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Nadie se ha interesado en adquirir el conocido como 'edificio de los albaneses' de Nueva Montaña, que salió a subasta el mes pasado después ... de que un inversor local asumiera la deuda que arrastra la construcción desde que la burbuja inmobiliaria se llevó por delante a la promotora que inició la obra a principios de los años 2.000, Norcasa. El valor de la subasta ascendía a 9,37 millones de euros, aunque según el Portal de Subastas del Ministerio de Presidencia no había una puja mínima. Eso sí, las interesadas tenían que hacer un depósito de 468.556 euros y cada tramo de la puja debía aumentar el valor anterior en, al menos, 187.422 euros. Aunque nada de esto ha llegado a ponerse en práctica por la falta de interesados. Y ahora, ¿qué? Según explican desde los juzgados, tras una puja fallida, es la propietaria quien debe decidir qué hacer. «No es inhabitual que una subasta cierre sin pujas».
La deuda que tenía el edificio, que quedó a medio construir cuando Norcasa cayó en bancarrota hace casi veinte años, la asumió el año pasado un inversor local que, según explicó la alcaldesa de Santander, Gema Igual, tenía «infinitas posibilidades» de llevarse la subasta. Esa misma empresa, además, ya tiene licencia para rehabilitar el edificio.
Como recoge el anuncio de la subasta, el inmueble está formado por 124 bienes: 44 garajes, 40 trasteros y 40 viviendas. Todos conforman un único lote por el que había que pujar de forma conjunta. El edificio se separó del resto del terreno para que se pudiera pujar solo por el inmueble, mientras que el resto de la finca se dividió en dos y ya se está dando forma a ambas partes. Una de ellas la adquirió Aldi, que está construyendo un supermercado con aparcamiento –la estructura del supermercado ya está muy avanzada–, y en la otra se está dando forma a un gran parque público. Este espacio municipal, que rondará los 4.500 metros cuadrados, será la primera de las tres dotaciones en estar lista y la previsión del Ayuntamiento es que esté terminada a finales de este mes tras una inversión de 330.000 euros. El parque estará dividido en dos zonas, la norte –junto al Aldi– será un espacio más natural, con senderos y con áreas de descanso. En la otra parte, la zona sur, al lado de la rotonda que une las calles Hermanos Calderón y Manuel Ruiz de Quevedo, habrá una zona de 'Pump track', que es un circuito, diseñado con la Real Federación Española de Ciclismo, que se puede recorrer completamente con un monopatín o con una bicicleta.
Cuando Norcasa quebró a principios de los años 2.000, este edificio de viviendas estaba prácticamente terminado. Pero, como la obra quedó inacabada, el inmueble fue degradándose y acumulando suciedad y grafitis. Además, en su interior ha vivido gente de forma ilegal durante los últimos años. De hecho, se conoce como 'edificio de los albaneses' porque, sobre todo a partir de la pandemia, vivieron en su interior personas de esa nacionalidad que trataban de acceder de forma ilegal al Puerto de Santander y viajar en el ferri como polizones a Inglaterra. Cuando el inversor local asumió la deuda del inmueble, se limpió la finca y se expulsó a las personas que vivían ilegalmente en su interior.
Desde que Norcasa quebró y hasta que el nuevo propietario asumió la deuda, el inmueble ha estado en la cartera de la Sareb. Fue propiedad del 'banco malo' hasta marzo del año pasado, cuando el inversor local, del que no ha trascendido el nombre, se hizo cargo de la deuda que dejó Norcasa al abandonar la obra.
Desde que el edificio cambió de manos el año pasado se han realizado pequeñas actuaciones en él. La más llamativa fue la colocación de ventanas en todos los huecos para evitar que vuelva a entrar gente y para impedir que el interior se deteriore más. Además, las primeras semanas tras la compra, se retiró todo lo que había acumulado dentro ya que, mientras ha estado abandonado, las diferentes personas que han vivido en él han ido introduciendo muebles, como colchones. También se limpió la finca.
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Ana del Castillo
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