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El temporal que vive hoy Cantabria, provocado por los restos del huracán 'Kirk', ha repercutido en el aeropuerto Seve Ballesteros, que durante la jornada ha acumulando una retahíla de retrasos y cancelaciones en los vuelos programados. La situación dentro del aeropuerto h sido de auténtico caos. Personas corriendo de un lado para otro, filas interminables para pedir explicaciones a la compañía aérea correspondiente, llamadas a familiares, gente desconocida compartiendo sus quejas e, incluso, llantos por no poder volar.
La mayoría de los pasajeros ya se lo imaginaban. El temporal no ha llegado por sorpresa y todos sabían que el viento iba a soplar fuerte hoy en Cantabria. Sin embargo, no perdieron la esperanza. Los viajeros se fueron presentando en el Seve Ballesteros a la hora programada por si acaso el tiempo daba una tregua. No corrieron esa suerte. En lo que va de día han despegado cinco vuelos (dos a Madrid, Dublín, Marrakech y Sevilla) de los doce programados. Todavía está pendiente la salida a Tenerife Norte, aunque todo indica que se efectuará.
Saúl Toca y Sara López viajaban esta mañana a Bolonia. «A las 08.00 horas estábamos ya aquí y nos cancelaron el vuelo», explicaban. Como alternativa, Ryanair les ofreció coger el vuelo de las 15.30 horas con destino Venecia. Solo los primeros en la cola pudieron acogerse a esta ruta porque no había más espacio, aunque el avión finalmente ha sido desviado a Madrid. Para el resto había otra alternativa: volar a Paris a las 13.30 horas y coger un vuelo a Bolonia al día siguiente. Eso es lo que, en teoría, iban a hacer Saúl y Sara. «Hemos vuelto al aeropuerto para coger el vuelo a París y también lo han cancelado». Ahora ya solo les quedaba una opción: regresar a su casa y solicitar el reembolso.
Para los que no ha habido alternativas ha sido para los pasajeros que volaban a París. En el Seve la cola en el puesto de información de Ryanair llegaba hasta la puerta. Solo se escuchaban quejas mientras una de las azafatas repartía un documento con los derechos de los pasajeros en caso de denegación de embarque. Se les devolverá el dinero, sí, pero no llegarán hoy a Paris. «Yo volaba a Bucarest y hacía escala en París, pero ahora me tengo que quedar en Santander. Hasta el sábado no hay otro vuelo y nos dicen que no hay más opciones», lamentaba Arancha Jaurena. En su caso, se esperaba que hubiese retrasos, pero no cancelación. «Hace mucho viento pero yo soy de aquí y esto lo he visto mil veces y aun así los aviones han salido», aseguraba.
Arancha se vuelve a su casa, pero Daniel Diez tiene que encontrar la forma de llegar hoy a Paris. «Tengo que estar hoy sí o sí», insistía. Su siguiente opción era el autobús, aunque no confiaba en llegar a tiempo. «Si hubiesen mandado un correo electrónico avisando de la situación días antes hubiese buscado una alternativa primero», reconocía.
El vuelo a Dublín también estuvo retrasado, aunque finalmente puso rumbo a Irlanda. El avión permaneció durante horas en Madrid a la espera de que le autorizasen el despegue. Sin embargo, los pasajeros no confiaban en que esto fuese a pasar. «Al final lo van a cancelar a las ocho de la tarde. Desde las 11.15 horas lo van retrasando poco a poco porque hasta el viernes no hay otro vuelo y quieren apurar hasta el final, pero todos sabemos que no vamos a volar», decía Eva Coronas. María Pérez, de Asturias, se quejaba de la atención recibida: «No dan alternativas, ni si quiera alojamiento. Nosotros somos de Asturias y estamos cerca pero hay gente de Edimburgo que volvía a su casa que se quedan tirados en la calle porque no hay vuelo hasta el lunes».
Según cuenta Manuel Diego, de la asociación Amigos de Parayas, el vuelo con destino a Dublín aterrizó en el Seve Ballesteros a las 15.30 horas sin pasajeros , que volvieron a Cantabria en autobús, gracias a la pequeña tregua que dio el viento, aunque tuvieron que esperar para poder despegar hacia Dublín. Eva y María finalmente pisaron suelo irlandés.
Más casos. La familia Gallego, de León, estuvo horas en el aeropuerto esperando a coger el vuelo a Edimburgo. «Nos lo van retrasando un poco más cada media hora y no sabemos qué va a pasar. Otros vuelos que estaban programados más tarde que el nuestro ya están cancelados», contaba Eva. Su padre, José Ángel, lamentaba que no le vayan a devolver el dinero del hotel. Desde Amigos de Parayas apuntan que este vuelo intentó aterrizar en Santander pero fue una maniobra imposible y acabó siendo cancelado.
Quienes estuvieron de enhorabuena son un grupo de amigos de Cádiz, cuyo avión no sufrió incidencias. "El vuelo es a las 19.00 horas, pero hemos venido a las once de la mañana por si acaso", decía uno de ellos.
El resumen de una jornada caótica en el Seve Ballesteros es el siguiente: de doce vuelos programados, solo despegaron la mitad, mientras que los otros fueron cancelados tras acumular horas de retraso e intentar el aterrizaje desde Madrid en numerosas ocasiones. Ahora, la situación para transcurrir con normalidad.
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