Los taxistas se quejan de la «ratonera» del acceso a la península de La Magdalena

Desde el sector insisten en que no se trata de una cuestión exclusiva del periodo estival, sino que es muy habitual ver este pequeño tramo de carretera colapsado «día sí y día también». De hecho, para Terán, los camiones de los conciertos, aunque son muy voluminosos, «son lo menos preocupante. Eso es algo puntual, el resto del año es una constante diaria. Y al final esto se convierte en una ratonera». Hasta tal punto que «muchísimos» taxistas se niegan a bajar por esa calle –la Avenida de La Magdalena–.

Es un problema que se ha enquistado lo largo del tiempo, porque ya viene «de lejos»; de hecho, el sector ha solicitado en varias ocasiones soluciones al Ayuntamiento de Santander, que no ha contestado a las preguntas de El Diario Montañés sobre las alternativas que baraja para el calmado del tráfico en esta zona de la ciudad. Aunque según ha podido saber este periódico, hace poco más de un año, justo antes de las elecciones municipales, el actual equipo de gobierno (PP) se reunió con el sector del taxi de la ciudad para abordar esta cuestión, entre otras. Y desde entonces, no han recibido novedades al respecto. «Nos hemos plantado en verano y seguimos igual». Pero entonces sí que pusieron sobre la mesa sus reivindicaciones y las soluciones «más factibles». En primer lugar, piden una rotonda justo a la entrada de la calle, además de «prohibir» la circulación desde la playa de El Camello hasta el Palacio y que solo puedan hacerlo el transporte público y personas con movilidad reducida. «Es muy importante que pongan un cartel muy grande que indique que no se pueda circular con el vehículo por el recinto», comenta la portavoz del sector en la capital cántabra. «Viene una familia de Burgos y quieren ver La Magdalena, lógicamente, porque es uno de los espacios más turísticos, pero quieren dejar el coche en la puerta. Y eso no puede ser. Además, si nadie se lo indica, pues no saben que no pueden hacerlo y tiran adentro por la península. Por eso es tan importante el cartel», insiste Terán.

A los problemas ya mencionados, hay que sumar otro que «también es muy preocupante». Y es que por la zona caminan muchos niños pequeños. «Nosotros reducimos la velocidad porque obviamente hay que tener mucho cuidado. Pero es un factor que deberían tener en cuenta porque es peligroso que haya tantos coches cerca de ellos», concluye.

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