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Sport Open cierra sus dos tiendas en Santander y la de Torrelavega, y se despide de sus clientes tras 34 años. Explica Ramón Cobo, su responsable, que un problema de salud ha precipitado esta decisión que hace pocos días comunicaban a través de redes sociales. ... La respuesta de sus clientes no se hacía esperar y eran muchos los que lamentaban la noticia. «Nos hemos visto envueltos en una avalancha de cariño y de gratitud. Personas que han querido comprar su último par, mientras nos han compartido recuerdos relacionados con la tienda. No tenemos palabras para dar las gracias», dice Cobo.
La primera tienda Sport Open se abrió en agosto de 1990 en la calle Santa Clara de Santander. Fue el salto a la capital de Calzados Ramón, comercio más modesto que emprendió Ramón Cobo (padre) en 1980 en el centro de Selaya. Después llegarían la tienda de la calle Burgos (también en Santander) y la de Torrelavega. Este legado lo recibiría después su hijo, Ramón Cobo, que relata los orígenes del negocio. «Realmente somos tres las generaciones implicadas en la historia de Sport Open. Y para entenderlo es clave saber que mi padre creció en el regazo de una pasiega 'renovera' (vendedora de productos). Mi abuela Nemesia fue una mujer emprendedora que con huevos, sobaos y quesadas tenía la valentía de ir desde Selaya a Santander a vender los productos a las familias pudientes de la capital. Para ella, que su hijo pequeño abriera un comercio en el pueblo fue ya todo un sueño cumplido».
La venta ambulante, por lo tanto, es el germen de este importante negocio de Santander, en el que aún prevalece la impronta de la abuela, Nemesia. «De hecho, era mi abuela quien se quedaba en la tienda de Selaya para que mi padre pudiera abrirse paso en los mercados más importantes de la región. Madrugar, montar el puesto, llevar y traer mercancía, dejar que las señoras rebuscasen entre una montonera de calzado y aprender a defenderse entre las triquiñuelas de la vida ambulante fueron retos que mi padre tuvo que enfrentar y de los que yo mismo formé parte, ayudando desde pequeño en el negocio familiar», dice Ramón. Después vendría la tienda de Santa Clara, lo que supuso el cierre de la tienda de Selaya y, progresivamente, el abandono de la venta en los mercados semanales de los pueblos de Cantabria.
Sport Open ha permanecido abierto 34 años, cerrando únicamente los días festivos y sin ningún periodo de cierre vacacional. Cobo explica cuál ha sido el secreto de su éxito: «trabajo, trabajo y trabajo, además de una gestión llevada íntegramente por nosotros. Siempre hemos intentado competir con buenos precios y con un trato personalizado al cliente. Ese ha sido todo nuestro secreto».
Y, como prácticamente en todos los sectores, en el mundo del calzado deportivo ha habido muchos cambios a lo largo de los años. «Cuando abrimos, 'las playeras' o 'espais' eran el calzado que se usaba para hacer gimnasia en el colegio o algún deporte concreto, como jugar a los bolos. A lo largo de los años hemos ido viendo cómo el deporte se ha popularizado y todo el mundo lleva en su vida diaria calzado deportivo», dice el empresario. Sin embargo, «a pesar de que ahora existen más clientes potenciales, la realidad es que las restricciones de las marcas (que solo quieren vender a grandes superficies o a través de tiendas específicas), la volatilidad de las modas, el difícil aparcamiento en las ciudades y la compra masiva en internet hacen muy difícil la rentabilidad y supervivencia de un negocio pequeño como el nuestro», lamenta Cobo.
Ramón Cobo
Propietario de Sport Open
La historia de esta tienda está llena de buenos momentos con clientes que, finalmente, acabaron siendo amigos. «Como comerciantes, nos encanta recordar otros tiempos en los que la gente iba de compras navideñas a la ciudad y, durante unos días, tenías colas esperando encontrar el par perfecto para las personas queridas», recuerda Cobo. Lo que más valora de su trabajo diario es el trato con el cliente. «Conocemos generaciones de familias que siempre han venido a comprar a la tienda. Hemos visto nacer hijos, nietos y también hemos compartido el dolor por la pérdida de algunas personas que formaban parte de la historia de la tienda. Siempre hemos valorado a las personas que se han asomado a la puerta y, con cara de felicidad, nos han enseñado sus playeras diciéndonos que lo que les dijimos era cierto, que ese era un buen calzado para su forma de caminar».
Sport Open continuará de momento abierto, al menos hasta que termine sus existencias, y tras la liquidación cerrará sus puertas, dejando a Santander sin otro de sus negocios históricos. «Vamos a echar de menos nuestras rutinas del día a día y el contacto diario con clientes y amigos que tenemos en Santander. Son muchos años en los que hemos pasado el día entero en la ciudad, llegando a casa -en el pueblo- únicamente para descansar», dice el empresario, que reconoce que ahora le toca «seguir el legado» de su abuela paterna. «Tengo que ser valiente y escoger otros caminos que me de la vida».
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