El despacho de abogados responde así a una información publicada por este periódico el día 17 de agosto en la que se hacía eco del atestado de la Policía Local en el que se establecía que, aunque no pudo determinarse la velocidad a la que circulaba el fallecido, era «muy elevada y muy por encima de la autorizada en el casco urbano, 50 kilómetros por hora».
El representante legal de la familia cree que no debe obviarse la parte del atestado en la que se indica que el todoterreno, «llegado al cruce con las calles Pérez Galdós y Ramón y Cajal, realiza un giro a la izquierda según sentido de su marcha para tomar esta última calle sin respetar la preferencia de paso a los vehículos que circulan en el sentido contrario por la Avenida de Reina Victoria».
En el escrito remitido a El Diario, el letrado rechaza también la declaración de un testigo alemán que aseguró que unos minutos antes había estado a punto de chocar con la moto. Ese declarante «caído del cielo, decimos nosotros», según la nota, «dos días después del suceso aparece en escena mediante una llamada telefónica a la Policía Local, versionando a su antojo el suceso que reconoce no vio, introduciendo un grado más de culpa en el fallecido, para terminar la crónica dejando caer la duda con una supuesta ingesta de alcohol del motorista». El letrado interpreta que se está «tratando de exonerar de responsabilidad al conductor que se saltó el ceda el paso».
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