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No hay tertulia taurina en España en la que no haya salido su nombre. Eduardo Ruiz de Velasco (Burgos, 25 de marzo de 2003) se ... recupera de una fractura de clavícula después de un fin de semana en el que triunfó en Bilbao y en Cuatro Caminos. Apadrinado por Lucas Carrasco y Ricardo Gallardo, ganaderos de Ana Romero y Fuente Ymbro, parte de su forja como torero se debe a la labor de la Escuela Taurina de Santander.
-Han pasado ya varios días desde que ganó el Memorial Iván Fandiño. ¿Cómo lo recuerda?
-Fue muy bonito. Vino toda mi familia, el día previo lo pude vivir mucho. Disfrutar con tu gente de un ambiente tan taurino como el de Bilbao, sumado a los nervios de torear en un lugar como Vista Alegre, lo convierten en especial. Luego la final en sí la disfrute mucho; a pesar de alguna voltereta en el primero, el sexto, que fue un gran novillo, me permitió, con mil fallos, hacer el toreo que yo quiero.
-Fueron dos animales de muy diferente condición. ¿Cree que mostrar dos dimensiones de su toreo fue clave a la hora de decantar la balanza del jurado?
-Sí, seguramente. El primero, pese a tener buena condiciones y posibilidades, venía muy recto por el pitón izquierdo y costaba que siguiese la muleta. Al final le pegué un par de tandas por el derecho y siempre quieres cuajarlo por los dos lados, por lo que te pones. Esa tanda por el izquierdo fue la mejor de mi tarde.
-Su familia aguantó estoicamente en la grada, eso es que tienen mucha afición...
-Mi padre siempre ha sido muy aficionado y luego mi abuelo, por vía materna, también. Ahora lo pasa muy mal, hasta hace poco no sabía que ya estaba toreando novilladas. Llega un momento que se convierte en una parte importante de mi vida, por lo que no le puedo dejar fuera. Lo sufren, pero son aficionados.
-¿Cómo ha cambiado su vida desde que debutó en mayo hasta ahora?
-Ha sido un giro importante. Siempre lo he querido, pero ha habido muchos momentos en los que por diversas circunstancias me iba alejando de lo que yo quería, que era torear. Para mí esto hace un año era impensable, no lo podía imaginar. Creo que he vivido muchas cosas y queda mucho por vivir. Es muy bonito disfrutar estas sensaciones, torear en pueblos que buena parte de los españoles no conozcan o en plazas como Santander. Es impresionante.
-Usted reside en San Sebastián. ¿En qué momento decide coger los trastos y empezar a entrenar en Santander y Palencia?
-Yo empecé a entrenar en Madrid con el matador de toros Javier Portal, éramos dos o tres y ahí es cuando empiezo con el gusanillo. En San Sebastián es más complicado entrenar, porque no hay estructura taurina en ningún lado. A principios de año hablo con mis padres, les digo que voy a seguir estudiando, pero que necesito dar un paso. Llamé a Javier y me habló de la Escuela de Palencia y de Juan Cantora, el director; me pasó su contacto y desde el principio me recibieron muy bien, fueron muy comprensivos y ahí empecé a hacer el esfuerzo, que merece la pena.
-Estudia Ingeniería Biomédica. ¿Cómo se compagina una carrera tan complicada con la preparación para ser torero?
-La palabra clave y el secreto es la constancia. Tanto en el toreo como en los estudios, si eres capaz de, aunque no veas el objetivo tangible, seguir trabajando sin descanso, es clave. A mí en el día a día me enseña mucho la carrera, el estudiar aunque no tenga un examen a la vista. Y luego, por ejemplo, el entrenamiento físico me viene hasta bien; después de estar todo el día de clase y estudio, salir y correr o ir al gimnasio es lo mejor.
-Si algo ha demostrado es una personalidad única. ¿De qué fuentes bebe su toreo?
-Yo creo que bebo de la fuente del toreo clásico, o al menos es lo que intento ya que es lo que se me ha inculcado desde siempre. Coges cosas de muchos toreros, pero uno busca ser diferente, tener personalidad propia. Mis grandes referentes son Morante de la Puebla, Juan Ortega o Uceda Leal, que es amigo de Javier Portal y tienen muchas cosas en común. De toreros clásicos me fijo y leo mucho de Antonio Bienvenida. Esa es la base, pero al final el toreo es tan bonito que te permite expresarte de la manera que tú sientes, a partir de un concepto, y que es lo que quieres llegar a ser.
-¿Y qué quiere ser y dónde quiere llegar Eduardo Ruiz de Velasco?
-Uno siempre quiere ser figura del toreo, eso se da por supuesto. Me gustaría que se me viese y se me recordase en el futuro como un torero diferente, como un gran torero.
-Ha nacido en Burgos, se ha criado en Madrid, estudia en San Sebastián... y ahora es ya un poco cántabro.
-Sí, al final se establecen lazos, aunque sea en el poco tiempo que llevo hasta ahora. Se establece una relación muy bonita.
-Su nombre suena ya mucho en los círculos taurinos. ¿Ha sonado mucho el teléfono para torear?
-Nunca llega en buen momento, pero esta vez la lesión ha llegado en un mal momento, porque quiero ratificar mi buen momento, del que la gente habla. Tenía cinco o seis novilladas en Guipúzcoa o Palencia, pero no sé cuándo podré volver y qué compromisos podré cumplir.
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Ana del Castillo
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