que tienen en cuenta», afirma, aunque también añade que en «Torrelavega hay más calles peatonales, más plazas... El problema ahora está en el respeto a esas zonas peatonales, con frecuencia se ocupan con terrazas y paradores que dificultan el paso». Polanco también apunta que, aunque «hemos conseguido menos tiempo de espera en los semáforos, aún no es suficiente».
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Ana del Castillo
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