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Final feliz después de diez horas de incertidumbre. A primera hora de la mañana los vecinos alertaron de la presencia de un joven en lo alto del ascensor que une la calle Alta con calle Castilla. El varón permanecía encaramado en la parte superior del ... aparato con amenazas de tirarse al vacío, desde unos 30 metros de altura. Y mientras tanto se iniciaban las negociaciones con los efectivos de la Policía Nacional para que depusiera su actitud. Algo que se produjo a las 16.20 horas. El joven, que llevaba subido al ascensor desde las seis y media de la mañana, bajó por su propio pie, tranquilo, y recogió las pertenencias que le quedaban, aunque previamente había arrojado otras tantas contra los agentes. Accedió al interior del coche que le esperaba a la altura de la puerta de los ascensores, para trasladarlo al Hospital de Valdecilla y, posteriormente, a depedencias policiales donde se iba a comprobar si tenía causas pendientes con la justicia, según afirmaron fuentes policiales.
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El equipo negociador de la Policía Nacional, formado por agentes vestidos de paisanos, dialogaron durante horas con el varón, que alternó la parte alta de la estructura y el techo que cubre el acceso a las puertas del ascensor durante esas diez horas. El joven presentaba un visible estado de nerviosismo y agresividad, llegando incluso a lanzar varios objetos, entre ellos un portátil, a los agentes. Además de proferir numerosos insultos hacia los negociadores.
La zona estuvo acordonada desde primera hora de la mañana, tanto en la parte superior del ascensor, como por la pasarela peatonal que conecta Castilla-Hermida con las pistas de la calle Duque de Ahumada. Un numeroso despliegue de agentes policiales, bomberos y sanitarios estuvieron presentes en el lugar.
Familiares del joven acudieron a lo largo de la mañana, entre ellos su hermano, que le gritó desde la distancia para que bajase «por los abuelos». Pero el joven se resistía y no deponía su actitud. Siguió insultando a los negociadores y diciendo que si se bajaba se iría «preso». «David, se está mejor en el talego que en el cementerio», le replicaba su hermano.
Durante la jornada muchos fueron los curiosos que asistieron, Todos, a la espera del desenlace, como Abilio González, vecino del barrio, quien conoce al joven que acaparó todas las miradas. «Le ha tenido que dar una locura, lo conozco desde que nació, es un buen muchacho, él y su hermano cuidan a sus abuelos, casi centenarios. No sabemos qué ha podido pasar», afirmó.
En octubre de 2018, un hombre de 46 años y vecino de Renedo de Piélagos falleció tras precipitarse al vacío desde la parte superior del mismo ascensor panorámico.
Los vecinos de la zona llevan años demandando más presencia policial, cámaras de vigilancia y medidas de seguridad en la pasarela, para que no se repitan accidentes como el de 2018.
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