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J. C. ROJO / E. MUNÁRRIZ
Santander
Domingo, 30 de septiembre 2018, 07:48
La decisión del Ministerio de Transición Ecológica de paralizar indefinidamente la construcción de los espigones con los que se pretende estabilizar las playas de La Magdalena, Los Peligros y Bikini, un proyecto que Santander espera desde hace una década, abre un futuro incierto para ... la conservación de los arenales. Nadie se atreve a pronosticar los efectos que tendrá en las playas y hasta qué punto un solo dique de los dos previstos puede suavizar los efectos de los temporales. El director del Instituto de Hidráulica, Raúl Medina, muestra cautela y apuesta por hacer un «estudio específico», como ya se hizo en su día para impulsar esta actuación, para ver las consecuencias. Lo único que tiene claro es que un solo espigón «no frenará la pérdida de arena, ya que funcionaba con el anterior y en solitario no tendrá el efecto que se esperaba».
Medina fue uno de los expertos que trabajó en 2005 en el estudio de alternativas para dar una solución a los problemas que cada año se repetían en La Magdalena y las consecuencias que tendría si se mantenía la dinámica natural con el dragado. Tras conocer la decisión del Ministerio, no se atreve a aventurar los resultados que tendrá. «Supongo que si lo han hecho es porque tienen los estudios para esa paralización y los de impacto ambiental, o los están haciendo. No estamos ni en la situación natural ni en la prevista del proyecto. Hay que hacer un estudio de impacto ambiental de la propia paralización», destacó este experto.
A pesar de ser un gran conocedor de la zona, cree que esta suspensión obliga a contemplar «el proyecto en sí como uno nuevo». En conversación con este periódico, recalcó que no se pueden adelantar los acontecimientos: «La situación natural sabíamos cómo funcionaba, y la del proyecto sabíamos cómo funcionaba, porque se estudió en profundidad. Y esta situación es nueva y hay que valorar los efectos y que los ciudadanos sepan lo que puede pasar».
En todo caso, Medina insistió que un solo dique no puede parar la pérdida de arena. «Sabemos que hay un mecanismo natural de las olas que penetran por la zona que llegan por La Magdalena y arrastran la arena por Los Peligros y, de ahí, a la playa de La Fenómeno y luego caen a la canal. El espigón de La Fenómeno -el que no está construido- trataba de frenar esto. Pero si no se levanta la arena se irá por allí. No se puede contemplar el dique que se ha construido como único, funcionaba con el anterior y en solitario no tendrá el efecto que se esperaba. Y todo esto que estoy diciendo es lo que hay que cuantificar». A su juicio, «debe ser analizado cuál es el efecto de dejar sólo uno y no construir el otro».
La paralización pone fin al proyecto emprendido por el anterior Ministerio de Medio Ambiente, en manos del PP, que diseñó dos arenales independientes «de suficiente anchura de playa seca» levantando dos espigones-uno de ellos doble-. El primero, de 130 metros, con una extensión en diagonal de otros 65 metros, situado frente al Balneario de La Magdalena, que es el que ya está realizado y, de momento, se mantendrá como está a la espera de que los técnicos y las empresas adjudicatarias busquen una solución. Y el otro, que está formado por dos estructuras en San Martín: una, exterior, iba a seguir la alineación del muelle del Promontorio, mientras que el otro se proyectaba perpendicular al oleaje. El área entre los dos muros de San Martín se rellenará, con lo que se conseguiría una superficie adicional de 2.450 metros.
La obra, ejecutada por la empresa Tragsa por un importe de 2,3 millones de euros y un plazo de ejecución de siete meses, tenía aparejados tres contratos menores. Estas actuaciones menores, que también quedan suspendidas, son las referidas al 'Seguimiento arqueológico de las obras de estabilización del sistema de playas Magdalena-Peligros', adjudicado a Pablo Saiz Silió por un importe de 13.216 euros; la 'Vigilancia ambiental de las obras de estabilización del sistema de playas Magdalena-Peligros', adjudicado a Soningeo por un importe de 16.664 euros; y la 'Coordinación de seguridad y salud de las obras de estabilización del sistema de playas Magdalena-Peligros', adjudicado a Serpresan por un importe de 7.623 euros.
Podemos Santander también celebró esta suspensión y consideró «un triunfo de la sociedad civil» la paralización de las obras, un proyecto que en su opinión «nunca debió ejecutarse y que ha contado con oposición ciudadana desde sus inicios al considerarse un grave atentado ecológico». La secretaria general de Podemos Santander, Lidia Alegría, señaló que la decisión del Ministerio de Transición Ecológica es el resultado de la movilización ciudadana, «encabezada por la asociación ecologista Arca y el Grupo Alceda».
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